Hola queridas lectoras y lectores He leído sus comentarios y ya verán que pronto vendrán nuevas cosas en la historia de Guadalupe.
Pietro paso de largo por la mesa donde estaba Massimo y Alessia conversando, busco un lugar donde no pudieran escucharle o interrumpirle.- Marco ¿Qué sucede? Me sorprendió el correo que enviaste ayer durante la madrugada.- Pietro, hay algo que necesito decirte… - Dijo Marco dejando un largo silencio.- Dime…- Franco Amato me ha localizado en Nueva York, por lo que tuve que moverme…- ¿Cómo pudo suceder eso?- ¡No lo sé! Pero algo es seguro, nos anda cazando…- ¿A quiénes? ¡No logro comprender! – Dijo Pietro preocupado.- Federico me dijo que ha estado investigando a la familia Priego, sobre todo al abuelo de Guadalupe Priego, debes tener cuidado con lo que digas y hagas. – Marco soltó el tema en un tono de advertencia.- Marco, ¡Alberto Priego está aquí y lo sabes!- Sería preferible que regresara a donde esta, no quiero que les vayan a dar una sorpresa.- Amigo, ¡No te preocupes! La casa es muy segura y la reunión es meramente familiar.- ¡Lo sé Pietro! Pero no olvides que dentro d
Pietro después de unos minutos manejando, los cuales le parecieron eternos, llego a urgencias. Filipo Serra le estaba esperando, cuando lo vio llegar y abrir la puerta del copiloto para bajar a su mujer lo intercepto y dijo:- ¡Ya tu abuela me ha dado los pormenores! ¡Anda vamos! ¡No hay tiempo que perder!Pietro coloco a Guadalupe en una camilla donde enfermeras comenzaron a rodearla para tomar sus signos vitales y prepararla para una exhaustiva revisión. Filipo detuvo la marcha de Pietro, él no podía entrar más haya de donde estaba permitido.- Pietro se que estas preocupado, pero ahora esta en nuestras manos, déjanos hacer nuestro trabajo.Al decir esto Filipo entro a la sala de urgencias y desapareció de la vista de Pietro. Este se encontraba como león enjaulado, daba vueltas de un lado al otro, nada podía calmarle. Jamás hubiese esperado el giro tan grande en los acontecimientos de hoy, sin mas que poder hacer, saco su móvil, busco un contacto y lo marco.- Marco, ha ocurrido algo
Pietro colgó la llamada con la abuela Caterina, entro a la habitación donde Guadalupe estaba sentada. El sintió como el corazón se le estrujo cuando vio el rostro de su amada lleno de lágrimas, ese mismo rostro que hoy por la mañana estaba que irradiaba felicidad en sus brazos.- ¡Mi vida! ¡Ya estoy aquí! ¡Todo estará bien! – Dijo Pietro mientras le abrazaba fuertemente.- Pietro… ¡No, nada esta bien! ¡Mi abuelo se ha ido…!- ¡Lo sé amor y lo lamento profundamente! Pero no quiero que te hagas daño, si a ustedes les pasa algo, no sé qué haría, ¡Ustedes son mi prioridad! ¡No podría vivir sin ustedes!- Pietro… Es que yo…- Amor, se que no es fácil, pero piensa en el bebe… ¡Yo los amo! Siempre voy a estar contigo, no me gusta verte así…- ¡Me duele mucho haber perdido a mi abuelo de esta manera! El merece un funeral, ¡Por favor, Pietro, ayúdame con eso! – Dijo la chica suplicante.- ¡Mi vida! La abuela Caterina ya se esta haciendo cargo de eso, me ha dicho que tu abuelo quería ser cremado
Pietro y Guadalupe permanecieron en el hospital esa noche, de momento el cansancio vencía a la chica y se quedaba dormida. Despertaba minutos más tarde y volvía a llorar. Pietro se sentía angustiado, no quería que su amada cayera en el mismo bache de hace dos meses.- ¡Por favor, amor, necesitas descansar! No pueden colocarte calmantes por el bebé.Guadalupe sollozaba e intentaba calmarse, pero de repente todo lo vivido este día regresaba a su mente y comenzaba a llorar.- Amor… Tranquila por favor, tranquila, piensa en el bebé…Pietro tuvo una larga noche, aunque había un sillón donde podría descansar, este prefirió acompañar a Guadalupe en la camilla, ella finalmente sucumbió ante el cansancio en los brazos de Pietro.Por la mañana Filipo visito a la pareja y les permitió abandonar el hospital con la promesa de que no haría esfuerzos y trataría de no caminar, el bebé se aferraba a la vida, pero ella también necesitaba poner de su parte.Pietro había pedido a Leopoldo mandar una muda
Massimo al ver a la pareja, se sintió incomodo y prefirió retirarse, no estaba en el lugar, ni momento adecuado para hablar con Guadalupe, por lo que fue a buscar a Alessia a su habitación.- ¿Alessia? Puedo pasar… - Dijo Massimo mientras llamaba a la puerta.Al no escuchar respuesta, entro inmediatamente, encontrándose con el rostro de la chica cubierto de lágrimas.- Massimo ¿Qué haces aquí? ¡Anda! ¡Ve con tu exmujer! – Dijo Alessia furiosa.- ¿A que te refieres? – Dijo Massimo consternado.- ¡Te acabo de ver como cargaste a tu exmujer! Vas y la buscas, ¿Acaso no soy yo la futura madre de tu hijo?- ¡Lo eres! Pero eso ¿Que tiene que ver?- Hoy, ni siquiera me has venido a ver y salgo a buscarte, solo para encontrarme con una tierna escena entre tú y tu exmujer. No se a que me trajiste aquí…- Alessia yo… Solo la ayude a acercarse a la banca que esta en el jardín, ¡Entiéndeme!- ¿Qué tengo que entender? ¿Qué sigues buscando a tu exmujer? ¡Ella ya esta con Pietro! Y pareciera que eres
Pasaba del medio día, cuando el sacerdote llego para oficiar una misa, la cantidad de personas reunidas era minúscula, esto prácticamente era para poder darle un último adiós a Alberto Priego de manera digna. Después de la misa, el cuerpo saldría acompañado por Caterina y Leonardo al lugar donde seria cremado, Guadalupe había sido convencida de no insistir en ir, ella debía guardar reposo.La misa transcurrió sin problemas, Guadalupe estaba sentada y Pietro sostenía su mano, ella temblaba y su rostro estaba lleno de lágrimas. Le dolían los ojos, sentía que ya no tenia nada mas que llorar, pero el nudo en su pecho le impedía dejar de hacerlo.Massimo agarraba la mano de la abuela, aunque este no se atrevió a decirle nada, intuía perfectamente que ella no debía estarlo pasando bien. Su dolor era silencioso, de vez en vez se le escapaba una lagrima, pero trataba de mantener el mismo semblante fuerte de siempre.Al termino de la misa, Guadalupe se levanto y muy despacio camino hacia el fér
Horas más tarde, Caterina, su hijo y nieto regresaban a casa con la urna y las cenizas del abuelo Alberto. Caterina la sostenía como si de eso dependiera su vida, no veía la ahora de llegar a casa y poder llorar tranquilamente en su recamara, sentía que la vida había sido muy injusta, le estaba jugando una mala pasada, su matrimonio no había terminado de la mejor manera, años más tarde pudo conocer a quien pudo haber sido su esposo, se enamoró de él y ahora le había tocado verlo perecer.- ¡Hijos míos! Necesito ir a descansar, han sido unos largos y cansados días. Si gustan cenar, avísenle a Leopoldo. – Dijo la abuela mientras caminaba hacia su habitación.- Madre ¿Te encuentras bien? – Dijo Leopoldo al ver cómo ser marchaba.- Padre… - Dijo Massimo tomándole el hombro y haciéndole señas negando con la cabeza.Leonardo entendió esto y no pregunto nada más, ambos fueron a la sala, Leopoldo no tardó en llegar, les llevaba café.- Señores Pellegrini, disculpen ¿Van a querer cenar? – Pregu
Marco Barzinni acababa de instalarse en una de las playas de Cancún, Federico había buscado una casa ubicada en el boulevard Pok-ta-pok en Cancún. El lugar tenía una agradable vista al mar y también un fuerte dispositivo de seguridad.Era una enorme casa para un hombre tan solo, su llegada a la zona no pasó desapercibida, algunos residentes de la zona residencial, quienes les llamo la atención la rapidez y el hermetismo con el que la mudanza se llevó acabo. Suponían podría tratarse de algun famoso que había comprado la casa, pero todo terminaba en meras suposiciones.- Federico ¿Cómo vamos con la mudanza? No me gusta tener tanto personal en la casa, por favor, ve que apresuren todo y puedan marcharse rápidamente. – Dijo Marco mientras veía hacia la ventana.Marco Barzinni, después del atentado había quedado psicológicamente lastimado, no le gustaba estar ante demasiadas personas, evitaba en gran medida los grupos grandes de personas, aunque trataba de mezclarse, solo si era realmente n