Después de que me dejó en la casa, no logré dormir en toda la noche pensando en el revuelto de sentimientos que tenía en este momento con Adrián y con Martin; al ser atrevido y haberme besado, pero me había gustado al fin de cuentas; siendo extraño toda esta situación. Al siguiente día madrugué para mi trabajo, pero después de ese día todo cambió, estábamos cada vez más distantes, menos compartimos y evidentemente no habían noches de pasión. Pedí permiso para el sábado no trabajar; ya que teníamos el cumpleaños de mi madre, dónde íbamos a celebrarlo con todas las de la ley. Estábamos preparando todos los preparativos, porque también era su día en convertirse en mujer loba de nuevo, dónde se volvió una tradición para todos perdiendo el miedo de ser juzgada o aislada por su propia familia. Hubo un tiempo, dónde Gabriel apareció con las mejores intenciones, pidiendo disculpas y terminando de explicarnos todo lo referente a su mundo de Alpha, Omega y Beta especialmente para mi madre dónd
Verla salir y después al rato entrar con una carta de renuncia alertó mi corazón porque lo que menos quería era que se alejara totalmente de mi lado. No sé la acepte, logrando que se quedará a mi lado así fuera en contra de su voluntad; decidí no ir a molestarla más dejando que terminara su jornada laboral sin problema. Miraba hacia la ventana, pensando si estaba tomando la mejor decisión o no porque sabía las consecuencias que se podrían tener, no quería perderla, pero tampoco quería que se sintiera como la otra porque definitivamente no merecía eso. — Padre está noche no iré a la reunión, tengo trabajo acumulado — Manifesté esperando que lo tomara a bien —, Hablaré con Sirena no te preocupes, así podrán hacerle el préstamo a la empresa —, Dije colgando la llamada, esperando que hoy le dieran de alta y cancelando la reunión finalmente. Me dirigía hacia la casa, cuando decidí desviarme yendo hacia un bar conocido dejando estacionado el vehículo por si de pronto me pasaba de copas no
Mi madre fue mi gran apoyo, dónde me estuvo consintiendo mientras me quedaba dormida en medio de las lágrimas; agradeciendo por ser parte de mi vida desde siempre sin abandonarme a pesar de no ser una hija biológica. Al siguiente día, me levanté siguiendo mi rutina diaria con la resignación de que debo ver a mi jefe desde lejos, porque no había vuelta atrás con nuestra decisión porque lo mejor era estar lejos. Así sucedió varios días, hasta que llegó el fin de semana donde descansaría y estaría lejos de su lado al menos unos días mientras decidía qué hacer eternamente con mi vida. — ¿Vamos a salir? — Pregunte hacia Angie quien me sonrió —, Mira que me siento estresada, aunque la que debería estar así eres tú — Manifesté refiriéndome al proceso de parto y nacimiento, siendo una etapa muy bella en la vida, aunque al mismo tiempo difícil porque era una vida la que estaba en medio, compartiendo y al lado de uno al menos mientras fuera menor de edad, dependiendo de los pilares y valores qu
Salimos con Samantha del hospital cuando nos manifestaron que todo se encontraba bien tanto con el bebé como con ella, nos montamos al vehículo prometiendo que no habría más alcohol en nuestra piel mientras nos dirigimos hacia su casa para dejarla; al llegar me invitó a entrar dónde no pude negarme y menos teniendo una parte de mi adentro suyo; porque sabía que ella no tenía necesidad de mentirme ni de meterme un bebe por hacerlo. Decidí que se acostara en la cama, mientras hacía el almuerzo preparando un rico sudado de pollo, porque sabía que era su favorito. Sabíamos que debíamos tener precaución, dónde no podría estar constante en el gimnasio como estaba acostumbrada; no solo eso si no tendría que estar relajada porque me preocupaba que la situación familiar que estaba pasando llegará a afectar la salud del bebé. Era extraña la situación, no me imaginaba ser padre tan pronto, menos de mi mejor amiga y menos por fuera de un matrimonio sólido, pero tampoco podía abandonarla no pedir
Me despedí de Martin después de presentarlo ante mi familia, donde no se podía negar la felicidad que cargaba porque había logrado entrar en mi vida; no podía negar que también la sentía pero al mismo tiempo nostalgia porque finalmente estaba enamorada era de mi jefe pero tenía que ser consciente que pronto llegaría su matrimonio, el cual no dejaría tirado ni siquiera por mí por el simple hecho de que ese casamiento dependiendo de su empresa y su padre, donde la familia era lo más importante y eso sí que lo tenía más que claro. Además, con mis padres aprendí que si alguien estaba destinado para ti de una u otra forma estaría en ella, así fuera ahorita o en unos años así que no debía preocuparme si no conocer gente, salir adelante pero especialmente perseguir mis propios sueños. Me dirigí hacia mi habitación, acostándome a dormir esperando que no hubiera cuestionamientos por parte de mi familia; especialmente de mi madre quien me había visto llorar por otro hombre donde pensara que d
Me odiaba eternamente, por causarle daño a las dos mujeres más importantes de mi vida aparte de mi madre. Ambas se encontraban en el anuncio oficial, donde se manifestó el matrimonio con Sirena siendo en una semana para que nos pudiera dar el préstamo necesario, no solo eso, sino que pidió el puesto de vicepresidente a cambio del embarazo de Samantha, odiándola con todo mi corazón. Ver la cara de tristeza de Samantha y de Marina mientras se daba la noticia, terminó de romper mi corazón desviando la mirada no logrando verlas con valentía, porque al final las había lastimado. Por eso mismo, le pedí a Marina que entrara a mi oficina donde quería pedirle disculpas, pero Sirena se entrometió antes de tiempo, donde la invitaba especialmente al matrimonio mostrándome sus niveles de maldad.— ¿A que entraste? creo que ya había quedado todo claro — Mencione mirándola fijamente —, Tu puesto queda en la otra oficina, no te puedes acostumbrar a entrar cuando desees — Afirme cruzando los brazos, m
Salí de la oficina echa chispas, no podía creer todo lo que había sucedido y peor que la víbora se haya atrevido a decirme que la acompañara en la boda, sentía un dolor de cabeza debido a la situación que cogí mi bolso y me fui sin ni siquiera despedirme de mi amiga. Iba bajando, cuando recibí una llamada de Martin diciéndome que había llegado, debía tranquilizarme porque no podía mostrarle mis verdaderos sentimientos; ya que no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo. Baje, lo abrace y le di la mano mientras caminábamos en medio del frío hacia un parque cercano, donde íbamos a comer helado y me hablaría sobre sus proyectos a futuro porque quería progresar cada día más. — ¿Cómo te fue en el trabajo? — Pregunto, donde interiormente estaba que explotaba —, Me alegra haberte visto, siento que mis días son más tranquilos con tu presencia — Susurro ganándose una sonrisa, por ser tan bello conmigo. — Bien, mi jefe anunció su matrimonio y nos toca asistir — Dije intentando no sonar tosc
Me desperté con dolor de cabeza debido a las cuatro botellas que me había tomado, sentía que todo me daba vueltas y tenía ganas de vomitar, observé el reloj dándome cuenta que eran más de las dos de la tarde. Sonó el timbre, donde lo tocaban desesperados causando más estrés, decidí mirar por el huequito de la puerta para ver qué se trataba de Sirena, así que di media vuelta devolviéndome al sofá mientras terminaba de quemar el timbre porque no le abriría, no quería ver a la causante de mi desgracia y menos que me viera de esta forma, dándole gusto de verme destruido por eso mismo volví a cerrar los ojos, intentando quedarme dormido mientras sonaba el timbre. Funcionó, porque volví a despertarme cuando sentí el timbre sonar nuevamente maldiciendo su presencia, así que grite que ya iba a abrir cayendo en cuenta que era de noche; iba a maldecirla quedándome callado, abriendo los ojos cuando me di cuenta que no era Sirena esta vez si no Marina quien venía a verme, sintiéndome apenado por