Suelto una carcajada, son los nervios que me traicionan, pero Anna no parece notar lo que oculto detrás de mis risas.
—Créeme cuando te digo que yo sería la última en caer en sus redes—logro decir fingiendo creer en las palabras que salen de mi boca.
Encorva los labios, insatisfecha, no nos conocemos de toda la vida para que ella note mis mentiras y agradezco por ello, sin embargo, me sorprende su persistencia.
—Puede ser, pero el joven Aidan no me daría una cantidad exorbitante solo por sus tonterías habituales—entrecierra los ojos y fija la mirada sobre el lomo de un libro—y hablando de eso. ¿Por qué me dio el dinero a mí y no a ti?
Las manos comienzan a sudarme, no sé si debería decirle la verdad u otra mentira para evitar que me vincule con ese idiota.
—Llevaba tu placa. ¿Lo recuerdas?—le explico, sin embargo, no veo otr
—¿Sucedió algo, querida?—cuestiona la señora Mitchell, mostrándose casi genuinamente preocupada de verla en su casa— ¿Crei que habrías llegado a Texas? —Aidan y yo hemos estado demasiado tiempo separados con los preparativos de la boda y la luna de miel—dice en tono melancólico, por como agacha la mirada, parece que realmente sufre la separación—así que pensé que mis asuntos personales podían esperar un par de días más. La señora Mitchell encorva sus labios ligeramente, aunque sé bien que no se atrevería a expresar la verdad, sé que su cuerpo es un arma de doble filo que no teme expresar lo que siente. La detesta, pero la pregunta en esa situación seria: ¿Por qué? —¿Sucede algo entre Aidan y tú?—cuestiona su futura suegra tratando, quizás, de ser empática con ella. La señorita Grace desvía la vista lejos de la mirada de su futura suegra, sonríe nerviosamente y niega con la cabeza. —Nada de que preocuparse—expone, mirándola fijamente, mantenien
Suspiro, no ha sido una buena semana. Camino por el pasillo hasta llegar a la cocina, ahí veo a Anna, me sorprendo al verla aqui tan pronto, la biblioteca es demasiado grande como para que terminen de limpiar en tan poco tiempo, ese trabajo dura horas.—¿Que haces aqui?—expreso en voz baja al aproximarme a ella, Anna solo muestra una sonrisa, me toma de la mano y nos alejamos del personal que esta preparando algunos aperitivos para el almuerzo.—No iba a dejar que tuvieras un reporte tu sola—insinúa—fue culpa mía, así que le dije a Jonas que también debía ponerme un reporte ¿Tu tía esta de buen humor?Ambas reimos en voz baja ante su broma, pero niego con la cabeza.—No creo que sea una buena idea el ir a verla ahora, desde esta mañana ha estado molesta—admito preocupada.—Bueno, supongo que no es la única—revela mirand
Sus ojos me escudriñan por una breve fracción de segundo que para mí me parece eterna, parece estar sorprendido y quizás un tanto molesto. Desvía la mirada y cuando lo hace me doy cuenta de que su molestia se debe a mi presencia.Siento algo en el pecho que me oprime, justo donde palpita mi corazón, me duele, pero trato de no darle importancia, pienso que se debe a la incomodidad que me genera estar precisamente en ese lugar, mantengo la mirada fija sobre el muro tratando de no prestar atención a ese imbécil, pienso en algo más... en Brian.Mantengo mi mente ocupada reflexionando que ropa usaré en nuestra cita, en sí debo ponerme un poco de maquillaje, pero en ese momento una figura pasa frente a mí, se trata de mi tía Moira, quien avanza con paso firme hacia el señor Mitchell.—¿Mando por mi señor?—pregunta mi tía mostrándose
—No creí que te pondrías tan nerviosa por algo así—dice Anna una vez que nos alejamos de la cocina después de dejar las bandejas de comida.—No me gusta ser el centro de atención—explico dándome un masaje en el cuello, cada vez que me pongo tensa comienza a dolerme y en esta ocasión no es la excepción.—Bueno, ya que tu tía es el ama de llaves, supongo que era obligatorio que te presentara ante los señores Mitchell. ¿Pero viste la cara de su hijo cuando te vio?—añade. El recuerdo de sus rostro y sus expresiones me seca la garganta, sobre todo porque mi amiga también lo noto.—N-no—respondo sentándome sobre la banca cercana a la puerta que lleva al patio de servicio, miro a Anna desde mi sitio esperando que ella me diga que fue lo que vio y que opina al respecto.—Parecía sorprendido de verte ah&iacu
Me quedo en silencio al ver a Mackenzie detrás de Anna, ella se gira y al verla tan cerca, se atraganta con su propia saliva. Intento ayudarla dando palmadas sobre su espalda, pero una vez que Anna parece recomponerse del susto Mackenzie se cruza de brazos y avanza peligrosamente hacia mí, me mira con soberbia y no me sorprende después de lo que le dije. —¿Así que les gusta compartir chismes de los señores?—expresa, más a mí me suena como a una amenaza, ella sonríe satisfecha como si estuviera esperando la oportunidad para meterme en problemas. Anna y yo compartimos una mirada de confusión, no sabe que decir o que hacer, aunque Mackenzie suele ser un dolor de muelas insoportable, también es responsable y dedicada por lo que todo el mundo confía en ella, incluso la señora Mitchell. —No es como tú lo estás deduciendo Mackenzie—digo finalmente con tal que quitarnos de encima el problema, de no tener cuidado, ella puede lograr que me despidan y después de como me
—¿Cuántas veces tendremos esta conversación Ciara?—cuestiona mi tía, siento como si sus palabras estuvieran cargadas de aire decepcionado. —Por favor, sabes como es Jonás, él tiene algo contra mí porque no le agrado a Mackenzie—protesto cruzándome de brazos y desviando la mirada, sé que tengo razón, pero dudo que mi tía me crea. —Conozco a Jonás y conozco a Mackenzie, pero a quien realmente no conozco es a ti, sé que ellos no se las ensañan a menos que los provoquen—explica desconcertada—sé que a Mackenzie no le agradas por el simple hecho de ser mi sobrina, pero no entiendo por qué razón se atrevería a poner a Jonás en tu contra ¿Paso algo entre ustedes que yo deba saber? Mantengo la mirada fija en el mármol que imita el diseño de un tablero de ajedrez sobre el suelo, encorvo los labios y suspiro. —El día que me quede en el segundo turno...—admiti aunque con un poco de distorsión en la historia—le dije a Mackenzie que dejara de molestarme, quizás le
—Escuche que te toca el patrullaje—dice Brian para dispersar la tension que su amigo creo. Sonrio y asiento un tanto avergonzada de que él ya lo sepa—Alejandro tambien estara en el patrullaje de esta noche.Anna me da un ligero golpe en la pierna como si quisiera decirme algo con ello, algo que no entiendo. Alejandro frunce levemente el ceño, molesto tal vez de saber que estare con él durante la guardia.—Si, me castigaron—respondo un tanto avergonzada, esta vez sin pre4star atencion a su amigo que parece no querer conversar con nadie mas que no sea Brian—¿Algun consejo antes de aventurarme por la casa esta noche?Brian acaricia levemente su menton como si estuviese reflexionando, instintivamente desvio la mirada hacia Alejandro quien observa a Brian con cierta melancolia.—No te acerques a la habitacion del joven Aidan—sugiere obligandome a pensar en ese imbecil.—&i
—Sí que es rarito ¿No lo crees?—cuestiona Anna refiriéndose a su extraña actitud. —Parece que le molesta algo—añado. —Si, pero eso no significa que puede desquitarse con nosotras, además si no quería que nos sentáramos con ellos, eso lo hubiera dicho desde un principio. Es un imbécil. Vuelvo la mirada hacia donde se ha marchado Brian, quizás para tranquilizar a su amigo, pienso en lo que escuche y también en lo que dijo frente a mí, él está bastante enojado, pero sospecho que no es conmigo o con Anna y mucho menos con Brian, él está enojado consigo mismo. —¿Consideras que él podría estar enamorado de Brian?—digo en voz alta, sin darme cuanta de que realmente he dicho lo que he estado intuyendo todo el día. Escucho un sonido extraño y al volver la mirada hacia Anna, observo que ha escupido una buena cantidad de agua sobre la mesa, aparentemente mi pregunta la ha impactado—¿Estás bien? —¿Qué acabas de decir?—cuestiona mi amiga limpiándose el men