A los minutos, vi como mi padre se acercaba al patio dándome una mezcla de sentimientos. Se acercó a mí brindándome un abrazo, donde no supe cómo corresponderle porque, aunque lo amaba igual lo odiaba por mi madre. Pasamos dos horas hablando sobre cómo era su estadía en la cárcel, cómo había sobrevivido a los maltratos de otros reclusos y como extrañaba su vida cotidiana. A la vez, me pidió disculpas por haberme hecho daño a mí y a mi madre, pero sabía que no podía devolver el tiempo atrás así que tocaba vivir con lo que había quedado. Después de salir de la cárcel, fuimos con mi nona hacia el aeropuerto donde sentía muchas emociones porque abandonada mi país natal y una parte de mi se quedaba aquí con mi madre, pero a la vez sabía que iba a ser una gran oportunidad para conocer gente, sali
Leer más