No entendíamos qué estaba sucediendo; porque de un momento a otro nos bajaron de la camioneta donde nos encontrábamos para meternos en otra con la nona de Álvaro. Todavía sufría la muerte repentina de mi nona, ella era como mi madre al igual que Eli; nos asustamos mucho porque vimos como la botaron al suelo, dejándola tirada para seguir el camino solo con Juan Mario y conmigo. Empezamos a llorar, nos callaron al mostrarnos la pistola mi madre nos había dicho que era un implemento peligroso para nosotros, podríamos morir ocasionando que nuestra piel se eriza. Después de eso, la camioneta ando por ahora dándonos mucha calor, sed y hambre, pero no había rastro de nadie ni siquiera nos dirigían la palabra, nosotros dos solo teníamos entrelazadas nuestras manos buscando protegernos. 

Me quede dormida, no sé en qué momento sucedió, pero caí