Estimadas lectoras y lectores Espero se encuentren disfrutando de los capítulos que voy subiendo.
Finalmente, Valeria fue calmándose, Marco solo había visto molesta de esa manera a su esposa y eso fue con Olsen, pero de ello ya hacía muchos años.- Mi vida, no me gusta verte llorar, no tienes por qué sentirte así, yo jamás haría algo para lastimarte. – Dijo Marco tratando de consolar a su esposa que sollozaba.Marco por dentro sentía ira expandiéndose por todo su ser, Alessia Amato sabía muy bien cómo hacer enfadar a su esposa, se puso por un momento en los zapatos de Valeria, cuando era una chiquilla, lo difícil que tuvo que resultar para ella el enfrentarse a esa mujer cuando su “marido” no era capaz ni de defenderla.- ¡Mi vida, recuerda que debes ser fuerte! Recuerda porque estamos aquí, debes mantenerte serena, imagina nada más si por un arrebato de estos, sacabas a la luz lo que realmente planeamos, todo se iría por la borda, apenas llevo una semana, te aseguro que este par va a pagar por todas las que ha hecho, pero no es el momento de ser débil.- Marco es que… Es este mal
Diana era mexicana y recién había egresado como licenciada en negocios internacionales, había estudiado en una de las mejores universidades públicas del país, no provenía de una familia acomodada, ella había estudiado la universidad, gracias a las becas que existían.Era una buena estudiante, por lo que cuando se presentó la oportunidad para irse de intercambio, ella fue una de las seleccionadas, las opciones eran España, Portugal o Italia, inicialmente había seleccionado España por el idioma, pero desafortunadamente el cupo estaba agotado, si no escogía alguno de los dos restantes perdería la oportunidad, así que lo dejo a la suerte y esta la envió a Italia, en cualquiera de las dos, no hablaba el idioma, así que después de todo con su limitado ingles se iría a conocer la tierra de la pasta, el vino y los quesos.Diana era la tercera hija de un modesto matrimonio, sus padres habían tenido 4 hijas mujeres, sus dos hermanas mayores eran casadas y tenían ya su vida, su hermana menor le l
Diana trataba de convencer a Matteo de que podría desempeñar correctamente las tareas que le pusieran, ella debía convencer a aquel hombre, ya que sus demás entrevistas habían terminado en un fiasco, no podía desaprovechar, esa era la ultima y si no, se vería en serios aprietos y su estancia en el intercambio se podría ver comprometida.- Señor Ricci, sé que no pertenezco al país, pero soy ágil, atenta y aprendo rápido, yo estoy aprendiendo italiano por mi propia cuenta, le prometo que no lo decepcionaré.- Señorita Méndez, me agradaría aceptarla, pero mi jefe es algo quisquilloso y si no puede usted comunicarse con él, ¿Como podría trabajar conmigo? si el puesto vacante lo necesito para que alguien vaya y revise los pendientes con él.- Deme una semana, le prometo que no le causare problemas, ¡Por favor! – Dijo la chica con mirada suplicante.Matteo dejo salir un largo suspiro y no pudo negarse, termino contratándole, pero con reservas a un mes.El tiempo paso volando y ella ya llevab
Después de esa salida, Massimo relajo su actitud ante Diana, comenzaba a pedirle a Matteo que la involucrara en más temas, ya que la chica le podía ayudar más y no le era molesta su presencia. Matteo estaba al tanto de aquella salida, por un lado, agradecía la ayuda, pero otro le preocupaba cual serian realmente sus intenciones, ya que hasta donde el conocía, su jefe no le gustaba salir con chiquillas, para ese entonces, sus amantes eran mujeres de mas o menos la misma edad que él, le molestaba salir con chicas más jóvenes, sin platica y sin chiste.Diana era una de tantas excepciones, incluso Matteo disfrutaba de una buena taza de café y una charla con la chica, durante sus merecidos descansos. Normalmente ella le platicaba de su país, costumbres, tradiciones, estilo de vida, lugares que visitar y cosas que, aunque Matteo ganaba muy bien, jamás había tenido tiempo de disfrutar, siendo que su trabajo era demasiado absorbente.Rápidamente, la semana había concluido, Massimo estuvo toda
Massimo comenzó una extraña relación con Diana, solo salían y platicaban los viernes por la tarde hasta y avanzada la noche, siempre iban al mismo mirador. Ella variadas ocasiones no entendía porque aquel hombre se atormentaba con el recuerdo de Guadalupe, se preguntaba que debió haber hecho tan mal para sentirse como se sentía, pero el siempre procuraba cambiar de tema.- Massimo ¿En algún momento podrás decirme que es eso que tanto te atormenta? – Pregunto la chica con interés.- Diana, creo que no es bueno hablar del tema, creo que, si te lo digo, tú me odiaras y me agrada platicar contigo, al menos el tiempo que llevo platicando contigo, me has dado algo de tranquilidad, sabes, tú me haces sentir como cuando conocí… - Massimo estuvo a punto de decir algo, pero se quedó callado, sabía que no era correcto compararla.- ¿Conociste a quién? ¿Guadalupe? – Dijo la chica con duda.Massimo tomo un trago de su cerveza, era extraño, las salidas con Diana eran así, comer pizza y tomar cerveza
Rápidamente el tiempo transcurrió y Diana estaba a 15 días de regresar a México, entre ella y Massimo se había generado una relación que no podría definirse como amistad, tampoco como una relación amorosa. En secreto, Massimo sentía que no quería dejarla ir, su cabeza estaba hecha un lio, Diana tenia claro lo que quería y al menos una relación con alguien casado, no estaba en sus planes, aunque no se lo dijera directamente, ella le había expresado en más de una ocasión el que debía retomar las riendas de su vida, tal como la tenía antes, dejar de cargar con pesados fantasmas y si no era feliz, realmente debía pensar en el divorcio, por su bien y el de su familia.Aunque existía otra cosa que no le dejaba tranquilo, aun si el decidiera separarse, el no estaba seguro de que ella lo aceptara después de conocer la verdad sobre Guadalupe, así que parte de lo que tenia que hacer, era eso, contarle toda la verdad. Aun faltaban dos viernes más, antes de que ella tomara un vuelo para irse a Méx
Marco Barzinni aterrizó en el Aeropuerto de Kloten en Suiza, ya le esperaba un grupo de seguridad, él comprendía claramente el peligro que representaba ir a ese lugar, le había dado la oportunidad a Franco para protegerse y seguro este ya planeaba algo tan pronto se volvieran a ver, aunque Teodore desde hace tiempo ya no era el fiel perro faldero de Franco, él no podía estar seguro totalmente de su lealtad.- Federico, ¿Cómo están mis mujercitas?- ¡Bien Marco! ¿Ellas están bien y tú? ¿Dónde estás? ¡Has tardado en contactarme!- ¡Vine a visitar a un viejo amigo! Espero que mi visita sea de su agrado…- Marco, ¿A quién fuiste a visitar?- ¡Ya te contaré cuando regrese amigo! Mientras tanto cuida de mis mujercitas…Marco no quería preocupar a Federico, este era capaz de mandar a todo un ejército de sicarios y esa visita sorpresa se arruinaría.Al llegar a suiza, sabía exactamente dónde vivía Franco, el hombre no había perdido sus gustos extravagantes, vivía en una zona residencial muy bi
Después de aquella discusión subida de tono con su esposa, Massimo terminó con dolor de cabeza y manos temblorosas, al paso de los años, la ansiedad que este había desarrollado después de la muerte de su hermano, cada día se hacía más evidente. Mientras Diana estuvo en su vida, había controlado muy bien este mal que le aquejaba, pero de eso ya habían transcurrido 5 años y su salud, poco a poco iba en picada. El hecho de que Barzinni decidiera regresar a Italia, le sorprendió, pero le quito un peso de encima, si este hombre quería, Massimo podría entregarle la presidencia, eso era algo que secretamente deseaba, ya habían sido muchos años de estar cargando a cuestas tanta responsabilidad, que al final ni era suya, finalmente el dueño legitimo era Barzinni, de lo que algun día fue un negocio prospero dentro de la familia Pellegrini, no quedaba más que el recuerdo y el nombre. - Giuseppe, ¡Contáctame con el personal de la Clínica de Análisis de Consanguineidad! – Dijo Massimo mientras