Bruno escuchaba tranquilo a Leandro, imaginaba que tarde o temprano Sergio intentaría algo contra Nicole, Rina y Gío desde hacía tiempo la mantenían vigilada sin que ella estuviera enterada.—No tienes que preocuparte por eso, los protegeré con mi vida, gracias por avisar.Leandro apuro el resto de licor que quedaba en su vaso.—Me voy, no quiero que mi padre sospeche que solo estoy fingiendo estar de su parte. —Estar ahí hablando con Bruno era demasiado incómodo, era el hombre que dormía al lado de la mujer que aún amaba.—Que te vaya bien. —Bruno se quedó pensando, tenía que proteger a Nicole y a su hijo a toda costa, por la mañana visitaría a Rina y a Gío para hablar con ellos, De Santos era un hombre inteligente y perverso por lo que Rina les había contado, no podían confiarse.Sergio a pesar de su frialdad, amaba a su hijo, después de todo era hijo de la única mujer a la que había amado, a Deborah la quería, pero no era nada comparado con el gran amor que Rina había despertado en
Pasaron los días, Rina ya se encontraba desesperada, pensaba que tal vez le había sucedido algo, llamaba a su departamento y no contestaba, lloraba inconsolable, si no lograba saber de él, buscaría a sus padres, no le importaría que la humillaran, él no la dejaría después de lo que había pasado entre ellos, se lo había prometido.Maggi al verla tan deprimida insistió en que la acompañará a la cafetería, su novio el amigo de Sergio le sugirió que la llevara ahí ese día, de mala gana aceptó, quizá ese chico pudiera darle información sobre Sergio, tenía que preguntarle, no podía simplemente haber desaparecido.Al llegar al café enseguida escucho una algarabía, un grupo de chicos y chicas se divertían, al entrar Rina sintió que su mundo perfecto se destruía, entre ese grupo estaba Sergio, tenía una rubia muy bonita sentada sobre sus piernas, al ver a Rina se le quedó mirando fijamente, , después beso a la chica.Rina no pudo soportarlo, salió corriendo del lugar, Maggi se acercó a Sergio,
Sergio se encontraba feliz de tener con él a Rina, seguía amandola, sus padres no pudieron hacer que contrajera matrimonio, se dedicó en cuerpo y alma a cuidar a su hijo, pensaba reunirlo con su madre en cuanto la llevarán con ellos, el día que por fin la tuvo a su lado, se encontraba ilusionado, se mantuvo junto a ella, hasta que noto que estaba despertando del sedante que le habían puesto los hombres que la secuestraron.—Amor de mi vida, por fin podremos estar juntos. —Dijo Sergio cuando vio que estaba despertando, la observó mientras estaba inconsciente, para él era la mujer más bella que existía.Rina sorprendida no daba crédito a lo que estaba escuchando, ¿qué clase de loco hacía aquello?—¿Qué es lo que pretendes Sergio? Déjame regresar al lado de mi esposo y de mi hija. —No pudo evitar pedírselo gritando, estaba muy molesta.—Rina, debes tranquilizarte, pronto la traeremos con nosotros. —Dijo con una sonrisa, estaba seguro que aún lo amaba.—Ni se te ocurra tocar a mi hija, no
Por la mañana una emocionada familia subía sus maletas a un jeep 4 x 4, después de desayunar emprendieron el viaje.—Papa juguemos veo veo.—No se que juego es.—Yo puedo enseñarte.—Perfecto, entonces juguemos.Jugaron gran parte del camino, Bruno quería que su hijo disfrutará el ser n**o, claro que quería que se educara, pero sin perder la esencia de su niñez.Nicole los escuchaba, se sentía contenta de su interacción, Bruno poco a poco se iba ganando de nuevo su cariño, ese amor dormido cobraba fuerza de nuevo, al poco rato Santi se quedó dormido.—¿No nos has dicho ha donde iremos?—Vamos a la región de las montañas de Catskill, les encantará, ahora en otoño se visten de gala, en un caleidoscopio de colores encendidos, el cambio de tonalidades de las hojas de los árboles pasan del verde al naranja, rojo y amarillo, para luego transformarse en un color marrón dorado, creeme es algo digno de ver.Nicole lo observaba atenta, veía lo ilusionado que estaba con ese viaje.—Comenzaremos
Al despertarse Nicole, no encontró a Bruno, se asomo por la ventana y lo vio hablando con unos hombres que le parecieron extraños, se metió a duchar, después de un rato, lo escucho entrar.Al salir noto que su semblante era serio.—¿Ha sucedido algo? —Preguntó extrañada.—No, ¿porque lo preguntas? —Bruno trataba de no ponerse nervioso.—¿Quiénes eran esos hombres? —Intuía qué algo pasaba.—Ah eso, eran lugareños, les hacía algunas preguntas sobre la pesca.—Dijo lo primero que vino a su mente.—Por el porte parecían militares.—Nicole pensó que no parecían para nada lugareños, se veían diferentes.—Solo se que son de aquí, ni idea a qué se dedican. —Alzó los hombros al decirlo.A Nicole le pareció rara su actitud, estaba claramente a la defensiva.—¿Y ahora, tu que comiste? —Preguntó ya seria.—Nada, no he desayunado. —Le pareció extraña la pregunta, no venía al caso.—Lo digo por tu actitud, estas por demás extraño.—Jajaja no me pasa nada, tengo sueño y me siento algo cansado, no se
Bruno entró a la habitación en ese momento.—Buenos días bella durmiente.—Hola mi príncipe de armadura plateada.Bruno hizo una reverencia, después se acercó a ella, puso una de sus rodillas sobre el suelo, mientras tomaba su mano.—Hermosa dama, frente a usted tiene a su humilde vasallo.—Jajaja, ya levántate no seas payaso, vi que hiciste las maletas.—Así es, nos vamos a Lake George, Santi esta emocionado por poder pescar en el lago, tengo una casa en esa área.—Perfecto, entonces mi amado príncipe, vámonos hacia nuestro próximo destino.Un par de horas después llegaron a Lake George, avanzaron hasta llegar a u a casa en las afueras del pueblo, situada justo frente al lago, a Nicole le gustó mucho aquella casa, era de estilo victoriano, tal como lo eran muchas casas de la zona.—Papá, la casa tiene una parte construida sobre el lago.—Así es hijo, en esa parte se encuentran guardados unos botes que salen directo hacia el lago.Más tarde fueron a desayunar y a caminar por el pintor
—¿Cómo esta Rina?—Yo creo que ya es tiempo de que te dirigas a ella como tu madre, sabes perfectamente que ella no tiene la culpa de que tu padre la alejara de tu lado. —Le pidió Gío, sabía que Rina sufría porque pensaba que su hijo la odiaba.—Lo entiendo y no tengo nada contra ella, solo que me es difícil acostumbrarme a llamarla madre.Leandro era sincero, había crecido sin pronunciar esa palabra.—Volviendo al tema, ya no permitiremos que tu padre dañe a nadie más, debemos ponerle un alto. —Noah se sentía harto de la situación.—¿Estás con nosotros o en contra?—Preguntó Bruno.—Saben que estoy totalmente en contra de lo que hace mi padre, no permitiré que dañe a Nicole ni a Santi, si el hizo daño a mi madre, debe pagarlo.Más tarde todos se despidieron, no podían estar tantas personas en la habitación por mucho tiempo, Gío regresó al lado de Rina y Bruno se quedó con Nicole.—Hubieras ido a casa, necesitas descansar, manejaste desde el lago.—Ni en sueños te dejaría sola.—Depos
Gío regresó más tarde al hospital, encontró a Leandro inquieto parado afuera de la habitación.—¿Ha sucedido algo? ¿Rina está bien?—Ella está bien, pero en cuanto te fuiste vino mi padre.—Eso quiere decir que nos mantiene vigilados.—Ahora si tengo la certeza de que fue él quien provocó todo esto, entró a la habitación y me pidió que tomará una almohada para acabar con la vida de mi madre, afortunadamente entró una enfermera en ese momento, de lo contrario se hubiera dado cuenta de que no estoy de acuerdo, está decidido a matarla con tal de conservar su fortuna, debes poner vigilancia.—Hablaré ahora mismo con el director del hospital para que lo autorice, espera aquí un momento, no la dejes sola.—Aquí espero.Leandro entro en la habitación, se paró junto a Rina, la observó por un momento, no pudo evitar que las lágrimas empezarán a brotar.—Madre tienes que despertar, te necesito, te he necesitado toda mi vida, tenemos que recuperar el tiempo perdido, perdoname por favor, se que t