Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capítulo más de esta historia...
Massimo y Pietro entraron a la oficina de la Dra. Serra, la mujer al ver al par de hermanos sintió un alivio, ella sabía que el hombre no tenía nada fácil su situación y aunque dudaba un poco, realmente le interesaba estudiar al hombre, había pasado, por tanto, y no podía creer que aún siguiera de pie.— ¡Bienvenido, Señor Pellegrini! ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy?— Hola, doctora Serra, todo bien, tranquilo, supongo.— Doctora Serra, no le crea, este hombre necesita ayuda y es urgente, tuvo algunos shocks mientras estuvo fuera, lo último realmente no lo recuerda…— ¡Massimo!— Hermano, si quieres ayuda debes ser sincero, si lo único que harás es cerrarte, ¿cómo lo vas a lograr? Hazlo por Celeste, que, aunque no la mencionas, sé bien que lo estás haciendo por ella.Pietro terminó viendo hacia la ventana, no le gustaba que su hermano hubiese comenzado a leerlo, ellos dos, desde que su madre murió, habían dejado de ser unidos, al menos hasta ahora, momento en el que Massimo se l
Mientras las cosas poco a poco iban tomando su camino, en las Maldivas, Aldo y Paloma comenzaban a vivir como si fueran una pareja, los demás poco a poco se iban acostumbrando a verlos juntos.Aunque todos ya sabían de su relación, aún les resultaba un poco extraño, más ahora que sabían que un bebe se gestaba en el vientre de Paloma.Emma veía a Paloma y no se imaginaba cuál sería la reacción de Guadalupe. Ella estaba ahí para cuidarla y cuando tuvieran que regresar, no sabía qué explicaciones daría, pero tampoco podía evitarlo, ambos jóvenes realmente estaban enamorados.El pequeño Enzo aún se mostraba un poco errático ante la situación, no era grosero ni nada por el estilo, pero en ocasiones no sabía cómo comportarse con Paloma, así que ella viendo esto, un día decidió hablar con él, aprovechando que Emma, Aldo y Laura habían ido a ver al médico para el chequeo de Adele.— Enzo, ¿podemos hablar? — Dijo Paloma tranquilamenteEl chiquillo saltó de solo escuchar esa frase, pensaba que l
Franco se llevó la gran sorpresa al ver a Pietro, ahora todo estaba claro, Massimo sabía más de lo que decía, la existencia de este hombre le acarrearía problemas a su plan, una cosa era el hijo desconocido de Pietro y otra era el mismo hombre.— Pietro, no sé cómo te libraste de la muerte, pero no vas a venir a echar a perder mis planes. — dijo Franco mientras veía a través del ventanal de la presidencia del Grupo Pellegrini.Franco al inicio creía que tomar posición del grupo Pellegrini sería fácil, ya que con el documento que le había hecho firmar a Leonardo en uno de sus tantos descuidos, le cedía todo el poder; sin embargo, no contaba con que Caterina en su momento, al verse traicionada por su marido, creo una cláusula para que nadie volviera a hacer mal uso del apellido.Debido a esa razón, Franco, al enterarse de que existían dos Pellegrini más, sintió que la situación sería muy fácil, toparse con Pietro echaba abajo sus planes. Estaba claro que, si existía un hijo y un nieto, P
— Señor Pellegrini, esta será su habitación, espero que le sea cómoda, lo dejaré un momento en lo que acomoda sus cosas y se adapta al lugar. En una hora me gustaría que me acompañe a mi consultorio, tenemos mucho de qué hablar.Pietro vio una habitación completamente blanca, una cama individual con sabanas del mismo tono, todo trataba de hacer sentir paz, aunque por dentro él no podía tenerla, su mente y corazón se hallaban sumidos en dos cosas. ¿Qué había hecho una noche antes? ¿Qué estaría pensando de él, Celeste?— Dra. Serra, sé que la paciente Valeria Barzinni está internada en este lugar, por favor, debo hacerle petición muy extraña, pero no permita que yo tenga algún tipo de contacto con ella. Ella no debe saber que estoy aquí…— Señor Pellegrini, lo que menos buscamos en nuestros pacientes es que tengan distractores o situaciones que generen conflictos, sé un poco de su historia y créame, haremos todo lo posible para que usted y la señora Barzinni no se encuentren.— ¡Gracias!
— Te voy a preguntar algo que seguramente no te va a gustar, pero me interesa saber.— Dígame…— ¿Qué relación tienen la señora Barzinni y tú?Pietro dejó de mirar a la doctora y volvió a ver hacia la ventana, una sonrisa se dibujó en su rostro, a través de la ventana, había podido ver a Guadalupe.— Ella es mi pasado… Ella es una buena mujer, ella es una mujer a la que he amado con todo mi ser, pero si algo sé muy bien, es que ya es tiempo de dejarla ir. Al principio, mi corazón se aferró, aunque sabía que no había una esperanza, amar a alguien que no te ama, es como dicen: “Es sostener una rosa con espinas, es hermosa, pero dolorosa la sensación.”— ¿Puedes explicarme lo que significan esas palabras? ¿Quién ha sido para ti?— Hace 20 años me iba a casar con ella. Pero en ese entonces, no se llamaba Valeria, su nombre era Guadalupe, ¿Lo recuerda?— Bueno, sabes que no puedo hablar de ella, solo pregunté por qué tú la mencionaste hace un momento.— Guadalupe y yo éramos una feliz parej
— Pietro, ¿Esa es la razón por la que no quieres verla?Pietro volteó a verla y se quedó callado por un momento, intentaba poner sus ideas en orden.— Siempre supe que no me amaba, cada pensamiento, recuerdo y mirada que ella me daba, era el recordatorio de lo que quería y nunca podría tener. En ocasiones, por más que intentas, nunca serás la persona que esa otra necesita, lo cual duele y mucho.Ella estaba agradecida por todas las atenciones que le daba, yo… Yo era feliz viéndola feliz, estuve en una época vulnerable, el destino y la ambición de las personas nos separó, pero hoy día pienso que el destino fue sabio.Las mentiras tienen patas cortas y, tarde o temprano, Massimo sabría que la hija de Guadalupe no era mía, más con lo que hoy día sabemos, ¿Cuál cree que hubiera sido mi destino?— No lo sé, Pietro, ¿cuál crees que hubiera sido?— Massimo hubiera buscado a su hija, hubiera dejado a su mujer y hubiera buscado por todos los medios recuperar a Guadalupe. Sabiendo que ella no me
Mientras Pietro trataba de componer su mente, su hijo estaba a punto de declarar la guerra no solo a Franco, sino también a Luciano, su propio primo, esta, sería una guerra en la que uno de los dos no saldría bien librado, ambos jóvenes eran subestimados por sus propios padres.Aldo tenía muy claro que Franco se había metido con lo más sagrado que tenía, su hijo, eso no lo iba a dejar pasar por alto tan fácilmente, si tenía que torturar frente a Franco a su hija, lo haría, pero de que su hijo y los demás niños regresaban, lo harían, ese Amato sabría que con ese joven no se iba a meter y salir ileso.Mientras el avión donde sacaban a los que quedaban de la familia volaba hacia un nuevo destino, Aldo llamó a la gente que normalmente trabajaba para él, les dio instrucciones de ir a buscar a Alessia Amato, ella sería la clave de todo.Massimo no tenía que ser un genio para darse cuenta de lo que haría su sobrino, la situación lo podría rebasar, por lo que condujo a toda velocidad a casa de
Paloma lloraba a mares, no podía concebir que no estuvieran a su lado los niños, Paolo no podía entender cómo fue que no pudieron hacer nada, cerraba los puños hasta que se le marcaban los nudillos, no emitía ningún comentario, pero era evidente que la situación le había afectado y mucho.— Paolo, ¡todo va a estar bien! Voy a ir por ellos, tú solo enfócate en cuidar de Paloma, Laura, Emma y Adele, ellas ahora son tu responsabilidad. No estoy hablando con un niño, hablo con el hombre que sé que serás, mientras yo no estoy, tú te harás cargo de todo.— Si… ¡Yo las voy a cuidar!Mira… — Dijo Aldo extendiendo su mano con un teléfono. — Este móvil no es rastreable, por aquí no estaremos comunicando, ahora iremos a un lugar seguro, pero tú estarás a cargo de las chicas. ¿De acuerdo?Massimo había enviado a gente para extraer al resto de la familia, pero desde ese momento no sabía qué estaba sucediendo en Italia. Aldo no podía esperar de brazos cruzados, por lo que, al hacer algunas llamadas,