CAPITULO III

Mielle está acostada en la camilla, con el médico a su lado preparando la ecografía.

El médico tiene una sonrisa amistosa mientras coloca gel en el transductor. "Está bien, Mielle. Vamos a ver cómo está ese pequeño hoy. ¿Cómo te has sentido las últimas semanas?"

Mielle sonrió ante sus amables palabras y levantó la cabeza de la camilla. "Casi no he tenido antojos ni náuseas estos días, y el bebé también ha estado muy tranquilo", dijo emocionada al ver que hoy le dirían el sexo de su bebé.

El hombre asiente con una sonrisa mientras comienza a mover el transductor sobre el abdomen de Mielle. "Es una buena señal, Mielle. A los cinco meses, es normal que las náuseas disminuyan. Ahora vamos a echar un vistazo para ver cómo está el bebé y, si todo va bien, veremos si podemos confirmar el sexo hoy".

El médico observa la pantalla con atención, moviendo el transductor para capturar diferentes ángulos. Su expresión cambia sutilmente, frunciendo ligeramente el ceño, pero continúa trabajando con calma.

El médico se concentra, tratando de mantener la voz tranquila. "Un momento más, Mielle. Quiero asegurarme de que todo está bien..."

"¿No se deja ver?" preguntó con una sonrisa, a pesar de estar todavía a mitad de su embarazo, podía sentir pequeños aleteos a veces dentro de su estómago, aunque últimamente estaba más tranquilo.

El médico esboza una sonrisa tranquilizadora mientras continúa examinando la pantalla. "A veces, simplemente lleva un poco más de tiempo obtener una imagen clara, especialmente si el bebé está en una posición complicada".

Mueve el transductor a otro lugar, pero su expresión se vuelve más seria mientras lucha por encontrar el latido del corazón. Respira profundamente, tratando de mantener la compostura.

"Mielle, no veo lo que esperaba en este momento. Voy a intentarlo desde un ángulo diferente, ¿de acuerdo? Necesito ser minucioso".

Mueve el transductor nuevamente, pero la habitación permanece tensa y en silencio.

Mielle podía sentir que la atmósfera estaba un poco tensa, pero pensó que simplemente estaba nerviosa por el embarazo, así que miró la pantalla. "¿Qué pasa?" Preguntó sin entender sus palabras.

El médico suaviza el tono, intentando mantener la voz tranquila mientras retira con cuidado el transductor. "Mielle, no estoy captando los latidos del corazón del bebé en este momento. A veces, el bebé puede estar en una posición complicada o moverse menos, lo que dificulta la captación".

Se inclina ligeramente y la mira a los ojos con una expresión seria pero comprensiva.

"Quiero asegurarme de todo antes de decir algo definitivo. Necesitamos realizar un par de pruebas más para comprender mejor qué está pasando. Sé que esto es difícil, pero estoy aquí para ayudarte en cada paso del camino".

"¿Cómo que no puede oír los latidos del corazón?" preguntó ella, empezando a asustarse. Su bebé se movía a veces, así que no podía entender sus palabras. Su bebé estaba bien.

Deja suavemente el transductor a un lado y se acerca a Mielle, con expresión seria pero llena de empatía. “Mielle, entiendo lo que estás sintiendo ahora mismo. Cuando no podemos detectar el latido del corazón del bebé, puede significar varias cosas. A veces, como mencioné, es solo una cuestión de posición, pero también puede indicar que el bebé enfrenta algún problema”.

Hace una pausa, dejando que sus palabras se asimilen.

“Quiero ser completamente honesto contigo. No encontrar el latido del corazón es preocupante y necesitamos hacer una ecografía más detallada para tener una respuesta clara. Quiero que sepas que vamos a hacer todo lo posible para entender qué está sucediendo. No estás sola en esto”.

"¿Estará bien?" preguntó ella, empezando a asustarse. La expresión de su rostro la asustó aún más y sintió ganas de llorar. No entendía nada. Todo había estado bien hasta ahora y ella se cuidaba bien.

Al notar el miedo en los ojos de Mielle, coloca suavemente una mano sobre su hombro, con voz suave y firme. "Mielle, desearía poder darte una respuesta clara ahora mismo. Lo que tenemos que hacer es mantener la calma y obtener más información. Realizaremos algunas pruebas adicionales de inmediato para entender qué está sucediendo".

Hace una pausa, sus ojos llenos de empatía.

"Has hecho todo bien y esto no es tu culpa. Sé que esto es abrumador, pero lo haremos paso a paso.

Mielle empezó a sentir que empezaba a asustarse y sus ojos comenzaron a lagrimear. Se incorporó en la camilla y notó que el médico se levantaba de su asiento.

Levantándose de su asiento, nota la angustia de Mielle y se acerca a ella con una mirada de genuina preocupación. “Mielle, sé que esto da miedo y está bien que te sientas así. Vamos a actuar rápido para asegurarnos de obtener respuestas lo antes posible”.

Hace una pausa, asegurándose de que Mielle esté escuchando y entendiendo sus palabras.

“Voy a hacer arreglos para que nos hagan una ecografía más detallada y algunas pruebas adicionales ahora mismo. Quiero que mantengas la calma, aunque sé que es difícil. Haremos todo lo que podamos para entender mejor la situación”.

Le ofrece una mano para ayudarla a levantarse de la camilla.

Mielle toma su mano y vuelve a taparse la pancita, no podía irse a casa con esa preocupación, tenía que saber qué le pasaba a su hijo. “¿Qué tengo que hacer doctor?” No le importaban todas las pruebas que tenían que hacerle para comprobar que su bebé estaba bien.

El médico sostiene la mano de Mielle con firmeza pero con suavidad, dándole un pequeño apretón de apoyo. "Entiendo, Mielle. Vamos a actuar de inmediato".

Hace una pausa para asegurarse de que Mielle lo escucha con claridad.

"Primero, te llevaré a hacerte una ecografía más avanzada en otra habitación. Eso nos permitirá ver con más detalle lo que está pasando. También haré que un especialista en embarazos de alto riesgo venga a revisar los resultados contigo".

Mantiene un tono tranquilo y directo.

"Después de eso, dependiendo de lo que veamos, podríamos hacer un seguimiento más cercano del bebé. Sé que esto es mucho, pero estoy aquí para guiarte en cada paso. Vamos a hacer todo lo necesario para asegurarnos de que tu bebé reciba la mejor atención posible".

Le ofrece a Mielle su brazo para que la acompañe mientras salen del consultorio para la siguiente prueba.

Mielle sin comprender muy bien que está pasando, lo sigue, no es porque no entendiera que es lo que le trataba de explicar el doctor pero hasta ahora había tenido un embarazo maravilloso, estaba comenzando su segundo trimestre de embarazo pero, ¿como había pasado todo esto tan de repente? ¿Porque ahora? ¿Porque ella? Se preguntó internamente, no entendía porqué le estaba pasando eso.

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.

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Unas horas después, en una sala de ecografía especializada. Mielle está recostada en la camilla, mientras el doctor revisa los resultados de las pruebas con una expresión seria, acompañado por un especialista.

El doctor se gira hacia Mielle con una expresión profundamente compasiva, su tono es suave y medido. "Mielle, hemos revisado las pruebas con el especialista, y lamento tener que decirte esto… pero hemos confirmado que el bebé ha perdido su latido."

Hace una pausa, permitiendo que Mielle procese la información, mientras sigue hablando con cuidado.

"Por los resultados que hemos visto, parece que esto ha sido causado por una condición llamada incompatibilidad Rh, también conocida como enfermedad hemolítica del recién nacido. Es cuando la sangre del bebé y la tuya no son compatibles, lo que puede llevar a que su sistema inmunológico ataque los glóbulos rojos del bebé."

Respira hondo, queriendo asegurarse de que Mielle entienda que esto no fue su culpa.

Mielle al escuchar esas palabras por un momento se quedó en shock y en  algún momento la voz del doctor había pasado a segundo plano, su mente solo repetía tratando de asimilar la palabras que había dicho.

Su mente se quedó en blanco y nublada por un momento.

Observa cómo Mielle se queda en silencio, su expresión congelada por el impacto de la noticia. Se da cuenta de que las palabras no pueden consolarla en este momento. Con mucho cuidado, se acerca más, hablándole suavemente.

"Mielle… sé que esto es devastador. No tienes que decir nada ahora. Tómate tu tiempo, respira. Estoy aquí para lo que necesites."

El especialista, manteniendo su distancia pero igualmente compasivo, asiente hacia el doctor, dándole espacio para manejar la situación. El doctor le ofrece un pañuelo a Mielle, permitiéndole procesar lo ocurrido a su propio ritmo.

El doctor siguió hablando al verla. "Cuando estés lista, hablaremos sobre lo que sigue, pero por ahora, solo quiero que sepas que estamos contigo en esto."

El doctor, con una actitud comprensiva al ver su estado de shock, decide abordar los siguientes pasos con delicadeza.

Con un tono suave y tranquilo, habló. "Mielle, entiendo que esto es mucho para procesar. No quiero apresurarte, pero necesitamos discutir los próximos pasos para tu salud y bienestar."

Hace una pausa, dándole tiempo para que reaccione mientras prepara la información para explicar.

"En este momento, debemos considerar cómo proceder con el manejo de la pérdida. Puede ser necesario realizar un procedimiento para retirar el feto, ya que tu cuerpo podría no expulsarlo de manera natural. Esto se hace para evitar riesgos adicionales para tu salud."

Observa a Mielle, esperando su reacción y preparándose para responder a cualquier pregunta o preocupación que pueda tener.

"También quiero que sepas que tenemos un equipo de apoyo, incluidos consejeros y especialistas en duelo, que están aquí para ayudarte a enfrentar esta situación. Vamos a cuidar de ti en todo momento y te acompañaremos durante este proceso."

Le ofrece una hoja con información sobre el procedimiento y los recursos disponibles para que pueda revisarla cuando esté lista.

"V-van a sacarlo?" Tartamudeó ella al intentar recuperar la razón al comprender que le querían quitar sacar a su bebé dentro de ella. El solo pensarlo le tembló hasta el alma.

El doctor con una expresión de profunda empatía, acercándose más a Mielle para ofrecerle apoyo. "Sí, Mielle, dado que el bebé ha fallecido y tu cuerpo no lo ha expulsado naturalmente, el procedimiento que se realizará es para retirar al bebé de tu útero. Esto es necesario para proteger tu salud y evitar complicaciones adicionales."

Ajusta su tono para ser lo más tranquilizador posible.

"Sé que esto es increíblemente doloroso y difícil de aceptar. Queremos asegurarnos de que te sientas lo más cómoda posible durante este proceso. También estaré aquí para responder a todas tus preguntas y ayudarte en cada paso."

Le ofrece un pañuelo si lo necesita y trata de transmitir su apoyo de manera tangible.

"Cuando estés lista, podemos hablar más sobre el procedimiento en detalle y lo que puedes esperar. Quiero que sepas que estamos aquí para cuidarte."

"Hagan otra prueba, esto no puede ser." Dijo ella en negación, se rehusaba creer que había perdido a su hijo y negó con la cabeza, no lo permitiría.

El médico observa la negación de Mielle con una expresión de profunda compasión. Entendió que esta pérdida repentina era muy difícil de aceptar.

Respira profundamente, tratando de mantener la paciencia y la compasión, mientras le habla con dulzura. “Mielle, entiendo tu negación. Es una reacción normal ante noticias como esta, pero las pruebas que hemos realizado, incluida la ecografía, son bastante precisas. Nos han dado una imagen clara de lo que ha sucedido”.

Ajusta su tono para ser lo más paciente y comprensivo posible.

“Desearía que pudiéramos cambiar los resultados, pero perder el bebé..."

"Háganla, ya." Lo interrumpió a punto de explotar, estaba a nada de romperse allí mismo.

El doctor al ver su reacción, accedió, solo para mostrarle la realidad de lo que estaba pasando.

"Entiendo que esto es extremadamente difícil de aceptar, Mielle. Lo que vamos a hacer ahora es una última ecografía para confirmar definitivamente la situación. Quiero que tengas toda la información antes de tomar cualquier decisión."

Se dirige al especialista, indicando que preparen la sala para realizar otra ecografía. Luego se vuelve hacia Mielle con una expresión tranquilizadora.

"Vamos a hacer una nueva ecografía para asegurarnos de que los resultados que obtuvimos son correctos. Si hay alguna posibilidad de que la primera evaluación esté equivocada, queremos confirmarlo. Por favor, tómate el tiempo que necesites para procesar esto."

Mientras el doctor y el especialista observan la pantalla en silencio. La tensión es palpable mientras se confirma la ausencia del latido fetal.

Con una expresión grave, el doctor se dirige al especialista mientras observa la pantalla.

"Los resultados confirman que no hay latido detectable. Dado esto, necesitamos proceder con la extracción del feto para proteger la salud de Mielle y evitar complicaciones."

El especialista asiente con comprensión y se prepara para coordinar el procedimiento.

Volviéndose hacia Mielle, el doctor con una voz suave pero firme, habló. "Mielle, ahora que hemos confirmado la pérdida, debemos realizar un legrado para retirar el feto de tu útero. Este procedimiento es necesario para tu salud y para evitar riesgos futuros."

Le ofrece la hoja de nuevo  con información sobre el procedimiento y lo que puede esperar.

Mielle toma el documento y trata de leerlo pero las lágrimas nublan su vista para finalmente caer en el papel que le dio, al principio solo es un llanto silencioso pero después comienza a sollozar más fuerte.

Ha perdido lo que más había amado y esperado con tanto anhelo.

En esa fría habitación perdió a su bebé sola, sin su esposo para que la consolaba, estaba sola.

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