Tal como lo dijo Paola, Amber al dejar el hospital se fue a buscar a Leonardo. Lo esperó toda la noche dentro de su auto en una esquina. La misma rabia que sentía, la mantuvo despierta toda la noche.
A las seis y media de la mañana lo ve salir con su ropa deportiva, se coloca los audífonos y mira el reloj.—Hace mucho que no sale a correr—Se dice ella — a menos que…—Ese maldito infeliz —grita al recordar que cada vez que viaja sale a trotar por los alrededores.Empieza a seguirlo, a distancia prudente hasta que llega al parque, donde detiene el auto y espera unos segundos antes de ponerlo en marcha y a toda velocidad embestirlo subiéndose a la banqueta.El golpe no fue mortal, pero si lo suficiente fuerte para lanzarlo unos metros sobre el césped. Se baja de inmediato y corre para ayudarlo a levantarse. Así quien la viese pensaría que estáDespués de hablar con Paola, el detective va a buscar a Leonardo, pero no lo encuentra, el portero le dijo que salió a correr peor que aún no regresaba es la primera vez que demoraba tanto después de esas salidas deportivas.—¿Cree que le pasó algo?—No, a veces desayuna con su padre. Y como hoy sale del país lo más seguro está con él.—¿Se va de viaje?—Sí, uno de eso de negocios.—Sabe a donde va.—No me lo dijo, pero lo oí decir que iría a Lima y eso está en Perú ¿verdad?—Sí. Por casualidad tenga el número telefónico de Leonardo o de su padre—¡Claro! Tengo los dos, aquí en mi libreta, espere un ratito.El portero corre hasta su escritorio y regresa.Tras anotar los números le marca a Leonardo, pero no contesta, s
Mientras ellos se ponían en camino. Muy lejos de la ciudad,Amberseguía acelerando. Fuera de sí cambia de un carril a otro desafiando a la muerte, en tanto Leonardo en vano trataba de convencerla de detenerse. Ya no escuchaba razones, nada le importaba,habíadestrozado losnerviosde su amado tormento y aun cuando se sintió tanexcitadaal verlo llorar y sumergirse en el dolor, no fue suficiente.Seguíasintiéndose tanvacía.—¿Por qué no puedes amarme? —le pregunta con voz llorosa.—¿En qué momento perdiste la cordura? —interroga Leonardo.—Desde que me enamoré de ti. Mandé a la mierda la venganza y solo quise tenerte, pero entonces tenías que recordar a tu exnovia. Dejaste de estar en mi dominio para pensar en ella, en una maldita mujer muerta. Yo hice de todo
¿Cómo podría ser posible?Se preguntaba Leonardo observando como su cuerpo luchaba por seguir respirando en medio de tanto dolor. Las horas seguían pasando y de pronto se sumergió en una oscuridadprofunda, desorientado, con tanto miedo, perdía visibilidad del lugar del accidente. Solo podía sentir su corazón tan acelerado.—¿Estoy muerto? —se pregunta mirando a su alrededor.“Aún no lo estas, sé que estás confundido y tienes miles de preguntas, pero debes volver de inmediato”Una voz dulce de mujer, a su espalda lo sobresalta.Se gira y puede verla, era una joven hermosa de unos treinta y tantos años, vestía un vestido largo color esmeralda, cabello largo claro y de ojos verdes ¿Por qué de repente el mirarla lo llenaba de paz?— ¿Quién eres? ¿Por qué puedes verme?“Debes volver ahora, Leonardo” Insiste la mujer.— ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?“Soy tu madre. No hay tiempo para explicaciones, debes volve
Amador García también llegaba al hospital, presuroso, nervioso y desesperado se dirige a sala de emergencia, donde pide información sobre su hijo. Uno delos médicosencargados habla con él de la manera más sincera posible.—¿Cómo está mi hijo, doctor?—Señor García, debo ser completamente honesto con usted —Le dice — El estado de su hijo es crítico, sufrió múltiples fracturas y un infarto antes de llegar aquí. En estos momentos está en sala de operaciones. No quiero darle falsas esperanzas, en su estado sería un milagro si sobrevive a la intervención y si lo hace, tendremos que esperar su evolución las primeras 24 horas. Solo queda encomendarse a Dios; porque nosotros aremos todo lo que esté en nuestras manos.—Entiendo, doctor.—Le recomiendo que vaya a sala de
RECUERDONataliaMulderYurica, era una dama de compañía, una hermosa mujer de cabellos claros y ojos verdes que flechó el corazón del joven ingeniero Amador García.Cuando la conoció sabía quién era, a lo que se dedicaba y no le importó abrirle de par en par las puertas de su corazón, porque para él, ella era perfecta. Lo que hizo o hacía, no tenía peso alguno, porque la pureza de su alma lo enamoró, se entregó en cuerpo y alma a un amor infinito que nunca creyó vivir, la amó como nunca pensó a amar a una mujer, Natalia, complementaba su vida de la manera más fresca y era muy feliz a su lado.Sin embargo, para sus padres ella tendría siempre las puertas cerradas. Una dama de compañía como ella, una trabajadora social o prostituta como ella, jamás sería bienvenida a la
Lima-Perú Después del primer día de haber llegado a Lima, Antonio dejó el disfraz del granMariusen el hotel y ha venido siendo el mismo las últimas semanas, se ha sentido extraño, pero aliviado de no ser asechado por los curiosos. Ha tenido largas pláticas con Fernanda y su grupo de amigas vía online y también se ha tomado el tiempo de hablar a solas con ella, con sus abuelos y aunque no sabe con exactitud las razones para este secreto, está muy seguro, de que Daniela aun ama a Leonardo. Y le ha trasmitido ese amor a su hija, que lo ama sin conocerlo.Durante los últimos días ha hecho lo necesario para traer de vuelta. A la hora de las visitas Fernanda le ha permitido quedarse a solas para iniciar sus cesiones, aunque aún no despertado, ha hecho grandes avances. Dando todo de sí y de alguna manera debilitando su es
Fernanda se veía muy triste, observaba desde la puerta a los médicos examinar a su madre y dejaba correr sus lágrimas estrujando el corazón de Antonio.—¿Crees que puedas hacer algo para que me recuerde algúndía?—Lo intentaré —Dice con firmeza sabiendo que estaba prometiendo un imposible.—¿Sabes? Antes de que mamá despertara te vi hablando solo, con el teléfono en las manos, mirando hacia la pared ¿Hablabas con ella?—Sí. Desde ayer tuve la sensación de que estaba cerca, pero no podía verla y hoy al fin pasó. Estabadesorienatday asustada, pues creía que nunca podría dejar a Leonardo.—Hasta hace unos meses alguien me hablaba de esto, terminaría riéndome en su cara. Esto suena a historia muy fantasiosa, tanirreal, que sin embargo existen.&mdas
“Hola, Leonardo, soy Antonio… Bueno el GranMarius… eh, no quiero ser impertinente, pero te he llamado un par de veces y me gustaría que me devuelvas la llamada. Te tengo grandes noticias respecto a Daniela, tal como te lo prometí, hice mis investigaciones y ¿Qué crees? Estoy listo para darte un largo informe. Llámame en cuanto oigas este mensaje.”Antonio estaba emocionado por darle la noticia, pero tendría que esperar, entre tanto le marca a su primo Richard para presumirle un poco de su hallazgo. Además, tenía varios días que no se comunicaba con él. Su emoción empieza a bajar cuando no le contesta.—¿Y a hora que? Ese idiota también ha estado ignorando mis llamadas ¿Cómo se atreve? Primero me busca por cielo mar y tierra y ahora me hace la ley de hielo. Espero que ese par no estén bebiendo juntos.