¿A dónde quedó el amor? Parte 2Pietro llegó al consultorio de Filipo, bajó del auto y corrió a abrir la puerta del copiloto. Ayudo a bajar a Guadalupe, le tomo de la mano y la llevo al consultorio.- ¡Filipo, hemos llegado, ayúdame a revisar a Ángela!- ¡Pietro, Ángela…! ¡Pasen, pasen por aquí! – decía Filipo mientras señalaba una camilla. – Pietro por favor, ayúdala a subirse, debemos revisarte, Ángela.Guadalupe, sabía que Filipo la conocía por ese nombre debido al tiempo que vivió con Pietro, así que no le corregía. Aunque al escuchar ese nombre le generó tanta nostalgia, que comenzó a llorar, Pietro la abrazó y el aroma de su colonia, le traía tantos recuerdos, que lejos de consolarla, le hacía que llorara más.- ¿Qué pasa muñeca? Debes tratar de calmarte, necesitamos que Filipo te revise. Me preocupa el golpe que tienes en la cabeza.Guadalupe trató de calmarse y poniéndose las manos en el rostro, dijo:- ¡Perdón, perdón! No quiero meterlos en problemas, yo no sabía qué hacer… -
Massimo regresó a la habitación de su esposa, ella dormía tranquilamente, notó cómo uno de los vendajes tenía marcas de sangre.- Una de las heridas se ha abierto, pero fue uno de los puntos de la orilla, no se preocupe. – Dijo otra enfermera que no había presenciado la escena de hace unos minutos. – Ahora dormirá profundamente al menos un par de horas, tal vez debería aprovechar para ir a su casa o llamar a alguien para que lo supla, usted se ve bastante agotado, lleva varios días aquí.- ¡Tiene razón! Además, no importa si estoy o no, yo soy el causante de esto y cuando ella despierte, seguro no le agradará verme.- No diga eso, los problemas que hayan tenido no deben ser tan grandes, en ocasiones nos ahogamos en un vaso de agua, pero el tiempo siempre nos muestra la verdad de las cosas, si usted ama a su esposa, sé que encontrará la manera de arreglar las cosas con ella.- ¡Ese es el problema! Ya no hay otra manera, lo que ella quiere es el divorcio y creo que lo más sensato será dá
Massimo colocó su brazo para que Guadalupe se sujetara, se percató de que rengueaba debido al cansancio en los pies, pero no quiso sobrepasarse y asustar a la chica. Tan pronto como llegaron a su Ferrari, este abrió la puerta y le ayudó a subirse al auto. El manejo velozmente para llegar a casa, mientras eso sucedía, en su mente le pasó algo que la abuela acababa de decir y que podía ser el fin de su problema.A la abuela Caterina le agradaba Guadalupe y, él no sentía indiferencia hacia la chica. Es más, Guadalupe en algún momento mostró atracción por él. “Tal vez sí, eso podría funcionar”. – Pensó, Massimo.Guadalupe podría convertirse en su esposa, ella era la candidata ideal, era joven, hermosa y tranquila, salvo su temporada con Pietro, no había manchas en su vida social y lo que hubiera hecho fue muy lejos de Lazio, así que no habría nada que ocultar.Al llegar a la mansión, Massimo la ayudó a bajar, esta emitió un pequeño quejido.- ¡Auch! Mis piececitos, como venía sentada y n
Massimo regresó a la oficina después de dos semanas fuera. Esta era la primera ocasión, en la que se había ausentado tanto tiempo en lo que llevaba siendo el presidente de la compañía. Lucía, un semblante cansado, pero no había opción; debía mantener la mente alejada de los recuerdos y pensamientos hacia su mujer, quien era cuidada desde ayer por Emma.- ¡Massimo! ¡Me alegra mucho verte de regreso! ¿Cómo estás? ¿Cómo está la dramática de tu mujer? – dijo Alessia esbozando una enorme sonrisa.- Señorita Amato, te voy a pedir que tengas más respeto por Guadalupe, ella no la está pasando nada bien y todo fue a partir de lo que vio, así que tu comentario está muy fuera de lugar.- ¡Massimo! ¡Perdón! Pero pensé que te molestaba la actitud de tu mujer.- El que yo haga comentarios despectivos de mi esposa, no te da derecho a que tú puedas hacer lo mismo. Debes conocer muy bien tu lugar y por ahora tú eres mi amante. - dijo sin inmutarse por los sentimientos de la mujer.- ¡Perdón, Massimo!
Massimo se levantó de la banca con una sensación de pesar en el cuerpo y sobre todo en el corazón. Todo este tiempo había sido un imbécil, él se había convertido en el verdugo de Guadalupe sin razón. Ella nunca quiso lastimarle, ella solo le entregó su corazón, su juventud y su virginidad, solo para ser pisoteada. Con la mano temblorosa, saco su teléfono y le marco a Matteo:- Matteo, necesito que me ayudes a investigar lo siguiente, quiero saber... ¿Qué ocurrió el día que me casé con Guadalupe?- ¿Señor? En específico, ¿Qué quiere que busque? - dijo Matteo sin entender que era lo que quería su jefe.- ¡Para empezar quiero saber si Alessia estuvo ahí!- Pero señor, eso usted lo sabe, ella fue a verle… - dijo Matteo, recordando claramente lo que sucedió.Las palabras que Matteo había dejado salir retumbaron en los oídos de Massimo.¡Era cierto! Él lo había olvidado. Alessia, sí estuvo ahí, fue a pedirle que no se casara.Ella podría buscar trabajo en otro lugar, le propuso, pero, Mas
Emma al ver que la abuela Caterina se marchaba, se dispuso a regresar a la mansión de Massimo. Cuando caminaba hacia la salida, escucho a Massimo pronunciar su nombre.- ¡Emma! Espera, te llevo a casa, voy para allá. – dijo el hombre con un frío semblante, que a Emma le hizo temblar.- Señor, no quiero molestarle, usted seguro debe regresar a la oficina. - dijo la mujer tratando de parecer tranquila.- No, Emma, lo que debo hacer en la mansión no puede esperar más, vamos.Emma no tuvo opción y caminó a su lado en silencio, llegaron al auto y subió. Se dio cuenta de que algo en el semblante de Massimo había cambiado, pero no lograba descifrarle.Llevaba mucho tiempo sirviéndole y había aprendido a leerle sus emociones, pero esta vez le era complicado definir qué estaría pasando por su mente.Llegaron a casa y esta mujer dijo:- Señor, ¿Quiere que le haga algo para cenar? - preguntó la mujer tranquilamente.- No, Emma, necesito que me acompañes al estudio. Quiero hablar contigo de un tem
A la mañana siguiente, Matteo se levantó con dolor de cabeza, se había devanado los sesos solo para pensar cómo rescindir el contrato de Alessia.Sabía muy bien que, una vez que le informara sobre el tema a la mujer, esta se volvería loca y lo peor era que, él tenía que avisarle al ser su superior.Massimo, por otro lado, esa mañana se levantó, tenía dolor de cabeza, había tomado mucho durante la noche y esto le había causado estragos. Con su mano derecha tocó el tabique de su nariz, intentando calmar el dolor en la frente. Tomo un baño, salió y se puso un elegante traje negro que lo hacía verse tan imponente como siempre. Veía su teléfono y quería marcar a la casa de la abuela Caterina, pero aún no encontraba las palabras correctas para Guadalupe, por lo que prefería solo guardarlo y no pensar en ello por el momento.Emma le preparó el desayuno, Massimo solo tomó café y le dijo que salía para la oficina. Ella pensaba que él iría por Guadalupe al conocer la parte de la historia que s
Guadalupe despertó después de una larga siesta, Pietro había tenido razón, el aceite con esencia de lavanda la había relajado. Será el cambio de casa, será que la abuela Caterina y Pietro estaban ahí o solo era porque debía ser fuerte para que se repusiera lo más pronto posible para ver a su abuelo, lo que había logrado que ella pudiera dormir como un angelito.- Guadalupe… ¿Puedo pasar? – Se escuchó la voz masculina de Pietro.- ¡Claro! ¡Pasa!- ¿Cómo amaneció la mujer más bella de esta casa?- Pietro anda, hijo, entra. Guadalupe debe estar hambrienta… - Se escuchó a la abuela.- ¡Ay, abuela! No te pongas celosa, Guadalupe sería la segunda mujer más bella de esta casa. – Dijo mientras acomodaba en la cama una charola con un delicioso desayuno para Guadalupe.- ¡Wow! ¡Huele delicioso! Son mis alimentos favoritos. – Dijo la chica con los ojos bien abiertos.- Dije que cuidaría de ti y apoyaría en tu recuperación, ¿No? Para eso, antes que nada, debes tener panza llena y corazón contento