Mientras Amelia conducía pensando en cómo haría para irse lo más lejos posible de su madre, pudo notar que un carro negro la perseguía. Ella pisó el acelerador para tratar de escapar, sin embargo, poco tiempo después se vio obligada a disminuir la velocidad, para luego detenerse.
Dos hombres enormes salieron del coche que se le paró en frente obligándola a detenerse. Ambos hombres la apuntaban con armas de fuego. El corazón de Amelia comenzó a latir muy rápido provocando que su cuerpo casi comenzara a temblar.
Su miedo se incrementó cuando estos hombres abrieron la puerta de su coche y la sacaron a la fuerza sin dejar de amenazar con matarla.
-Quienes son ustedes? – preguntó Amelia desconcertada por todo lo que estaba viviendo.
-Tenemos ordenes de devolverla a casa de su madre – dijo uno de los gorilas que la amenazaba – lo haremos a las buenas o a las malas, le conviene cooperar.
Amelia perdió un poco el miedo al escuchar que todo eso era cosa de su madre, ella estaba segura de que las amenazas eran solo para asustarla. Aunque su madre había demostrado ser una mujer malvada no era capaz de matarla en ese momento, si lo hacía su trato con el CEO se desvanecería al instante.
-shuh – ese fue el sonido de la saliva de Amelia sobre la cara de uno de los hombres que intentaban regresarla con su madre – voy a luchar contra mi madre hasta el último minuto de mi vida – dijo Amelia decidiendo no rendirse, si ella iba a morir, sin dudas moriría luchando.
-Pash – sonó el golpe sobre la cara de Amelia. Aquel hombre no dudó ni por un instante en golpearla.
Amelia cayó al suelo con su rostro realmente adolorido, pero aun así ella no se daría por vencida.
Los hombres intentaron agarrarla nuevamente, pero Amelia luchó con todas sus fuerzas para no dejarse dominar. Aquellos hombres al ver que la mujer estaba decidida a no ir con ellos a la buena decidieron arrastrarla e incluso intentaron noquearla. A pesar de lo delgada que era Amelia era más fuerte de lo que ellos imaginaron.
Mientras ellos luchaban otro coche se paró al lado del carro negro y salieron dos hombres uniformados con un traje negro entero y con lentes de sol que cubrían sus ojos por completo.
A diferencia de los otros hombres estos si estaban dispuestos a disparar, en cuanto salieron del vehículo jalaron del gatillo y mataron a uno de los hombres de Natalia. Mientras al otro le dio tiempo a disparar también.
Amelia cayó al suelo muy asustada al encontrarse en medio de aquel tiroteo, ella empezó a arrastrarse hasta quedar detrás de su coche.
No pasó mucho tiempo cuando el ultimo hombre de Natalia también resultó muerto, cuando Amelia vio que las balas se habían detenido subió a su coche y de inmediato lo puso en marcha. Ella quería escapar ahora con más fuerza, pues estos últimos hombres le causaban más terror que los anteriores.
Aquellos dos hombres se montaron en su vehículo y comenzaron a perseguir a Amelia.
Cuando ella vio que se estaban acercando se puso muy nerviosa por lo que perdió el control del vehículo y se estrelló contra un árbol. Amelia se dio un fuerte golpe con el guía del vehículo y quedó inconsciente en el momento.
Los hombres aprovecharon la oportunidad y la sacaron del vehículo y la subieron en el suyo y se marcharon.
Después de conducir durante media hora llegaron a una gran mansión con más seguridad que una cárcel. Sacaron a Amelia del vehículo y la llevaron a una lujosa habitación y la acostaron sobre la gran cama.
Un doctor se apresuró a examinarla descubriendo que la chica se había dado un fuerte golpe en la cabeza, pero que fuera de eso estaría bien. El doctor puso un poco de alcohol en la nariz de Amelia, provocando que ella recupere la consciencia de inmediato.
- ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy? ¿Cómo llegué hasta aquí? – Amelia dejó una pregunta detrás de la otra sintiéndose realmente confundida. Cuando se vio en esa habitación su corazón comenzó a latir muy rápido, ella no conocía ese lugar y lo único que recordaba era un coche negro obstruyéndole el paso en el camino.
El doctor quien no tenía órdenes a responder ninguna de sus preguntas se limitó a ponerse de pies y marcharse del lugar, dejando a Amelia aún más confundida y preocupada que antes.
Amelia se paró de la cama sintiéndose un poco mareada y con un fuerte dolor de cabeza. Esos síntomas no iban a impedirle tratar de salir de ese lugar, se puso sus calzados que estaban al pie de la cama y de inmediato se dirigió a la puerta por donde el doctor había salido. Justo en el momento que iba a abrir la puerta alguien la abrió primero desde afuera. Los ojos de Amelia se abrieron de par en par al igual que su boca cuando logró ver al personaje que había abierto la puerta.
- ¿A dónde ibas preciosa? – le preguntó ángel Andújar el gran CEO de construcciones A y A al ver que Amelia estaba intentando salir.
- ¿Tú? – preguntó Amelia mientras su corazón comenzaba a latir casi al punto de la taquicardia al ver que estaba frente al hombre al cual su madre la había vendido.
-Si yo – respondió ángel calmadamente mientras se introducía a la habitación y se sentaba en unos de los lujosos muebles que la decoraban.
-Lamento si he molestado, pero ahora debo irme – dijo Amelia abriendo la puerta nuevamente para salir de la habitación.
-Lo siento, pero no puedes ir a ningún lado – dijo Ángel con una voz tenue mientras uno de los grandes hombres que guardaban la puerta la detuvo de inmediato obligándola a entrar nuevamente a la habitación – estás justo donde tienes que estar.
- ¿Qué significa todo esto? – le preguntó Amelia a Ángel sintiéndose cada vez más nerviosa frente a esa situación.
-Verás hermosa, tú ahora me perteneces y como todas las cosas que me pertenecen te he guardado con seguridad – dijo ángel refiriéndose a ella como si se tratara de un anillo de diamantes, mientras su rostro se mostraba completamente inerte.
-Yo no te pertenezco, no le pertenezco a nadie – gritó Amelia sintiéndose realmente ofendida - ¿Qué te creer que soy?
-Tengo algunos documentos que abalan lo que te digo – dijo él mientras cruzaba sus piernas muy sereno – nunca he tomado lo que no me perteneces, si estás aquí es porque tengo la seguridad de que eres mía.
-Esos documentos no significan nada – dijo Amelia mientras sus ojos se enrojecían por la ira y el miedo a la vez – esto es un secuestro lo cual es un delito muy grave, así que déjame ir si no quiere terminar tus días en una cárcel.
-Hay chiquita, ¿aun no te das cuenta de que hasta el mismo presidente tiene que seguir mis ordenes? – dijo Ángel riendo a carcajada. al escuchar las palabras de Amelia, no podía creer que a esas alturas ella aún no se haya dado cuenta que no había nada en la vida que se pudiera escapar de él. todo el mundo sabía que si él quería algo siempre lo obtenía, aunque tuviera que pasar por encima de quien sea, incluso de las autoridades – no existe la manera de que yo termine en una cárcel al menos que sea yo quien lo decida.
El corazón de Amelia comenzó a latir muy fuerte al escuchar las palabras de Ángel en ese momento.
-Que patético eres, no me sorprende que tengas que llegar a estos términos para conseguir a una chica – Amelia evocó a Ángel mientras una sonrisa sarcástica se dibujaba en sus labios – sabes que eres repugnante, das asco – Amelia dejaba salir esas palabras de su boca para ocultar el miedo que estaba sintiendo en ese momento.
Ángel sintió mucha ira por aquellas palabras dichas por Amelia, simplemente no podía creer que en verdad ella le tuviera asco. Él estaba acostumbrado a que todas las mujeres cayeran a sus pies, incluso después de que él las rechazaba una y otra vez.
Ángel camino hacia ella para intentar agarrarla y besarla, pero en ese momento Amelia sintió náuseas y comenzó a vomitar todo lo que guardaba en su estómago. Su corazón latía a gran velocidad y su cuerpo sudaba intensamente, su ropa se mojaba por el sudor y ella no sentía fuerza para sostenerse en pies. Cayó de rodillas sintiéndose incapaz de tomar el control de su cuerpo.
Al verla así Ángel corrió hacia ella para sostenerla. La tomó en sus brazos y se dirigió al cuarto de baño sintiendo gran dolor en su corazón.
A pesar de que Amelia se sentía muy débil en ese momento comenzó a luchar para deshacerse del agarre de Ángel. Pero Ángel solo quería ayudarla así que no se detuvo hasta que ya estaban en el baño e intentó quitar un mechón de cabello del rostro de Amelia. En ese momento ella tomó la mano de Ángel con sus dientes y lo mordió hasta que pudo sentir el sabor de la sangre en su boca.
Ángel chilló por el dolor y cuando Amelia lo soltó apartó su mano y pudo ver como sangraba.
¿Eres un vampiro? – le preguntó Ángel al ver el estado de su mano.
Pero cuando Amelia vio la sangre correr por la mano de Ángel no pudo evitar desmayarse. Siempre que ella veía sangre le pasaba lo mismo, debido a su ansiedad por la sangre y las inyecciones.
Ángel se apresuró a tomarla en sus brazos cuando la vio caer, él olvidó por completo el dolor de su mano y se enfocó en ella por completo.
En ese momento Ángel no pudo evitar acariciar su rostro al verla tan débil, tan frágil en sus brazos. Él la limpió con delicadeza y después la llevó a la cama donde la acomodó suavemente.
Luego salió de la habitación y mandó a algunas sirvientas para que se encargaran de limpiarlo todo en la habitación de Amelia. En ese momento quería dejarla descansar para luego conversar con ella.
En la mansión de NataliaNatalia recibió la noticia de que el CEO había capturado a Amelia y sonrió satisfecha. Por fin había logrado aquello por lo que tanto había luchado en la vida. Se sentía feliz de que esa hija que nunca quiso tener al fin le haya servido para algo bueno.Lo que no le agradó demasiado fue el hecho de que dos de sus secuaces murieran en la escena. Ella estaba segura de que tarde o temprano iba tener que pagar muy caro por la vida de esas personas.Ella tomó su celular y le marcó a Ángel un sin número de veces, pero no recibió ninguna respuesta de su parte lo que la enfureció en gran manera.-Maldito Ángel – gritó mientras lanzaba el celular con fuerza – espero que estes disfrutando tu reinado porque se te acabara muy pronto. Juro que voy a destruirte más temprano que tarde Ángel Andújar.Ángel se fue a su despacho a terminar con algunos pendientes mientras su Amelia descansaba un poco, esperando que después de que durmiera ella estuviera más tranquila y fuera cap
Natalia estaba muy feliz de ser la nueva socia de construcciones A y A por lo que se fue de compras para celebrarlo. Compró trajes zapatos de más de diez mil dólares, en ese momento sentía que era una mujer poderosa, aunque ella aún no había llegado a la cima de sus objetivos.Al día siguiente se levantó temprano e hizo algo de ejercicio antes de salir de su casa directo al trabajo.Cuando iba entrando a las instalaciones se encontró con Jonathan Brito el abogado de la empresa y la persona que tenía en sus manos todo lo que pertenecía a Ángel.Ella fingió chocar con él como una manera de llamar su atención, aunque trabajaban en la misma empresa ella nunca le había hablado y al verlo en ese momento le pareció un hombre muy guapo.-Disculpe señor brito, es mi culpa, no estaba mirando al frente – dijo ella fingiendo estar realmente preocupada.-No hay por qué, de hecho, yo también venia distraído – dijo él brindándole una agradable sonrisa.-Supongo que estamos a manos entonces – dijo el
Ángel se paró de su silla y salió de su oficina para ir a ver a Wanda él estaba seguro de que el enojo de Wanda no era infundado y quería saber la razón, aunque francamente el ya sospechaba de que se trataba.- ¿Dónde diablo tienes a Amelia? – preguntó Wanda en cuanto Ángel cruzó la puerta de su oficina, ella estaba segura de que él la tenía y no le iba a dar la oportunidad de negarlo.- ¿Qué te hace pensar que yo sé dónde está ella? – preguntó Ángel haciéndose el desentendido.-Ya sé todo sobre el contrato entre tú y Natalia y quiero que sepas que ese papel no tiene ningún valor – dijo Wanda roja de la ira al notar la cara dura de Ángel.-Bueno si ya sabes todo sobre el contrato no tiene caso negar nada – dijo Ángel sentándose en un mueble despreocupadamente – ella está donde pertenece y está a salvo.-Te advierto que estás cometiendo un grave error – Wanda se calmó un poco para tratar de que Ángel entre en razón por las buenas – secuestrar a una mujer no es la mejor manera de ganart
Amelia se despertó en la cama de Ángel, al girar su cabeza se dio cuenta que Ángel estaba profundamente dormido recostado de la cama. El aun lucía el mismo traje de la noche anterior y ella tenía su misma ropa.Ella se paró de la cama con movimientos muy suaves pues aun no quería despertarlo. Se dirigió al baño y buscó una vasija con agua. Se paró frente a Ángel con la intención de echarle el agua en la cara, pero en ese momento Ángel abrió sus ojos y al ver las intenciones de Amelia actuó de manera rápida.-Si haces eso te quitaré el privilegio de ver a Wanda – dijo Ángel con su voz soñolienta.Amelia bajó el vaso, pues ver a Wanda era lo que más quería en ese momento, ella decidió no decir nada y volvió al baño donde dejó el agua.-Ya no quiero estar en tu habitación - dijo ella con seriedad mientras Ángel se estiraba un poco haciendo evidente que se sentía adolorido por haber dormido incomodo.-Debiste pensarlo antes de destruir la tuya – dijo Ángel con una voz suave y apacible.-P
Una semana después Amelia estaba en su habitación cuando entró Soraya a llevarle té y galleta. Amelia se encontró extraño que la persona que fue a servirle el té haya sido Soraya puesto que generalmente era Lidia quien se encargaba de realizar esa tarea.-Buenas tardes, señorita – dijo Soraya mientras le servía una taza de té con mucha delicadeza.-Buenas tardes – dijo Amelia mientras la miraba con sus ojos fríos y distantes - ¿Dónde está lidia? ¿por qué no está ella sirviéndome el té? – preguntó Amelia con curiosidad, lo cierto es que a ella le gustaba hacerle berrinches a Lidia siempre que esta le servía.Cada vez que Lidia le servía salía enfurecida de la habitación de Amelia y eso le divertía bastante.-Ella pidió la tarde libre el día de hoy, regresará hasta la noche – respondió Soraya con naturalidad – de hecho, yo soy la única que está en casa esta tarde.Amelia se quedó en silencio mientras una luz se encendía dentro de su cerebro. Mientras menos servidumbre menos vigilancia
-Keila ocúpate personalmente de reclutar un nuevo personal de seguridad – dijo Ángel al teléfono mientras caminaba de vuelta a la sala de espera de la clínica – quiero quince hombres minuciosamente seleccionados para mañana mismo.Dicho eso serró la llamada sin darle tiempo a su asistente de que respondiera alguna palabra.Cuando entró de nuevo a la clínica pudo ver que ya estaban trasladando a Amelia a una habitación privada y Wanda la seguía de cerca.Él también siguió en dirección donde llevaban a Amelia sentía como si su corazón iba a explotar dentro de él. verla en esa camilla lo hizo sentir como si él también se estuviera muriendo por dentro.Entraron en la habitación privada que Ángel había encargado para Amelia y Wanda no permitió que Ángel entrara en ese momento alegando que tenían que preparar a Amelia primero.Ángel aprovechó el momento para hacer una llamada importante y después de media hora abrió la puerta de la habitación de Amelia sin tocar. Estaba desesperado por sab
Wanda se dirigió al puesto de enfermería de la clínica donde encontró a la enfermera de mediana edad dándole instrucciones a una paciente que le habían dado el alta. Wanda esperó pacientemente hasta que la enfermera terminara de hablar, pero la enfermera apresuró todo pues no quería hacer esperar a una de las personas más importantes del país en ese momento.- ¿En qué puedo ayudarla señorita Alvarado? – preguntó la enfermera con una voz suave y reverente.- ¿Sabes quién soy? – preguntó Wanda mirándola con intriga.-Todo el mundo la conoce a usted señorita, yo en especial soy una gran admiradora de usted, considero que es la mujer más fuerte que existe, por la forma de como a continuado adelante después de la repentina muerte de sus dos padres – dijo la enfermera con sinceridad.-Gracias – dijo Wanda poniéndose una de sus manos en el corazón, se sentía realmente conmocionada por las palabras de esa enfermera. Ella nunca se imaginó que las personas la miraran de esa forma.-No tiene nad
Cuando ángel salió de la habitación Wanda comenzó a reír a carcajadas todo estaba saliendo exactamente igual como lo había planeado. -Amiga, ¿Cómo rayos haces para quedarte ahí tan tiesa? – dijo Wanda sorprendida por lo buena actriz que Amelia había resultado ser. -No imaginas el gran esfuerzo que tuve que hacer para no reírme cuando le dijiste que yo no me despertaba para no verle la cara – dijo Amelia riendo también por las ocurrencias de su amiga. -Eres la mejor actriz que he conocido en mi vida – dijo Wanda sin poder dejar de reír – todo está saliendo muy bien, solo espero que Amarilis haya hecho muy bien su parte. -Ojalá, sé muy bien que con la ayuda de ella podré engañar al infeliz de Ángel por más tiempo – dijo Amelia completamente convencida de que podría realizar su parte a la perfección. En ese momento sintieron que alguien tocó la puerta y Amelia se quedó dormida al instante. Entraron Ángel, el doctor y la enfermera Amarilis, estaban hablando del tema. Ángel le pregun