Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia.
Valeria llegó al hospital, iba más controlada, llevaba oxígeno y podía respirar mejor, no podían darle calmantes por su avanzado embarazo, pero sí oxígeno suplementario. Fue hasta ese momento, en ese momento reacciono, acababa de poner en riesgo la vida de sus bebes por alguien a quien ya no le importaba su vida en lo más mínimo, sus ojos se llenaron de lágrimas. La mujer limpiaba sus lágrimas cuando su ginecóloga la fue a ver, Marco le había llamado e informado de la situación, así que la doctora ya llevaba una idea de que hacer. —¡Hola, Valeria! ¿Va a ser costumbre verte por aquí? —Hola, Dra. Berlusconi, ¡Perdón! Yo… yo no quería lastimar a mis hijos… Es solo… —Trataba de articular palabra Valeria. —Vamos a revisar a tus pequeños, tu esposo viene en camino, así que todo estará bien, seguramente solo será guardar realmente reposo y todo estará bien. —¿Mi esposo viene en camino? —¡Sí! Él fue quien me hablo… —Dijo la doctora con duda. — Valeria, ¿estás teniendo problemas con tu es
Luego de que el médico revisara a Valeria, este no encontró motivo por el que ella debiera permanecer hospitalizada y le dio el alta. Marco la llevo a casa, camino a esta no menciono ninguna palabra, el silencio dentro del auto era absoluto, cuando por fin llegaron, los recibieron Camila y Emma, ambas mujeres estaban muy preocupadas por Valeria, luego de que esta saliera de improviso de casa.Marco acompañó a su esposa a la habitación, le ayudo a entrar al baño para que se aseara, aprovechando esto, el hombre saco una maleta del cambiador, comenzó a sacar varias mudas de ropa, por momentos se sentía culpable al recordar cómo le había hablado a su mujer, la cual estaba embarazada; sin embargo, ya no pudo contenerse. Luego de escuchar que había ido a casa de Pietro en su búsqueda, con ello quedaba claro, cuál era la razón por la que ella había visitado esa casa a tales horas, no tenía que ser muy listo para darse cuenta de que su matrimonio se estaba yendo al carajo.— Marco, ¿qué estás
— ¡Querido padre! ¿Cuánto tiempo tuvo que pasar para volvernos a ver? – Dijo Franco hijo, al ver a su padre en el hospital.— ¿Franco? ¿Franco eres tú? ¡Dios! ¡Dios es grande! ¡Mi hijo me ha salvado! – Dijo Franco padre derramando lágrimas y con voz entrecortada.— Padre… Ni dios te va a salvar, no quería salvarte, pero la verdad es que en este momento me conviene tener que cuidar de ti. — Dijo Franco hijo de manera fría.— ¿Qué quieres decir Franco? ¿Acaso no es suficiente lo que he vivido con Marco? – Dijo Franco padre al escuchar la voz de su hijo.— ¡Tú te buscaste lo que estás viviendo! ¿Acaso olvidas que mataste a toda la familia de Marco? – Dijo Franco hijo seriamente.— Va… ¿Ahora resulta que tú eres su vengador? – Dijo Franco padre sin un atisbo de remordimiento.— ¿Ya vez lo que digo? – Dijo Franco hijo colocando su mano en la cabeza de su padre. — Ahora yo soy quien decide si vives o mueres. Ahora ya sabes que el día que necesites recordar por quien estás vivo, no será por M
Valeria, al ver que Marco salía de su habitación, se vio tentada a seguirlo e impedir que se fuera; sin embargo, estaba claro que, ella le había hecho daño, quien dijo que mentir puede hacer feliz a alguien, lo que salía por su boca no era lo que su semblante decía. Aunque ella trataba de fingir, estaba claro que Marco no era tonto y podía ver más haya incluso de ella, Marco lo podía ver y sentir, no necesitaba ser tan inteligente para darse cuenta de que lo que ella estaba diciendo eran de verdad mentiras. Aquella mujer sintió cómo una punzada de remordimiento recorrió su cuerpo, luego de darse cuenta de que, nuevamente, se estaba queriendo engañar y estaba queriendo engañar a Marco, prefirió no seguirle, trato de mantener la calma, era necesario darle su espacio. Valeria recordaba a Marco y no es que ellos hubiesen tenido momentos así antes, pero si recordaba que cuando su marido estaba molesto por algún tema de trabajo, prefería alejarse y calmarse, él era un hombre reflexivo y pre
Valeria y Camila después de platicar un rato en la habitación, salieron rumbo al comedor, Paloma y Gio ya se encontraban ahí, desayunaban tranquilamente, el pequeño Gio se había levantado temprano, quería ver a su papá, pero cuando vio que Valeria llego al comedor solo con Camila, puso un semblante triste.—¿Qué sucede Gio? – Dijo Valeria al ver la reacción de su pequeño.—¿Dónde está papá? – Dijo Gio bajando la cabeza.La pregunta le atravesó el corazón a Valeria, no tenía una respuesta para ello, estuvo a punto de decir la verdad, cuando fue interrumpida por Paloma.—Gio, papá se fue de viaje… Ha estado teniendo mucho trabajo y tuvo que salir anoche, ¿recuerdas que lo viste salir con una maleta?—Sí, pero pensé que ya había llegado…—Gio ¿Cómo crees? Él tuvo que viajar lejos. — Dijo Paloma muy segura.Valeria se acercó a Gio, poso su mano en el hombro del pequeño, le acaricio el cabello y beso su cabeza.—Tu hermana tiene razón, papá salió de viaje y tan pronto pueda te llamará.Palo
Aldo llegó al colegio, Enzo llevaba los ojos llenos de lágrimas, estaba furioso, su abuelo últimamente lo había estado llevando al colegio, él tenía ya una rutina y su padre no la seguía, eso provoco que el pequeño se exasperará e hiciera aún berrinche. Al final Aldo, ya molesto, lo reprendió y obligo a subir al auto, lo que provocó que el niño fuera llorando la mitad del camino.Al llegar al colegio, aparco el auto y ayudo a descender al menor, este aún estaba molesto y sus mejillas tenían marcas de sus lágrimas.— Enzo, sé que es difícil que tu abuelo no este, pero le prometiste ser buen niño, ayúdame con eso, sé que no soy el abuelo, pero hago mi mayor esfuerzo. — Dijo Aldo tranquilamente.— En la tarde dile al abuelo Teodore que venga por mí, de regañones, lo prefiero a él. — Dijo Enzo agarrando su mochila y entrando al colegio.Aldo sintió una opresión en el pecho, era su primer día sin su padre y ya le estaba costando, no cabía duda que, aunque Pietro era un hombre reservado, ten
Los 3 salieron de la habitación de Laura, Massimo llevaba en brazos a su hija, Paloma se sentía un poco extraña en casa de quien fuera su padre biológico, para el caso de Massimo, sentía una rara sensación de que Paloma estuviera con ellos. Jamás creyó que ella en algún momento se pasearía por los pasillos de lo que un día fue la casa de su madre, incluso, cuando supo que ella era su hija, no imagino que algún día mantendrían contacto, al parecer los lasos de hermandad eran fuertes y mucho debía agradecer a Laura.Aldo ya se encontraba en el comedor, revisaba su móvil cuando Massimo llevando en brazos a Laura y Paloma caminando detrás de ellos aparecieron.— ¿Massimo recuerdas a Paloma? Ella es mi hija con Guadalupe… — Dijo Massimo bajando a Laura en una silla.— ¡Claro! ¡No podría olvidar un rostro tan hermoso! – Dijo Aldo mirando fijamente a Paloma.— Creo que exageras, pero gracias por el gesto… — Dijo Paloma aparentando seriedad.Algo tenía ese hombre que la ponía nerviosa, él era
Massimo luego de varios minutos apareció con Maurizio en brazos y Paolo caminando a lado de él, ambos parecían apenados, pero al ver la comida en la mesa el semblante cambio a unos dinosaurios hambrientos. Sin dudar y saludar comenzaron a devorar lo que había en sus platos servidos.— Ya ven niños, acomida está deliciosa. — Dijo Matteo viéndolos de reojo. — ¿En dónde estaban?— Viendo la televisión… ¡Tenías razón! — Dijo Massimo cruzándose de brazos. — Ahora bien, ¿acaso no piensan saludar? Está aquí Aldo y Paloma.— ¡Hola, Aldo! Ambos saludaron sin despegar la vista de la comida.— ¿Y Paloma?— Ella es de la casa, así que no cuenta… — Dijo Maurizio tranquilamente.Paloma se sintió un tanto extraña, ella nunca pensó que sus hermanos la viera de esa manera, eso la hizo sentir de cierta manera bien. Aunque se sentía culpable, la situación en casa no estaba de lo mejor y aquí ella se sentía cómoda, era como si quisiera escapar de esa realidad.Varios minutos después Aldo y Paloma salieron