Por la mañana una emocionada familia subía sus maletas a un jeep 4 x 4, después de desayunar emprendieron el viaje.—Papa juguemos veo veo.—No se que juego es.—Yo puedo enseñarte.—Perfecto, entonces juguemos.Jugaron gran parte del camino, Bruno quería que su hijo disfrutará el ser n**o, claro que quería que se educara, pero sin perder la esencia de su niñez.Nicole los escuchaba, se sentía contenta de su interacción, Bruno poco a poco se iba ganando de nuevo su cariño, ese amor dormido cobraba fuerza de nuevo, al poco rato Santi se quedó dormido.—¿No nos has dicho ha donde iremos?—Vamos a la región de las montañas de Catskill, les encantará, ahora en otoño se visten de gala, en un caleidoscopio de colores encendidos, el cambio de tonalidades de las hojas de los árboles pasan del verde al naranja, rojo y amarillo, para luego transformarse en un color marrón dorado, creeme es algo digno de ver.Nicole lo observaba atenta, veía lo ilusionado que estaba con ese viaje.—Comenzaremos
Al despertarse Nicole, no encontró a Bruno, se asomo por la ventana y lo vio hablando con unos hombres que le parecieron extraños, se metió a duchar, después de un rato, lo escucho entrar.Al salir noto que su semblante era serio.—¿Ha sucedido algo? —Preguntó extrañada.—No, ¿porque lo preguntas? —Bruno trataba de no ponerse nervioso.—¿Quiénes eran esos hombres? —Intuía qué algo pasaba.—Ah eso, eran lugareños, les hacía algunas preguntas sobre la pesca.—Dijo lo primero que vino a su mente.—Por el porte parecían militares.—Nicole pensó que no parecían para nada lugareños, se veían diferentes.—Solo se que son de aquí, ni idea a qué se dedican. —Alzó los hombros al decirlo.A Nicole le pareció rara su actitud, estaba claramente a la defensiva.—¿Y ahora, tu que comiste? —Preguntó ya seria.—Nada, no he desayunado. —Le pareció extraña la pregunta, no venía al caso.—Lo digo por tu actitud, estas por demás extraño.—Jajaja no me pasa nada, tengo sueño y me siento algo cansado, no se
Bruno entró a la habitación en ese momento.—Buenos días bella durmiente.—Hola mi príncipe de armadura plateada.Bruno hizo una reverencia, después se acercó a ella, puso una de sus rodillas sobre el suelo, mientras tomaba su mano.—Hermosa dama, frente a usted tiene a su humilde vasallo.—Jajaja, ya levántate no seas payaso, vi que hiciste las maletas.—Así es, nos vamos a Lake George, Santi esta emocionado por poder pescar en el lago, tengo una casa en esa área.—Perfecto, entonces mi amado príncipe, vámonos hacia nuestro próximo destino.Un par de horas después llegaron a Lake George, avanzaron hasta llegar a u a casa en las afueras del pueblo, situada justo frente al lago, a Nicole le gustó mucho aquella casa, era de estilo victoriano, tal como lo eran muchas casas de la zona.—Papá, la casa tiene una parte construida sobre el lago.—Así es hijo, en esa parte se encuentran guardados unos botes que salen directo hacia el lago.Más tarde fueron a desayunar y a caminar por el pintor
—¿Cómo esta Rina?—Yo creo que ya es tiempo de que te dirigas a ella como tu madre, sabes perfectamente que ella no tiene la culpa de que tu padre la alejara de tu lado. —Le pidió Gío, sabía que Rina sufría porque pensaba que su hijo la odiaba.—Lo entiendo y no tengo nada contra ella, solo que me es difícil acostumbrarme a llamarla madre.Leandro era sincero, había crecido sin pronunciar esa palabra.—Volviendo al tema, ya no permitiremos que tu padre dañe a nadie más, debemos ponerle un alto. —Noah se sentía harto de la situación.—¿Estás con nosotros o en contra?—Preguntó Bruno.—Saben que estoy totalmente en contra de lo que hace mi padre, no permitiré que dañe a Nicole ni a Santi, si el hizo daño a mi madre, debe pagarlo.Más tarde todos se despidieron, no podían estar tantas personas en la habitación por mucho tiempo, Gío regresó al lado de Rina y Bruno se quedó con Nicole.—Hubieras ido a casa, necesitas descansar, manejaste desde el lago.—Ni en sueños te dejaría sola.—Depos
Gío regresó más tarde al hospital, encontró a Leandro inquieto parado afuera de la habitación.—¿Ha sucedido algo? ¿Rina está bien?—Ella está bien, pero en cuanto te fuiste vino mi padre.—Eso quiere decir que nos mantiene vigilados.—Ahora si tengo la certeza de que fue él quien provocó todo esto, entró a la habitación y me pidió que tomará una almohada para acabar con la vida de mi madre, afortunadamente entró una enfermera en ese momento, de lo contrario se hubiera dado cuenta de que no estoy de acuerdo, está decidido a matarla con tal de conservar su fortuna, debes poner vigilancia.—Hablaré ahora mismo con el director del hospital para que lo autorice, espera aquí un momento, no la dejes sola.—Aquí espero.Leandro entro en la habitación, se paró junto a Rina, la observó por un momento, no pudo evitar que las lágrimas empezarán a brotar.—Madre tienes que despertar, te necesito, te he necesitado toda mi vida, tenemos que recuperar el tiempo perdido, perdoname por favor, se que t
Alizza se dirigió hacia el baño, tomó el teléfono e hizo una llamada.—Aló.—Señor, la señora Nicole y el señor Bruno siguen juntos.—Eso ya lo sé.—Ella está embarazada.—Vaya, interesante, eso sí es nuevo, mantenme informado de todo lo que pase.—Sí señor.Alizza guardo el teléfono después de que aquel hombre corto la llamada, odiaba a ese hombre porque la obligaba a ser su espía, pero sabía que estaba dispuesto a desaparecer a Nicole y eso le agradaba.Dos días después se reunían en casa de Rina, ese dia salía del hospital y habían organizado una reunión de bienvenida.Poco después llego en compañía de Gío, aún estaba en siila de ruedas, lo estaría por algún tiempo, ya que se había fracturado un pie.—Bienvenida a casa mamá. —Exclamó Nicole y se acercó a abrazarla, mientras le entregaba un hermoso ramo de rosas.Leandro hizo lo mismo, Bruno y Nicole aprovecharon que estaban todos reunidos para darles la noticia de su embarazo, todos los felicitaron, los padres de Nicole no cabían d
Deborah había pensado que Nicole intervendría a favor de ella, al darse cuenta de que no lo haría, su odio hacia ella creció, salió de ahí intentando contener su furia.Bruno tomó la mano de Nicole para volver al comedor, Sara al ver que Deborah se había ido, bajó a Santi para que estuviera con sus padres, después subieron a acostar al pequeño, como todas las noches Bruno le contó un cuento.Esa faceta como padre le gustaba, siempre había sentido que le faltaba sentido a su vida, ahora lo había encontrado.Nicole estaba acostada, él puso crema en sus manos y empezó a masajear sus pies, cada vez la sorprendía más, ese no era el Bruno que conocía, tal vez se lo habían cambiado.Al poco rato, colocó su cabeza sobre el abdomen de Nicole.—Serás junto a tu hermano, el bebé más amado del mundo, te protegeré toda mi vida, te lo prometo mi pequeño amor.Se quedó dormido mientras ella acariciaba su cabeza con ternura, Bruno quizás exageraba un poco respecto al embarazo, pero si algo tenía clar
En el corporativo, Alizza se preparaba para retirarse, Dante se acercó a ella.—¿Necesita algo señor Dante? Estaba por retirarme. —Preguntó extrañada, Dante nunca le dirigía la palabra.—¿Porqué? —Su cara demostraba la furia que sentía.—No entiendo. —No tenía idea de que la habían descubierto, estaba extrañada por el comportamiento de Dante.—¿Porqué lo hiciste? —La chica se inquieto al ver que la mirada que Dante le dirigía era de odio.—Me está asustando señor, no se a que se refiere. —Retrocedió unos pasos hacia atrás instintivamente.—No te hagas la tonta, pusiste aceite en las escaleras para que Nicole resbalara, tenemos pruebas. —Le dijo de una vez, tuvo que contenerse para no abofetearla, era una cínica.—Señor yo no se de que me habla. —La chica estaba aterrada al sentirse descubierta.Bruno entró en ese momento, la chica vio su cara deformada por el dolor y la furia que sentía, intentó salir corriendo.—Tú no vas a ningún lado, eres una maldita.. —Bruno la sostuvo por el bra