Massimo regreso a la habitación de su esposa, ella dormía tranquilamente, noto como uno de los vendajes tenía marcas de sangre.- Una de las heridas se ha abierto, pero fue uno de los puntos de la orilla, no se preocupe. – Dijo otra enfermera que no había presenciado la escena de hace unos minutos. – Ahora dormirá profundamente al menos unas dos horas, tal vez debería aprovechar para ir a su casa o llamar a alguien para que lo supla, usted se ve bastante agotado, lleva varios días aquí.- ¡Tiene razón! Además, no importa si estoy o no, yo soy el causante de esto y cuando ella despierte, seguro no le agradara verme.- No diga eso, los problemas que hayan tenido no deben ser tan grandes, en ocasiones nos ahogamos en un vaso de agua, pero el tiempo siempre nos muestra la verdad de las cosas, si usted ama a su esposa, sé que encontrara la manera de arreglar las cosas con ella.- Ese es el problema, ya no hay otra manera, lo que ella quiere es el divorcio y creo que lo más sensato será dár
Massimo coloco su brazo para que Guadalupe se sujetara, se percató de que rengueaba debido al cansancio en los pies, pero no quiso sobrepasarse y asustar a la chica. Pronto llegaron a su Ferrari este abrió la puerta y le ayudo a subirse al auto, el manejo velozmente para llegar a casa, mientras eso sucedía, en su mente le paso algo que la abuela acababa de decir y que podía ser el fin de su problema.A la abuela Caterina le agradaba Guadalupe y el no sentía indiferencia hacia la chica, es más Guadalupe en algun momento mostro atracción por él. “Tal vez sí, eso podría funcionar” – Pensó, Guadalupe podría convertirse en su esposa, ella era la candidata ideal, era joven, hermosa y tranquila, salvo su temporada con Pietro, no había manchas en su vida social y lo que hubiera hecho fue muy lejos de Lazio, así que no habría nada que ocultar.Al llegar a la mansión, Massimo la ayudo a bajar, esta emitió un pequeño quejido.- ¡Auch! Mis piececitos, como venia sentada y no había colocado mi pes
Massimo regreso a la oficina después de dos semanas fuera, esta era la única ocasión en la que se había ausentado tanto tiempo en lo que llevaba siendo el presidente de la compañía. Lucía un semblante cansado, pero no había opción debía mantener la mente alejada de los recuerdos y pensamientos hacia su mujer, quien era cuidada desde ayer por Emma.- ¡Massimo! ¡Me alegra mucho verte de regreso! ¿Cómo estás? ¿Cómo está la dramática de tu mujer? – Dijo Alessia esbozando una enorme sonrisa.- Señorita Amato, te voy a pedir que tengas más respeto por Guadalupe, ella no la está pasando nada bien y todo fue a partir de lo que vio, así que tu comentario esta fuera de lugar.- ¡Massimo! ¡Perdón, pero pensé que te molestaba la actitud de tu mujer!- El que yo haga comentarios despectivos de mi esposa, no te da derecho a que tú puedas hacer lo mismo, debes conocer muy bien tu lugar y por ahora tu eres mi amante.- ¡Perdón Massimo! No considere que eso te molestaría, no lo voy a volver hacer, per
Massimo se levantó de la banca con una sensación de pesar en el cuerpo y sobre todo en el corazón, todo este tiempo había sido un imbécil, él se había convertido en el verdugo de Guadalupe sin razón. Ella nunca quiso lastimarle, ella solo le entrego su corazón, su juventud y su virginidad, solo para ser pisoteada. Con la mano temblorosa, saco su teléfono y le marco a Matteo:- Matteo, necesito que me ayudes a investigar ¿Que ocurrió el día que me case con Guadalupe?- ¿Señor? En específico ¿Qué quiere que busque?- ¡Para empezar quiero saber si Alessia estuvo ahí!- Pero señor, eso usted lo sabe, ella fue a verle…Las palabras que Matteo había dejado salir retumbaron en los oídos de Massimo. Era cierto, él lo había olvidado, Alessia sí estuvo ahí, fue a pedirle que no se casara, ella podría buscar trabajo en otro lugar, le propuso. Pero Massimo estaba embaucado por la relación que llevaban y no pensaba bien las cosas, muy bien sabía que su esposa sería Guadalupe y eso no le quitaría m
Emma al ver que la abuela Caterina se marchaba se dispuso a regresar a la mansión de Massimo, cuando caminaba hacia la salida, escucho a Massimo pronunciar su nombre.- Emma, espera te llevo a casa, voy para allá. – Dijo el hombre con un frio semblante, que a Emma le hizo temblar.- Señor no quiero molestarle, usted seguro debe regresar a la oficina.- No Emma, lo que debo hacer en la mansión no puede esperar más, vamos.Emma no tuvo opción y camino a su lado en silencio, llegaron al auto y subió, se dio cuenta que algo en el semblante de Massimo había cambiado, pero no lograba descifrarle, llevaba mucho tiempo sirviéndole y había aprendido a leerle sus emociones, pero esta vez le era complicado definir que estaría pasando por su mente.Llegaron a casa y esta mujer dijo:- Señor ¿Quiere que le haga algo para cenar?- No Emma, necesito que me acompañes al estudio. Quiero hablar contigo de un tema privado.Emma sintió como sudor frio recorría su cuerpo, no sabía que podría estar pensand
A la mañana siguiente Matteo se levantó con dolor de cabeza, se había devanado los sesos solo para pensar como rescindir el contrato de Alessia, sabía muy bien que una vez que le informara, esta mujer se volvería loca y lo peor era que él tenía que avisarle al ser su superior. Massimo por otro lado, esa mañana se levantó, tenía dolor de cabeza, había tomado mucho durante la noche y esto le había causado estragos, con su mano derecha toco el tabique de su nariz intentando calmar el dolor en la frente. Tomo un baño, salió y se puso un elegante traje negro que lo hacia verse tan imponente como siempre, veía su teléfono y quería marcar a casa de la abuela Caterina, pero aun no encontraba las palabras correctas para Guadalupe, por lo que prefería solo guardarlo y no pensar en ello por el momento. Emma le preparo el desayuno, Massimo solo tomo café y le dijo que salía para la oficina, ella pensaba que el iría por Guadalupe al conocer la parte de la historia que se le mantuvo oculta, pero
Guadalupe despertó después de una larga siesta, Pietro había tenido razón, el aceite esencia de lavanda la había relajado. Sera el cambio de casa, será que la abuela Caterina y Pietro estaban ahí o solo era porque debía ser fuerte para que se repusiera lo más pronto posible para ver a su abuelo, ella había logrado dormir como un angelito.- Guadalupe… ¿Puedo pasar? – Se escuchó la voz masculina de Pietro.- ¡Claro! ¡Pasa!- ¿Cómo amaneció la mujer más bella de esta casa?- Pietro anda hijo, entra. Guadalupe debe estar hambrienta… - Se escuchó a la abuela.- Hay abuela! No te pongas celosa, Guadalupe sería la segunda mujer más bella de esta casa. – Dijo mientras acomodaba en la cama una charola con un delicioso desayuno para Guadalupe.- ¡Wow! ¡Huele delicioso! Son mis alimentos favoritos. – Dijo la chica con los ojos bien abiertos.- Dije que cuidaría de ti y apoyaría en tu recuperación. Para eso antes que nada debes tener panza llena y corazón contento.- Pietro se levantó temprano y
Massimo se levanto y tomo el primer vuelo a Florencia, su esposa le había invitado a platicar y el no desaprovecharía esa oportunidad. Llegando condujo lo mas a prisa a La toscana, ese día en especifico los campos se veían más relucientes, él llevaba una mezcla de emociones que no podía describir, pero el solo haber escuchado la voz de su esposa y pensar que hoy la vería, le puso de buen humor.Por otro lado, algo hizo que Guadalupe despertara, no sabía si fue un sueño o una de sus acostumbradas pesadillas, pero recordaba haber hablado con su esposo. Sintió una punzada en el estomago cuando vio su teléfono en la cama, con rapidez lo reviso y efectivamente tenia una llamada de Massimo, esto hizo que el sueño se le fuera, tomo su bata y salió a caminar por los jardines de la mansión, la mañana estaba fresca y había un ligero viento.Leopoldo al ver llegar un automóvil a la mansión, salió a recibirle pensando que se trataba del Sr. Pietro, pero no era así.- Señor Pellegrini, no le esper