Pietro manejaba su lujoso Lamborghini a toda velocidad, cuando sintió la mirada de su copiloto, Guadalupe estaba un poco asustada por la velocidad a la que iban manejando. De pronto, a lo lejos de la carretera, esta pudo observar cómo el mar se podía comenzar a vislumbrar, una costa dorada se podía ver a lo lejos y el agua del mar era de un azul profundo.- ¿En dónde estamos? – preguntó la chica.- Estamos por llegar a casa, esto es Gaeta. – Dijo Pietro en perfecto español.- ¿Tú hablas mi idioma? - preguntó sorprendida.- ¡Claro! - contestó el hombre con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.- ¿Hablas más idiomas? - preguntó nuevamente la chica con cierta intriga.- ¡Sí! Me ha gustado aprender varios idiomas.- ¡Wow! - dijo la chica sorprendida nuevamente.- ¿De dónde eres, Guadalupe? Aunque creo saber de dónde, prefiero que me lo digas y no mientas.- ¡Soy de México! - dijo la chica, sintiéndose más segura.- ¡Ya lo sabía! Ese nombre es peculiar en tu país, por no decir que es m
Durante el camino, Guadalupe se relajó después de la plática que tuvo con Plácido. Finalmente, conoció un lado de Pietro que pocos conocían. Ahora entendía por qué la abuela le tenía en gran estima, entendió por qué había considerado que era mejor opción quedarse a vivir con él.- ¿Qué me miras? – Dijo Pietro mientras tomaba un pedazo de pizza.- ¡Nada! – Dijo Guadalupe, sintiéndose descubierta.- Debe ser algo, porque esos grandes ojos que posees no se posarían en mí si no fuera por curiosidad.- ¡Bueno, sí! ¿Por qué no te llevas bien con Massimo?- ¡Oh, es eso! - dijo el hombre sonriendo. - ¿Acaso escuchaste algo de la conversación?- Mmm… No. – Guadalupe no entendía de qué hablaba.- Massimo y yo somos hermanos, pero digamos que él fue criado con la idea de que siempre sería el presidente del grupo. Yo, por el contrario, siempre fui el segundo en todo. Eso hizo que me esforzara más para llamar la atención de mis padres; nunca lo logré. Pero eso no me limitó, al contrario, comencé
Pietro tomó un baño y fue a dormir, quedando dormido como piedra. Por su lado, Guadalupe, salió al balcón que tenía su habitación y quedó viendo el cielo, se preguntaba:- ¿Qué estará haciendo Massimo ahora? Ni siquiera pude despedirme de él.Soltó un suspiro y recordó la conversación que escuchó por error entre Emma y la abuela Pellegrini. Massimo tenía a alguien por quien suspirar, ella solo era una invitada en su casa, no tendría por qué enamorarse de él. Finalmente, sacudió la cabeza y se dijo:- ¡Guadalupe, no seas burra! Esta es una oportunidad de conocer nuevas cosas. Pietro dice que el abuelo está bien y si él lo está, tú también debes buscar la felicidad.Sin nada más que hacer, salió de la recámara por un vaso de leche y regresó a esta, tomó un baño y se puso el pijama que la abuela le acababa de comprar, para después quedarse dormida profundamente.A la mañana siguiente los rayos de luz se colaban por esas cortinas casi transparentes; la vista era todo un espectáculo. Abri
¿A dónde quedó el amor? Parte 2Pietro llegó al consultorio de Filipo, bajó del auto y corrió a abrir la puerta del copiloto. Ayudo a bajar a Guadalupe, le tomo de la mano y la llevo al consultorio.- ¡Filipo, hemos llegado, ayúdame a revisar a Ángela!- ¡Pietro, Ángela…! ¡Pasen, pasen por aquí! – decía Filipo mientras señalaba una camilla. – Pietro por favor, ayúdala a subirse, debemos revisarte, Ángela.Guadalupe, sabía que Filipo la conocía por ese nombre debido al tiempo que vivió con Pietro, así que no le corregía. Aunque al escuchar ese nombre le generó tanta nostalgia, que comenzó a llorar, Pietro la abrazó y el aroma de su colonia, le traía tantos recuerdos, que lejos de consolarla, le hacía que llorara más.- ¿Qué pasa muñeca? Debes tratar de calmarte, necesitamos que Filipo te revise. Me preocupa el golpe que tienes en la cabeza.Guadalupe trató de calmarse y poniéndose las manos en el rostro, dijo:- ¡Perdón, perdón! No quiero meterlos en problemas, yo no sabía qué hacer… -
Massimo regresó a la habitación de su esposa, ella dormía tranquilamente, notó cómo uno de los vendajes tenía marcas de sangre.- Una de las heridas se ha abierto, pero fue uno de los puntos de la orilla, no se preocupe. – Dijo otra enfermera que no había presenciado la escena de hace unos minutos. – Ahora dormirá profundamente al menos un par de horas, tal vez debería aprovechar para ir a su casa o llamar a alguien para que lo supla, usted se ve bastante agotado, lleva varios días aquí.- ¡Tiene razón! Además, no importa si estoy o no, yo soy el causante de esto y cuando ella despierte, seguro no le agradará verme.- No diga eso, los problemas que hayan tenido no deben ser tan grandes, en ocasiones nos ahogamos en un vaso de agua, pero el tiempo siempre nos muestra la verdad de las cosas, si usted ama a su esposa, sé que encontrará la manera de arreglar las cosas con ella.- ¡Ese es el problema! Ya no hay otra manera, lo que ella quiere es el divorcio y creo que lo más sensato será dá
Massimo colocó su brazo para que Guadalupe se sujetara, se percató de que rengueaba debido al cansancio en los pies, pero no quiso sobrepasarse y asustar a la chica. Tan pronto como llegaron a su Ferrari, este abrió la puerta y le ayudó a subirse al auto. El manejo velozmente para llegar a casa, mientras eso sucedía, en su mente le pasó algo que la abuela acababa de decir y que podía ser el fin de su problema.A la abuela Caterina le agradaba Guadalupe y, él no sentía indiferencia hacia la chica. Es más, Guadalupe en algún momento mostró atracción por él. “Tal vez sí, eso podría funcionar”. – Pensó, Massimo.Guadalupe podría convertirse en su esposa, ella era la candidata ideal, era joven, hermosa y tranquila, salvo su temporada con Pietro, no había manchas en su vida social y lo que hubiera hecho fue muy lejos de Lazio, así que no habría nada que ocultar.Al llegar a la mansión, Massimo la ayudó a bajar, esta emitió un pequeño quejido.- ¡Auch! Mis piececitos, como venía sentada y n
Massimo regresó a la oficina después de dos semanas fuera. Esta era la primera ocasión, en la que se había ausentado tanto tiempo en lo que llevaba siendo el presidente de la compañía. Lucía, un semblante cansado, pero no había opción; debía mantener la mente alejada de los recuerdos y pensamientos hacia su mujer, quien era cuidada desde ayer por Emma.- ¡Massimo! ¡Me alegra mucho verte de regreso! ¿Cómo estás? ¿Cómo está la dramática de tu mujer? – dijo Alessia esbozando una enorme sonrisa.- Señorita Amato, te voy a pedir que tengas más respeto por Guadalupe, ella no la está pasando nada bien y todo fue a partir de lo que vio, así que tu comentario está muy fuera de lugar.- ¡Massimo! ¡Perdón! Pero pensé que te molestaba la actitud de tu mujer.- El que yo haga comentarios despectivos de mi esposa, no te da derecho a que tú puedas hacer lo mismo. Debes conocer muy bien tu lugar y por ahora tú eres mi amante. - dijo sin inmutarse por los sentimientos de la mujer.- ¡Perdón, Massimo!
Massimo se levantó de la banca con una sensación de pesar en el cuerpo y sobre todo en el corazón. Todo este tiempo había sido un imbécil, él se había convertido en el verdugo de Guadalupe sin razón. Ella nunca quiso lastimarle, ella solo le entregó su corazón, su juventud y su virginidad, solo para ser pisoteada. Con la mano temblorosa, saco su teléfono y le marco a Matteo:- Matteo, necesito que me ayudes a investigar lo siguiente, quiero saber... ¿Qué ocurrió el día que me casé con Guadalupe?- ¿Señor? En específico, ¿Qué quiere que busque? - dijo Matteo sin entender que era lo que quería su jefe.- ¡Para empezar quiero saber si Alessia estuvo ahí!- Pero señor, eso usted lo sabe, ella fue a verle… - dijo Matteo, recordando claramente lo que sucedió.Las palabras que Matteo había dejado salir retumbaron en los oídos de Massimo.¡Era cierto! Él lo había olvidado. Alessia, sí estuvo ahí, fue a pedirle que no se casara.Ella podría buscar trabajo en otro lugar, le propuso, pero, Mas