Barcelona
Desde que Daniela volviese a la vida de Leonardo después de unos días de ausencia, él se ha sentido diferente, quizás porque piensa que al iniciar un romance con Amanda la está traicionado en sus propias narices, por así decirlo. Siente que le está siendo infiel, pues, aun la ama y aunque le miente para que ella pueda encuentre su camino de regreso al cielo, sabe que no es nada fácil.
Los días han transcurrido haciendo que esa distancia se vaya haciendo cada vez más grande, más, los pocos momentos que comparten es suficiente para que se cuestione si en verdad está listo para enamorarse otra vez. Ha vuelto a frecuentar el club de Richard y a beber por las noches, aunque no termina perdiendo la conciencia, parece haber retomado su mal hábito por la bebida.—Últimamente te veo mucho por ahí. Tendr&eDe mala gana Leonardo asiste a su despacho, se sentía frustrado y al mismo tiempo dolido. Al llegar nisiquiera saluda a Amanda, se supone que ambos están teniendo un romance, ese desplante la sonroja y la avergüenza frente a los chicos del despacho, ya que todos conocen que desde hace unos días están saliendo formalmente. Pero lejos de juzgarlo a la ligera, entiende que estaba en horario y que en ese momento era su secretaria y el su jefe con un pésimo humor. Que caminaba a su oficina sin saludar a nadie.—Se nota que noche no fuiste a la cena —Le susurra Cristian, tratando de hacer sonreír a la bella chica —Voy a preguntar que es lo que le ocurre.Cristian lo sigue con los informes del último día respecto al proyecto del ingeniero Ramírez, debía revisarlos y darle su visto bueno antes de firmarlos.—¡Que geniecillo te mandaste el día
AmadorGarcíadeja el despacho de su hijo para atender sus negocios. Alllegara su oficinarecuerdala mirada de su Leonardo al decirle que siempre se haentromeditoen sus relaciones, culpándolo de sus fracasos e infelicidad,pro quesu hijo era infeliz y no podía negarlo. Pero lo que él ignoraba era que él como padre solo buscaba la manera de decirle que volviese por Daniela sin romper un juramento.Se sienta tras suescritorioy recuerda ese ayer, cuando prometió no decirle nada a Leonardo de ese encuentro casual en Perú.Seperdió en sus pensamientosmientrasbebíaun vaso deWhisky, cuando un llamado a su puerta lo interrumpe. Los negocios no podían esperar y ahora elnecesitabade su viejo colegaEvans, padre de Daniela.Para su buena suerte el viejoEvans,seguíamantenie
EN LIMAFernanda y su abuela salen de casa rumbo al hospital. La muchacha va muy animada a pesar de llevar por dentro su corazón roto, intenta ser muy fuerte y seguir siendo para su abuelita el sol que alegra sus mañanas.—¿Puedo manejar esta vez?—Por supuesto cariño —Le responde sonriendo la vieja —Solo cuando tengasdieciocho.—No es justo, ya todos en la escuela tienen licencia de conducir y yo aún no —Se molesta.—¿Por qué te apresuras en crecer?, deja que el tiempo vaya a tu ritmo, ya llegara el momento de que me lleves al supermercado y al médico en tu propio auto.La chica sonríe y luego muestra su rostro melancólico.—Mamá pensaba regalarme el auto para mi cumpleaños número dieciocho. Se lo pedí tanto todos estos años, pensé qu
Barcelona- días despuésDejando todo aclarado en Lima, Amador regresa a España y lo primero que hace es visitar aAmber. Pues va a contarle la verdad a Leonardo sobre ella para que de una vez por todas termine de alejarse de su vida.Al bajar del avión me dirige al hospital. Cuando llega sube hasta su oficina, no hace falta que se presente como su suegro, porque ya todos lo conocen, así que puede entrar y esperarla en su privado, mientras ella termina de atender a un paciente.Pasan algunos minutos antes de verla entrar muy concentrada en los papeles que trae en las manos. Solo cundo le habla levanta la vista y marcar el asombro en su rostro.— ¿Qué hace aquí? —expresa completamente molesta, no le es fácil disimular lo mucho que le desagrada.—Dejemos las formalidades, querida. —Se ac
Cinco años atrásDesde que Natalia, la esposa de Amador García lo dejó repentinamente, la vida no volvió a ser la misma para él, tenía un bebé de pocos meses de nacido en mis brazos y no sabía qué hacer. Sin pensarlo dos veces tomó su equipaje y volvió a Perú con sus padres. Sabía que no sería sencillo esperar que aceptaran cuidar del bebé y menos su madre, una mujer de principios y de carácter fuerte que vivía apegada a las normas morales de la sociedad. Lo más difícil llegó cuando tuvo que escuchar la verdadera historia de la madre de Leonardo y el por quéde su ausencia, fue la primera en decir que lo diera en adopción.Para una familia adinerada como la suya no sería imposible desaparecer los rastros de su hijo. Pero a pesar de todos los obstáculos y negativas de sus padres, l
Actualidad Tras la llamada que le hizo aAmber, Leonardo le marca al número de su padre con insistencia, pero este no le contesta de inmediato, pues también estaba intentando comunicarse con él.—¿Dónde estás? —le pregunta su hijo.—Voy camino a tu oficina, necesitamos hablar —le responde, eso le hizo recordar a lo que le dijera la doctora. No le había mentido.—Ve a mi departamento, estoy yendo para allá.—Está bien.Cuelga la llamada y se prepara para dejar su oficina, cuando ingresa Amanda con unos documentos.—Estoy de salida, por favor todo lo que sea de importancia dáselo a Cristián, está bien. —sale dejándole un pequeño beso en los labios —Te llamo luego.Sin perder tiempo se marcha.—Te quedas a cargo, regreso mañana —Le dice a Cristián sin darleoportunidadde contestar, pues se aleja como de rayo,Sin poder quitarse de la cabeza lo que le dijeraAmbersube a
Daniela escuchó a Leonardo por varias horas, sabía que necesitaba desahogarse. Después de que lo acompañase a cenar intento decirlo lo del GranMariusy alegrar su día gris con la noticia de la posibilidad de que estuviese viva, pero no quería darle falsas esperanzas, cuando él regresara al país se lo confirmaría. Por lo pronto le bastaba con verlo sonreír y ver una película con ella hasta que se quedó dormido.Cuando el primer rayo de sol acaricia su rostro por la mañana, Leonardo se sintió muy animado por caminar por la playa, no sabía por qué, pero el día se veía más que perfecto para sorprender a Dani con uno de los lugares más hermosos de Barcelona.—Dani ¿estásaquí? —la llama, muy animado.“Buenos días, chico lindo, ya veo que amaneciste mucho mejor&rdqu
Corta lallamadasin dejar de llorar, su corazón se hadeshechoy no puede moverse sin sentir que el mundo se derrumba a sus pies.Minutos después, Amanda aparece en un taxi, baja muy muy angustiada, camina un tramo y reconoce el auto de su amado, camina a prisa y lo ve sentado en la arena. Corre hasta él. Cuando esta a su lado,éllevanta la vista llorosa y se abraza a sus piernas, llorando como un niño.—Ayúdame, noséque hacer, Daniela se fue, se fue para siempre.Amanda nosabíaque decir, conocía su historia fantástica con aquel fantasma, durantedíasescuchó sus aventuras con ella yaunquesiempre locreyóparte de un sueño por el recuerdo de su ex, ahora nosabíasi era real. Su jefe lloraba como si en verdad hubiese existido y su perdida lo des