Regina

Sigo pensando que Irina me mira demasiado extraño, pero qué más da eso cuando ahora lo único en lo que puedo pensar es en que me he aferrado completamente a Nikolay. No sé por qué tuve que decirle eso hace dos días, realmente no quería que se fuera y me preocupa, pues quizás por el embarazo estoy demasiado emocional.

—¿Quieres ir fuera? — Irina me mira desde el otro lado de la cocina — : tengo que ir por unas cosas al supermercado.

—No, realmente me duelen mucho los pies, paso un dedo por el borde de mí baso distraída con mis pensamientos que una vez más llevan a Nikolay. Me pongo en pie dándole un último sorbo a mí baso. Paso junto a la bandeja de frutas y tomo una de las manzanas antes de dejar el vaso vacío sobre el fregadero.

—Me iré a la habitación para leer algunos de esos libros que bajaste para mí en el Tablet.

—Tienes una cita con el doctor pasado mañana.

Me recuerda, le doy un ligero asentimiento de cabeza antes de salir de la habitación y dirigirme a la planta alta.