Pietro había sido sacado de Italia por Teodore, todo a tiempo para no ser arrestado, ni siquiera tuvo tiempo de ver si Guadalupe estaba en buenas manos y segura, su compañero y amigo se lo impidió y no hubo poder humano que lo convenciera de dejarlo verla.

El hombre era llevado a su casa en Eslovenia, llevaba un cúmulo de emociones que le estaban quemando y provocando un gran dolor de cabeza, su ropa aún llevaba el aroma de Guadalupe, no había podido cambiarse.

Cuando llegó al aeropuerto, Boyko ya lo estaba esperando y tenía órdenes de llevarlo inmediatamente a su casa, por el momento, estaría bajo el escrutinio de su chofer.

Cerró los ojos al ver la puerta de aquella casa, aquella que llevaba más de dos meses en no llegar, no sabía lo que le esperaba y, por el momento, no se sentía con ganas de ver a nadie.

Celeste estaba en su estudio de pintura, cuando se percató de que un auto se estacionaba, algo la hizo dirigir la mirada más de un segundo y vio cómo del auto descendía Pietro, Boy