Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia, espero les guste. ¡Gracias por su paciencia y buenos deseos! Esta semana, regreso a escribir con mayor frecuencia, esto me ayuda a sentirme mejor.
Marco luego de hablar con Paloma y Aldo, sentía un gran hueco en el pecho, no podía evitar pensar en que su niña, ya no era una niña, era una mujer, una que había elegido a su compañero de vida.- Aldo, deberías llevar a Paloma a casa, ella necesita descansar, el viaje fue largo y debe estar agotada. En su estado no debería hacer este tipo de esfuerzos, yo estaré aquí por un momento, si quieres, ella se puede ir con nosotros, entiendo que quieres estar en el hospital por Pietro, pero ella debe descansar.- Sí, es algo que he estado pensando, pero antes de llevarla a casa, queríamos hablar con ustedes, creo que tanto Paloma como usted, estarán de acuerdo con que, aún debemos hablar con la señora Barzinni.Marco quería discutir, pero era cierto, él y Paloma, siempre habían cometido algunas fechorías a espaldas de su madre; sin embargo, esto no se trataba de ninguna fechoría, esto debía cerrarse desde hoy. Él hombre entendía que su esposa estaba un poco estresada y molesta, sabía que su m
Pietro fue a buscar una habitación disponible, era raro, sabía muy bien que no era un hotel, era un hospital, pero en muchas ocasiones, se pueden hacer concesiones para algunas personas, así que probaría con ello. Marco tenía razón, Paloma se había aguantado un vuelo de 6 horas sin escalas y, era de madrugada, no podía estar mal pasándose así.Afortunadamente, el personal del hospital le proporciono una habitación cómoda para su esposa, la realidad es que, el solo mencionar su apellido, el personal médico supo que no se trataba de cualquier persona. Con el tema de la habitación resuelto, fue a la cafetería a buscar algo para que Paloma cenara, no esperaba encontrarse con Valeria y Diana, el joven tomo aire y supo que no habría mejor oportunidad para hablar que esa.Rogando a todos los santos que su madre le inculco, camino a paso firme hacia la mesa donde Diana y Valeria se encontraban.Valeria, al ver el joven que se acercaba, supo inmediatamente de quien se trataba, su rostro era tan
Valeria y Aldo continuaron platicando el tiempo en que la cafetería preparó una ensalada para Paloma, Valeria quedó sorprendida al ver cómo Aldo ya conocía los gustos de su hija.Ella observaba al futuro esposo de su hija y entendía que su hija había hecho una buena elección, por momentos le llegaba la culpa ante su primera reacción, no solo era remordimiento, era vergüenza, ya que era la primera impresión que le daba a su futuro yerno.Después de unos minutos, Valeria caminaba a lado de aquel joven, por momentos cuando lo veía, pareciera que veía al Pietro que ella conoció de joven, aquel hombre seguro de sí mismo, aquel que desde la primera vez que conoció la acogió como parte de su vida.Por un momento sonrió para sus adentros, la vida no les había permitido estar juntos, hoy día cada uno estaba con quien debía estar, habían continuado su vida y por ridículo que pareciera, la vida los pondría juntos de nuevo, no como pareja, sino como familiares políticos.--- Habitación de Pietro -
Celeste regreso a la habitación con Pietro, el hombre la miro y le dijo:- Ven… Quiero abrazarlos…Celeste lo miro y algo en aquella mirada no le gusto, pero sin pensarlo dos veces se acercó.- ¿Sabes que desde que te conocí te volviste mi mundo? No puedo creer que vayas a ser mi esposa.- Pietro… Debes reponerte, cuando todo esto haya terminado, nos iremos a casa, además tenemos una boda que preparar.Pietro la miro, le sonrió, él sabía que algo no estaba bien, se negaba a dejarla sola, pero por alguna extraña razón, sentía que no volvería a verla. Razón por la que quería aprovechar todo el tiempo que tuviera disponible.- ¿Dónde pusiste a Enzo?- Está en la salita de estar, lo coloqué en el sillón, está dormido como piedra.- Bien… Ven… Súbete a la cama, quiero abrazarte…Celeste subió a la camilla, él le abrazó y pudo olfatear su aroma a rosas.- ¡Sabes que esto era una de las cosas que más me gustan de ti!- ¿Qué?- Tu aroma a rosas…- ¿De verdad?- Sí, me encanta tu perfume, me en
Diana salió con Massimo de la habitación, ambos lucían cansados y preocupados, eran las 10:00 am y aún no tenían noticias de Pietro. Celeste se había quedado profundamente dormida con un té que le habían llevado. Marco y Valeria habían salido del hospital un par de horas antes, fueron a casa de Magnus a recoger a Gio, al cual no veían en meses.Aldo estaba agotado, pero, aun así, prefería no moverse del hospital, aunque Paloma insistía en quedarse a su lado, él prefirió mandarla a casa con sus padres, la operación de su padre era demasiado larga y no sabía en qué momento saldría, no quería que su esposa siguiera mal pasándose.Enzo también había sido llevado a casa con Paloma, básicamente, en este momento, lo más preocupante era cómo saldría Pietro de todo esto, a pesar de todas las diferencias, todos rogaban por el éxito de la operación.Celeste, luego de tomar una larga siesta, despertó; al hacerlo, vio que Aldo estaba sentado a su lado. Él joven lucía cansado, así que, tratando de n
Massimo y Celeste estaban a la espera de que alguien saliera de la sala de operaciones, con cada minuto que pasaba, Celeste sentía que el corazón se le estrujaba. Massimo podía sentir la intranquilidad de la joven, la abrazó y le dijo:- Pietro es un terco, créeme, él se va a aferrar a la vida, tú y sus hijos son por lo que va a luchar de ahora en adelante.- ¿Tú crees?- ¡No solo lo creo! ¡Estoy completamente seguro!Celeste respiró hondo y trató de creer en las palabras de su cuñado, que no le daban mucho consuelo, pero necesitaba creer en algo, necesitaba algo a que aferrarse.Luego de unos minutos, la puerta de la sala de quirófanos se abrió, el doctor Wagner salió, su semblante era cansado, él lucía cansado. Rápidamente, tanto Massimo como Celeste se acercaron al médico.- Doctor Wagner, ¿Cómo está, Pietro? ¿Cómo salió todo?El rostro del médico no le dio buena espina a Celeste, ella intuía que algo no iba bien.- ¿Cómo está? ¡Díganos! No nos dejé así… - Dijo Celeste suplicando.-
--- Pietro Pellegrini ---Por unos segundos contemplo a Celeste, era una niña, bueno en comparación conmigo, ella lo era. La chica era delgada, su cabello estaba alborotado tal como siempre, usaba lentes, su mirada reflejaba la inocencia de su edad, sonrío y camino hacia ella.- ¿Quién eres tú? – Pregunto sabiendo la respuesta.- ¡Hola, señor! Mi nombre es Celeste Massimp. – Dijo Celeste de manera respetuosa.- Celeste Massimp, ¿Por qué no te había visto antes?- ¡Oh! Estoy de visita, la verdad es que no vivo en Gaeta, yo soy de Bassano de la Grapa, es un pueblito muy…- ¡Muy lindo! – Completo su oración, una que siempre escuchaba de ella en otra vida.- ¡Sí! – Respondió ella con emoción. - ¿Lo conoce?- Me parece haber estado ahí en algún momento…- ¡Vaya! La verdad no me lo imagino, aún es un pueblito muy pequeño, es bonito, pero aún le falta mucho desarrollo…- Entonces, ¿Ahí vives?- Sí… ¿Por qué la pregunta?- Es que te me haces conocida, pero no sé de dónde te he visto antes…- S
Luego de terminar de afinar algunos detalles sobre mi fortuna, tomé el teléfono y busco al contacto que cambiaría toda mi vida.- ¿Pietro?- Marco…- ¿Qué sucede? Normalmente, no me llamas dos veces…- Bueno… En realidad, tú me hablaste hace un momento… - Digo tratando de parecer sereno.- ¿Qué te pasa?- Sabes que te estimo como un hermano, ¿verdad?- Si… Algunas veces cuando nos hemos visto y estamos ebrios, lo sacas a colación…- Marco… Hay algo que debo preguntarte…- ¿Estás sentimental?- Un poco… ¿Qué harías si hoy muriera?- ¿Qué demonios dices Pietro? Ya hemos hablado del tema con anterioridad y eso quedó en el pasado. ¿Lo recuerdas?- No hablo de suicidio, hablo de que me accidentara, no sé, mi auto fallara, los frenos, las llantas, cosas que podrían suceder…- Pietro ¿Qué pregunta es esa?- Responde…- Mmm… tú me has dicho que soy el único que está autorizado para decidir sobre ti, en caso de que algo llegara a pasarte. Sobre todo, por las cosas a las que nos dedicamos…- Sí…