Estimadas lectoras y lectores Al parecer Massimo también va a aportar un poco a ese vestido de novia que tanto le ha costado concebir a Paloma.
La tarde fue amena, fue larga, se hicieron y se descartaron varios diseños, luego de varios postres y bebidas sin alcohol, todas estaban ayudando a Paloma con comentarios, risas y buenos momentos, quien viera esa reunión, se sorprendería, ya que ahí estaban las mujeres de los hombres que marcaron la vida de Valeria.Aquellas solo trataban de ser buenas invitadas, todo por el bien y la felicidad de una chica que, sin saberlo, vino a unir a dos familias que jamás se hubieran visto juntas nuevamente.Mientras aquello se suscitaba en aquel salón, Marco, por su lado, cuidaba pacientemente a todos los niños. Bastaba decir que, en el caso de Gio, Enzo y Ele, no necesitaba más que alimentarlos, ya que eran unos niños bien portados.Pero en el caso de las y él bebe, las cosas se complicaban un poco, puesto que, si lloraba uno, en cadena, se iban despertando todos.- Gio, por favor, ¿me ayudas a pasarme las toallitas? Creo que alguno de estos bebes, ya requiere un cambio urgente de pañal. – Dijo
Luego de una amena charla, donde Pietro trataba de integrar tanto a Fátima como a Ali, Teodore y Pietro tuvieron que revisar temas relacionados con sus negocios, mientras que Fátima y Ali salían a los jardines de la casa a dar un paseo.Ambos hombres entraron al estudio e inmediatamente un Pietro curioso no se aguantó las ganas y dijo:- Aún no puedo creer que estés casado, ¿Cuándo paso? ¿Cómo fue que sucedió? Teodore, sé bien que no recuerdo mucho de ti, pero Aldo me ha dicho que siempre has sido un hombre reservado y normalmente nunca te vimos con alguna mujer.Teodore se sintió un poco avergonzado, pero tuvo que aceptar que el que llevara a Fátima y Ali con él, le iba a acarrear varias preguntas y debía contestarlas, no porque debiera, más bien porque quería.- Mi abogado en Dubái… - Dijo Teodore causando más intriga.- ¿Sí?- Cuando ocurrió todo el desastre entre tú, Marco y tu padre, tuve que asumir el mando de nuestros negocios en Dubái…- ¡Aja…! - Dijo Pietro invitándole a conti
Ali me contó que su madre de alguna manera había tomado una foto mía, era borrosa, pero mi rostro era idéntico al de Ali con varios años más. Él dijo que me había visto en la universidad una vez que fui. Sinceramente, este chico me sorprende, él era directo y tímido, pero se arriesgó a que lo rechazara; sin embargo, no pude hacerlo, no cuando tu viva imagen es la que está frente a ti.Mi abogado me recomendó que lo reconociera como hijo, su vida era precaria y mis donativos solo generarían falsas especulaciones. Al final, si seguía por el mismo camino, lo único que lograría era que su madre fuera señalada por algo que hacía años, no fue su culpa.- Entonces, ¿Por eso decidiste casarte con ella? - Pregunto Pietro de manera curiosa.- No tuve que pensar mucho las cosas, ella era la madre de Ali. Aunque tenía muchos años de no verla frente a frente, al ver a mi hijo, al tratarlo, sabía que ella había hecho un trabajo digno de admirar. - Dijo Teodore con orgullo evidente. Pietro, tú y yo
Paolo y Maurizio habían quedado de cuidar a Adele en lo que ella iba con las chicas a ver el vestido de Paloma. Por un momento Laura dudó, pero ya en otras ocasiones ellos la habían cuidado, así que esta no sería la excepción.Mientras Laura iba con las chicas, Paolo y Maurizio iban a un centro comercial, aquel joven tímido Paolo había descubierto una cosa. Cada que salía, acompañado de su hermanito y de la pequeña Adele, varias chicas volteaban a mirarle, la razón, la desconocía, pero siempre, más de una le dirigía la mirada o le saludaba.En esta ocasión no era diferente, Paolo llevaba de la mano a Maurizio y con la otra empujaba el carrito que llevaba a Adele. La niña, digamos, que agradecía aquellas salidas fortuitas. Todo parecía ser normal y tranquilo, al menos hasta que, accidentalmente, chocaron con una pareja.Quienes, al verlos, el hombre no pudo apartar la mirada de los 3 que lo habían golpeado; sin embargo, había alguien que llamó más su atención y esa había sido, Adele.Lo
Aldo había tenido que salir de emergencia para revisar algunos pendientes, luego de regresar, se acercó a Ali, ambos conversaban amenamente, ya que Aldo podía comunicarse en el mismo idioma del chico, prácticamente se llevaban un año, por lo que sus pláticas podrían ser comunes.Este tiempo, lo aprovecho Teodore para hacer algo que nunca hubiera esperado, fue por Fátima que se encontraba tranquila sentada en una banca admirando el panorama. Aquello era algo recurrente, la mujer era tímida y pocas veces podrían verla merodeando o haciendo algo diferente en algún lugar que no conociera.Al llegar y verla, las palabras que Pietro había dicho hace unos minutos, resonaron en su cabeza.“¡Eres un completo idiota! Ya decía yo… ¿Cómo era posible que estuvieras casado con una bella mujer? Y no es por decir mucho, pero ella es un algodón de azúcar y tú, tú, mi querido Teodore, eres un idiota gruñón.”- Fátima… ¿Podemos hablar? – Dijo Teodore acercándose lentamente a ella.- Si mi señor… Perdón,
Adrien luego de ver cómo aquel joven y ese niño protegían a la pequeña Adele, se quedó con una extraña sensación de vacío. Estaba seguro de que no podría equivocarse, estaba seguro de que ella era su hija, la pequeña Adele era el vivo retrato de Laura, su cabellera rubia, esos ojos verdes azules o grises, su piel tan blanca como la leche.- Definitivamente es mi hija… Ella es mi hija y ¿Quiero conocerla? – Dijo Adrien mientras estaba en la terraza de su ahora casa.Él había sido un joven inmaduro y rebelde, se había metido en muchos problemas, había cometido muchos errores y nunca se había arrepentido de lo que hacía, salvo una cosa, una pequeña situación, o más bien una mujer: Laura Pellegrini.Se había dejado llevar por los planes de venganza de su prima, al final, el niño había resultado ser hijo de un chico que ella conoció en una fiesta, el cabello y color de piel inmediatamente lo delató. Antonia, sin más remedio, se casó con aquel joven pelirrojo que, obviamente, distaba de pare
Luego de una larga e intensa tarde, todas las mujeres Barzinni, Pellegrini y ahora D’Angelo finalmente habían quedado satisfechas con la idea de aquel hermoso vestido. El tiempo estaba encima, solo faltaban 6 días para la boda, pero el equipo que consiguió Marco Barzinni era profesional y obviamente cobraba bien por sus servicios, no había nada que temer.Tras finalizar aquella larga y extenuante jornada, Marco fue entregando a los hijos que cuidó, prometiendo no volver a meterse en un lío de ese tamaño.Celeste, aunque hubiera deseado platicar un poco más con Aurora, debía marcharse, sus pequeñas estaban inquietas y era hora de volver a casa, pasaron números telefónicos y la primera se retiró a casa junto a Aria, Diana, Daniela y la recién conocida por Gio, Ele.Paloma, por su lado, había avisado que no llegaría este día a casa, por lo que Aldo tenía la noche libre, la cual aprovechó para salir con Ali, quien entusiasmado le contaba lo embelesado que se encontraba con el país. Además
Lejos de ahí, casi al otro lado de la ciudad, un Teodore abrazaba por detrás a Fátima, ella miraba hacia el horizonte, ella había tomado su decisión, siempre lo supo, no había mucho que decidir. Era verdad, Teodore no era romántico, no era atento, no era cariñoso, pero los pocos vestigios que mostraba, realmente le bastaban, ya que la mujer sabía, reconocía, que eran totalmente sinceros.Fátima agradecía a Dios por haber vuelto a poner a este hombre en su camino, ella había decidido quedarse sola toda la vida, ella había decidido que solo amaría una vez y sería aquel hombre de aquella fotografía borrosa.- ¿Sucede algo? – Dijo Teodore con curiosidad sin soltar el abrazo.- No… Mi señor… Solo me pierdo en el paisaje… La vista es hermosa. – Dijo Fátima sin voltear a verle.Teodore analizaba, meditaba y revisaba las opciones, pero todas le llevaban a esta, todas le llevaban a ella, la realidad era que no había mucho que pensar, ella era una buena mujer, su hijo era muestra de ello. Solo h