Estimadas lectoras y lectores Una sincera disculpa, he tenido un contratiempo de salud y tuve que ser hospitalizada, espero pronto poder seguir.
Luego de varias horas de vuelo, un avión aterrizaba en el aeropuerto internacional Fiumicino, Italia, Aldo y Paloma llegaban junto a toda la familia, ambos llevaban una mezcla entre nervios y sentimientos encontrados. Por un lado, Paloma por fin podría volver a su madre y padre después de varios meses fuera, por otro, sabía que había algunas cosas que no podrían pasar desapercibidas.Aldo tomó su mano con fuerza, la llevó a sus labios y dijo:- ¡Estamos juntos en esto!- Sí… - Respondió ella casi en susurro.Los niños llegaban exhaustos, Laura intentaba calmar a Adele quien era una de las más afectadas por la distancia del viaje. Emma traía las piernas cansadas, realmente necesitaba caminar, todos habían llegado bien, pero agotados, Gio y Enzo estaban dormidos, tuvieron que ser despertados por Paolo, quien, desde que los habían secuestrado, se tomó el papel de cuidarlos muy en serio.- Sé que están cansados. – Dijo Aldo, viendo a todos. – Yo necesito ir al hospital, debo ir a ver a mi
Massimo tomó aire, luego meditó un poco mientras Aldo iba al auto por Enzo, lo observó y dijo:- Paloma, como ya lo dije hace un momento, creo que soy la persona menos indicada para decir algo, pero, solo quiero que sepas una cosa. Pase lo que pase, te apoyaré, es ahora cuando me doy percato de cuánto tiempo ha pasado, no tuve oportunidad de verte de bebé, ahora no pienso perderme la oportunidad de conocer a mi nieta.No me ves saltando de alegría, pero, confío en tu buen juicio y sé que, si aceptaste a Aldo en tu vida, algo especial debió tener este chico. También sé que, serás una buena madre para ese pequeño o pequeña que venga en camino, ahora, vamos para adentro, que el aire frío le puede hacer daño a Enzo.Paloma abrazó a Massimo, ella entendía lo difícil que resultaba para él, la situación en la que lo estaban poniendo, pero, de todos, tanto ella como Aldo, sabían que sería el que, por más que quisiera discutir, menos posibilidades tenía. La idea, en sí, lucía cruel, no obstante
Diana y Valeria caminaban por el pasillo, el silencio entre ambas era absoluto, llegaron donde estaba la máquina de café y Diana por fin habló.- ¿Qué sucedió, Valeria? No entiendo muy bien la situación, pero si no me equivoco, ¿Esa chica era tu hija?- Sí… - Dijo Valeria apretando los puños. – Y el chico que venía sosteniéndola de la mano era Aldo, hijo de Pietro.Ante aquella declaración, Diana entendió lo que estaba sucediendo.- Valeria… No sé qué decir…- No hay mucho que decir… Es como si mi vida no pudiera deslindarse de los Pellegrini, ¿Acaso notaste algo diferente en mi hija?- No… La verdad, solo puse atención hasta que escuché que abofeteaste a tu hija y Massimo habló.- Mi… Mi hija ¡Está embarazada! ¿Acaso no era visible?- Mujer… Te digo que estaba distraída, no vi nada…- ¿Será que conozco a mi hija y no necesito ser un genio para saber quién es el padre?- Valeria… Escúchame y escúchate… - Dijo Diana, poniendo sus manos en sus hombros. – Debes tratar de calmarte, tu hija
Aldo dejó a Enzo en brazos de su padre, sabía que Pietro pidió a su nieto; una, porque él extrañaba a su nieto, y dos, porque les estaba dando el espacio para hablar con Marco y Valeria.- Papá, ¿Puedo dejar aquí a Enzo? Paloma y yo, tenemos que hablar con sus padres…- ¡No te preocupes! Aquí cuido a tu hijo… Ya lo extrañaba… Ahora, vayan y pase lo que pase, por favor, traten de entender a tus padres, Paloma y, a tus suegros, Aldo. Si ambos están dispuestos a enfrentar cualquier cosa, yo los apoyo.- ¡Gracias, Pietro! De verdad, gracias por lo que nos has dicho hoy… - Dijo Paloma al ver al hombre que tenía frente a ella.Aldo tomó la mano de Paloma y juntos salieron de la habitación donde descansaba Pietro, Celeste, al verlos salir, pidió entrar a ver al padre de sus hijos. Obviamente, nadie vio inconveniente, por lo que la mujer rápidamente entró.Al salir la pareja, Marco volteó y se percató de que Aldo llevaba de la mano a su hija, era evidente lo que sucedía, aunque lo que era más
Marco luego de hablar con Paloma y Aldo, sentía un gran hueco en el pecho, no podía evitar pensar en que su niña, ya no era una niña, era una mujer, una que había elegido a su compañero de vida.- Aldo, deberías llevar a Paloma a casa, ella necesita descansar, el viaje fue largo y debe estar agotada. En su estado no debería hacer este tipo de esfuerzos, yo estaré aquí por un momento, si quieres, ella se puede ir con nosotros, entiendo que quieres estar en el hospital por Pietro, pero ella debe descansar.- Sí, es algo que he estado pensando, pero antes de llevarla a casa, queríamos hablar con ustedes, creo que tanto Paloma como usted, estarán de acuerdo con que, aún debemos hablar con la señora Barzinni.Marco quería discutir, pero era cierto, él y Paloma, siempre habían cometido algunas fechorías a espaldas de su madre; sin embargo, esto no se trataba de ninguna fechoría, esto debía cerrarse desde hoy. Él hombre entendía que su esposa estaba un poco estresada y molesta, sabía que su m
Pietro fue a buscar una habitación disponible, era raro, sabía muy bien que no era un hotel, era un hospital, pero en muchas ocasiones, se pueden hacer concesiones para algunas personas, así que probaría con ello. Marco tenía razón, Paloma se había aguantado un vuelo de 6 horas sin escalas y, era de madrugada, no podía estar mal pasándose así.Afortunadamente, el personal del hospital le proporciono una habitación cómoda para su esposa, la realidad es que, el solo mencionar su apellido, el personal médico supo que no se trataba de cualquier persona. Con el tema de la habitación resuelto, fue a la cafetería a buscar algo para que Paloma cenara, no esperaba encontrarse con Valeria y Diana, el joven tomo aire y supo que no habría mejor oportunidad para hablar que esa.Rogando a todos los santos que su madre le inculco, camino a paso firme hacia la mesa donde Diana y Valeria se encontraban.Valeria, al ver el joven que se acercaba, supo inmediatamente de quien se trataba, su rostro era tan
Valeria y Aldo continuaron platicando el tiempo en que la cafetería preparó una ensalada para Paloma, Valeria quedó sorprendida al ver cómo Aldo ya conocía los gustos de su hija.Ella observaba al futuro esposo de su hija y entendía que su hija había hecho una buena elección, por momentos le llegaba la culpa ante su primera reacción, no solo era remordimiento, era vergüenza, ya que era la primera impresión que le daba a su futuro yerno.Después de unos minutos, Valeria caminaba a lado de aquel joven, por momentos cuando lo veía, pareciera que veía al Pietro que ella conoció de joven, aquel hombre seguro de sí mismo, aquel que desde la primera vez que conoció la acogió como parte de su vida.Por un momento sonrió para sus adentros, la vida no les había permitido estar juntos, hoy día cada uno estaba con quien debía estar, habían continuado su vida y por ridículo que pareciera, la vida los pondría juntos de nuevo, no como pareja, sino como familiares políticos.--- Habitación de Pietro -
Celeste regreso a la habitación con Pietro, el hombre la miro y le dijo:- Ven… Quiero abrazarlos…Celeste lo miro y algo en aquella mirada no le gusto, pero sin pensarlo dos veces se acercó.- ¿Sabes que desde que te conocí te volviste mi mundo? No puedo creer que vayas a ser mi esposa.- Pietro… Debes reponerte, cuando todo esto haya terminado, nos iremos a casa, además tenemos una boda que preparar.Pietro la miro, le sonrió, él sabía que algo no estaba bien, se negaba a dejarla sola, pero por alguna extraña razón, sentía que no volvería a verla. Razón por la que quería aprovechar todo el tiempo que tuviera disponible.- ¿Dónde pusiste a Enzo?- Está en la salita de estar, lo coloqué en el sillón, está dormido como piedra.- Bien… Ven… Súbete a la cama, quiero abrazarte…Celeste subió a la camilla, él le abrazó y pudo olfatear su aroma a rosas.- ¡Sabes que esto era una de las cosas que más me gustan de ti!- ¿Qué?- Tu aroma a rosas…- ¿De verdad?- Sí, me encanta tu perfume, me en