Estimadas lectoras y lectores Aquí dejo un capítulo más de esta historia.
Los 3 salieron de la habitación de Laura, Massimo llevaba en brazos a su hija, Paloma se sentía un poco extraña en casa de quien fuera su padre biológico, para el caso de Massimo, sentía una rara sensación de que Paloma estuviera con ellos. Jamás creyó que ella en algún momento se pasearía por los pasillos de lo que un día fue la casa de su madre, incluso, cuando supo que ella era su hija, no imagino que algún día mantendrían contacto, al parecer los lasos de hermandad eran fuertes y mucho debía agradecer a Laura.Aldo ya se encontraba en el comedor, revisaba su móvil cuando Massimo llevando en brazos a Laura y Paloma caminando detrás de ellos aparecieron.— ¿Massimo recuerdas a Paloma? Ella es mi hija con Guadalupe… — Dijo Massimo bajando a Laura en una silla.— ¡Claro! ¡No podría olvidar un rostro tan hermoso! – Dijo Aldo mirando fijamente a Paloma.— Creo que exageras, pero gracias por el gesto… — Dijo Paloma aparentando seriedad.Algo tenía ese hombre que la ponía nerviosa, él era
Massimo luego de varios minutos apareció con Maurizio en brazos y Paolo caminando a lado de él, ambos parecían apenados, pero al ver la comida en la mesa el semblante cambio a unos dinosaurios hambrientos. Sin dudar y saludar comenzaron a devorar lo que había en sus platos servidos.— Ya ven niños, acomida está deliciosa. — Dijo Matteo viéndolos de reojo. — ¿En dónde estaban?— Viendo la televisión… ¡Tenías razón! — Dijo Massimo cruzándose de brazos. — Ahora bien, ¿acaso no piensan saludar? Está aquí Aldo y Paloma.— ¡Hola, Aldo! Ambos saludaron sin despegar la vista de la comida.— ¿Y Paloma?— Ella es de la casa, así que no cuenta… — Dijo Maurizio tranquilamente.Paloma se sintió un tanto extraña, ella nunca pensó que sus hermanos la viera de esa manera, eso la hizo sentir de cierta manera bien. Aunque se sentía culpable, la situación en casa no estaba de lo mejor y aquí ella se sentía cómoda, era como si quisiera escapar de esa realidad.Varios minutos después Aldo y Paloma salieron
Paloma entró a la casa, procurando no hacer ruido, sin embargo, no esperaba toparse con su madre en el recibidor.— Paloma, hija, ¿podemos hablar?— Hola, mamá… Estoy un poco cansada, ¿podría ser mañana?— No hija, debemos hablar hoy…Paloma tomó aire y acepto con la cabeza, ella estaba tratando de no tocar ningún tema, ya que no sabía cuál sería su reacción, precisamente eso la hizo no pisar un pie ese día en casa hasta las altas horas.— ¿Me acompañas al estudio de tu padre?— ¡Bien, vamos!Una vez que ambas mujeres entraron y Valeria cerro la puerta, tomo aire y lo dejo salir en un largo suspiro, sabía que esa no sería una plática fácil.— Hija, sé que te has dado cuenta de lo que sucede aquí… Tu padre no está y agradezco por ayudarme en la mañana… Sé que pronto las cosas volverán a estar en su sitio. — dijo Valeria en tono conciliador.— Madre, estoy tratando de no ponerme de ningún lado. Pero si te debo ser sincera, me duele ver lo que pasa y más darme cuenta el porqué.— Paloma h
Tras la discusión con Paloma, Valeria salió del estudio y camino hacia su habitación, su mente estaba llena de las cosas que le había dicho su hija, una cosa es escuchar de personas como Camila y Emma, el que no tiene sentido aferrarse a algo y otra es escucharla de tu propia hija. La vida estaba resultando muy injusta, cuando joven tomo la decisión de amar a Massimo y todo salió realmente mal, termino con el alma y corazón roto, él no había sido la mejor de sus elecciones, pero que podía esperar si tan solo tenía 19 años cuando se casó. Ahora que lo pensaba, Pietro había llegado desde antes a su corazón, él había llegado desde que la abuela Caterina los presento, ella no supo decidir bien en ese entonces y termino aceptando a Massimo. Actualmente, sentía la misma sensación, nuevamente había elegido a Marco antes de Pietro, aunque la diferencia era el motivo que los unió. — “¡Lo siento Marco, pero no eres tú, soy yo! ¡Soy yo y todas mis malas decisiones!” – Dijo mentalmente. --- Ca
Ya había pasado un mes desde que Massimo supo que su hija estaba embarazada, un mes desde que Diana Méndez estaba en Italia, un maldito mes desde que supo toda la verdad. La investigación de Pietro estaba claro que no era para dañarlos tal como lo pensaron en un principio, más bien eran todos los puntos desde donde los podrían lastimar. Desde aquel largo día en casa de Federico nadie había vuelto a hablar, Marco Barzinni había dejado el Grupo Pellegrini, Aldo Pellegrini, aunque un tanto renuente, también se había deslindado de lo heredado. El nombre de Massimo Pellegrini solo aparecía como eso, como un nombre, él no tenía ninguna intención de regresar, Matteo era el apoderado legal, básicamente solo estaba esperando. ¿Qué era lo que esperaba? Matteo esperaba la llegada de Leonardo Pellegrini, Massimo estaba seguro de que no debía tardar, su supuesto padre no debía tardar, una vez que se declarara la compañía en bancarrota, Leonardo por ahí iba a andar. Massimo había analizado todas
Una semana había pasado desde que Marco pidió hablar con su abogado, mismo tiempo que llevaba desde que Federico había hablado con Valeria. En un inicio, Federico creía que todo esto era parte de un arranque de celos de Marco, pero al hablar con Valeria, el mismo pudo percatarse de lo que su amigo le dijo, por lo que, sin más remedio, termino contactando a un abogado en Italia.Marco solicitó el divorcio de manera amistosa, venían dos hijos en camino y tenían otros dos más, el motivo serían diferencias irreconciliables, no había culpables, solo que no podían seguir juntos, por más esfuerzos que hicieran. El abogado sugirió terapia de pareja, pero Marco se negó, ya que, si de algo estaba seguro, era de que ya no eran una pareja, le dolía aceptarlo, pero tal vez nunca fueron pareja, ella solo unió su vida, porque no había de otra, puesto que la vida sigue, más no por verdadero y genuino amor.La semana transcurrió normal, hasta que el abogado apareció en casa de Federico con el acuerdo d
Marco no sabía exactamente dónde sentarse, los ojos almendra de su esposa lo miraban con curiosidad, Valeria no entendía la actitud de su esposo, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo.— ¡Dios Marco! ¡Ya toma asiento y hablemos de lo que significa eso! – Dijo Valeria señalando el folder con documentos.Marco finalmente se sentó en la silla que estaba frente al escritorio, quedando a lado de Valeria, se giró y la miro, vio esos ojos que le volvían loco y que hoy le dolían.— Vale… No quería llegar a esto, pero…— Pero… ¿Qué Marco? ¿Qué? ¡Demonios! ¡Me estás pidiendo el divorcio!— Si Valeria y créeme, es la decisión más dolorosa que he tenido que tomar.Valeria lo vio y sus ojos se llenaron de lágrimas, ella poco a poco, palabra con palabra que salía de la boca de Marco, se daba cuenta de que era verdad, él y había tomado la decisión.— ¿Por qué Marco? ¿Por qué ahora?— Mi querida Valeria, ambos sabemos que aunque no lo quieres aceptar, tú no me amas…— Marco, yo… Yo te amo…— Va
Habían pasado 3 semanas desde que Valeria firmo los documentos, básicamente ella ahora era una mujer libre, Gio había estado triste al saber que sus padres se separaban, él aún era pequeño, con sus casi 6 años, no comprendía bien a bien que era separarse. En la mente del niño creía que era como lo que estaba viviendo Enzo, su abuelo vivía ahora en otro país, él sabía que cuidaba de la miss Celeste, pero los fines de semana venía a visitarle sin falta, Gio entendía que así era una separación, tal como lo dijo el abuelo de Enzo, cuando terminen las clases, estarán juntos.Valeria había tenido que agarrar fuerzas de donde no tenía para mantenerse tranquila, lo hacía por sus pequeños principalmente, desde el día que delante de Marco firmo los papeles de divorcio, no habían tenido contacto, ella prefirió que, si había algo que revisar de los chicos, lo tomara Camila o Paloma. Otro duro golpe de realidad le llego cuando noto que hoy tenía la visita con la ginecóloga, habían pasado un par de