Muy temprano por la mañana el gran Marius se preparaba para salir de casa rumbo al aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.
Solo llevaba una maleta de mano donde iba su atuendo, su cartera con efectivo, tarjetas de crédito y su teléfono inteligente con internet ilimitado para buscar lo que sea. ¿Qué se le olvidaba? Llamar a su primo para avisarle de su ausencia y no estuviese enviándole más clientes.—Hola, Richard.—¡Maldición, Anthony! ¿Por qué llamas tan temprano? —se escucha medio dormido.—No me llames… ¡Olvídalo! Solo llamaba para informarte que no estaré en el país por unos días, estoy en una misión espiritual, bueno no sé si lo entiendas, pero si me necesitas tendrás que esperar que regrese.—¿A dóndLa rabia deAmberno tenía límites, había dejado el apartamento de Paola con la ilusión de volver a vivir con Leonado, pero nunca imaginó lo que encontraría cuando sube por el ascensor hasta su puerta. Quizás por eso el estúpido del conserje le pidió llamar primero. Nunca había sido de su agrado y el que le diera la llave fue a propósito.—Malditos! —gruñe antes de salir del ascensor para dirigirse a su oficina.Sus pensamientosestaban puestos en la escena de Amanda con Leonardo que no quiere ver nada más a su alrededor, es día de trabajo estresante y no está de humor para atender a nadie, pero debe hacerlo. Paola no trabaja en su piso,asíque no se le hizo preocupante en no verla en por ahí. Entra a su despacho, y ya no puede sostener la rabia, camina a su escritorio y bota al piso todo lo que hay ah&iacu
Unosdías despuésEl granMariusllegó a Perú hace más de días y sin Dani se ha sentido perdido, confió demasiado en su intuición y solo he vagado por algunas ciudades desde que llegó.— ¡Mierda! Estoy agotado y sin esperanzas. Sé que no debo rendirme cuando hice una promesa, pero esta maldita frustración… ¡Joder! Todas las noches he tratado de usar mis dones para encontrar el camino y nada. ¡No hay nada! Cada lugar que visito me deja con menos fe. ¿Cómo es posible que su familia pudiese llevar una vida tan privada?, lo poco que he conseguido de ellos lo ha llevado a Cusco,Iquitos, Cajamarca,Ica, tumbes,Tacnay ahora de vuelta a la capital.Se dice cansado, antes de tomar un taxi.Su padre es un ingeniero reconocido, de clase acomodada, que ha recorrido el paí
BarcelonaDesde que Daniela volviese a la vida de Leonardo después de unos días de ausencia, él se ha sentido diferente, quizás porque piensa que al iniciar un romance con Amanda la estátraicionado en sus propias narices, por así decirlo. Siente que le está siendo infiel, pues, aun la ama y aunque le miente para que ella pueda encuentre su camino de regreso al cielo, sabe que no es nada fácil.Los días han transcurrido haciendo que esa distancia se vaya haciendo cada vez más grande, más, los pocos momentosque comparten es suficiente para que se cuestione si en verdad estálisto para enamorarse otra vez. Ha vuelto a frecuentar el club de Richard y a beber por las noches, aunque no termina perdiendo la conciencia, parece haber retomado su mal hábito por la bebida.—Últimamente te veo mucho por ahí. Tendr&e
De mala gana Leonardo asiste a su despacho, se sentía frustrado y al mismo tiempo dolido. Al llegar nisiquiera saluda a Amanda, se supone que ambos están teniendo un romance, ese desplante la sonroja y la avergüenza frente a los chicos del despacho, ya que todos conocen que desde hace unos días están saliendo formalmente. Pero lejos de juzgarlo a la ligera, entiende que estaba en horario y que en ese momento era su secretaria y el su jefe con un pésimo humor. Que caminaba a su oficina sin saludar a nadie.—Se nota que noche no fuiste a la cena —Le susurra Cristian, tratando de hacer sonreír a la bella chica —Voy a preguntar que es lo que le ocurre.Cristian lo sigue con los informes del último día respecto al proyecto del ingeniero Ramírez, debía revisarlos y darle su visto bueno antes de firmarlos.—¡Que geniecillo te mandaste el día
AmadorGarcíadeja el despacho de su hijo para atender sus negocios. Alllegara su oficinarecuerdala mirada de su Leonardo al decirle que siempre se haentromeditoen sus relaciones, culpándolo de sus fracasos e infelicidad,pro quesu hijo era infeliz y no podía negarlo. Pero lo que él ignoraba era que él como padre solo buscaba la manera de decirle que volviese por Daniela sin romper un juramento.Se sienta tras suescritorioy recuerda ese ayer, cuando prometió no decirle nada a Leonardo de ese encuentro casual en Perú.Seperdió en sus pensamientosmientrasbebíaun vaso deWhisky, cuando un llamado a su puerta lo interrumpe. Los negocios no podían esperar y ahora elnecesitabade su viejo colegaEvans, padre de Daniela.Para su buena suerte el viejoEvans,seguíamantenie
EN LIMAFernanda y su abuela salen de casa rumbo al hospital. La muchacha va muy animada a pesar de llevar por dentro su corazón roto, intenta ser muy fuerte y seguir siendo para su abuelita el sol que alegra sus mañanas.—¿Puedo manejar esta vez?—Por supuesto cariño —Le responde sonriendo la vieja —Solo cuando tengasdieciocho.—No es justo, ya todos en la escuela tienen licencia de conducir y yo aún no —Se molesta.—¿Por qué te apresuras en crecer?, deja que el tiempo vaya a tu ritmo, ya llegara el momento de que me lleves al supermercado y al médico en tu propio auto.La chica sonríe y luego muestra su rostro melancólico.—Mamá pensaba regalarme el auto para mi cumpleaños número dieciocho. Se lo pedí tanto todos estos años, pensé qu
Barcelona- días despuésDejando todo aclarado en Lima, Amador regresa a España y lo primero que hace es visitar aAmber. Pues va a contarle la verdad a Leonardo sobre ella para que de una vez por todas termine de alejarse de su vida.Al bajar del avión me dirige al hospital. Cuando llega sube hasta su oficina, no hace falta que se presente como su suegro, porque ya todos lo conocen, así que puede entrar y esperarla en su privado, mientras ella termina de atender a un paciente.Pasan algunos minutos antes de verla entrar muy concentrada en los papeles que trae en las manos. Solo cundo le habla levanta la vista y marcar el asombro en su rostro.— ¿Qué hace aquí? —expresa completamente molesta, no le es fácil disimular lo mucho que le desagrada.—Dejemos las formalidades, querida. —Se ac
Cinco años atrásDesde que Natalia, la esposa de Amador García lo dejó repentinamente, la vida no volvió a ser la misma para él, tenía un bebé de pocos meses de nacido en mis brazos y no sabía qué hacer. Sin pensarlo dos veces tomó su equipaje y volvió a Perú con sus padres. Sabía que no sería sencillo esperar que aceptaran cuidar del bebé y menos su madre, una mujer de principios y de carácter fuerte que vivía apegada a las normas morales de la sociedad. Lo más difícil llegó cuando tuvo que escuchar la verdadera historia de la madre de Leonardo y el por quéde su ausencia, fue la primera en decir que lo diera en adopción.Para una familia adinerada como la suya no sería imposible desaparecer los rastros de su hijo. Pero a pesar de todos los obstáculos y negativas de sus padres, l