-¿A dónde vas?¿Te alcanzo?
Dijo tratando de retenerme, a eso no le encuentra sentido.
-No, gracias, dejé mi auto en el taller de Ariel, creo que lo conoces, mientras espero, aprovecho mi tiempo, visitando a mi hermana.
-¿Podemos tomar un café?
¡Qué tentador! Pero Willy tiene la virtud de meterse en mi mente y no salir de ella, eso sucedía cuando éramos chicos, ahora que somos adultos, si llega a pasar lo mismo, sería muy difícil pasar de él.
Debe estar casado, recuerdo que tenía novia.
Después de eso ya dejé de verlo.
-No gracias, de verdad tengo que ver a mi hermana.
-¿Dónde vivís?¿Dónde siempre?
Mi corazón vuelve a latir de prisa, tiene recuerdos míos en su mente y hasta sabe donde vivía.
Estoy asombrada con ese descubrimiento.
-No, me mudé hace años.
Le contesté con retardo.
-Te llevo adonde vayas.
No podría subirme a su moto y abrazarme a él.
Mi mente tenía luces rojas que me decían PELIGRO.
Me negué y me despedí de él con una sonrisa, no quería tentarme con alguna propuesta que me pudiera hacer ni hacerme ilusiones.
Caminé 6 cuadras, me arrepentí de no haber aceptado la oferta que me lleve, eran cuadras largas.
Viví, hasta mis 19 años, en éste barrio, conozco a la mayoría de los vecinos, de hecho, mi hermana vive en la casa que fue de mis padres.
Cuando ellos murieron, ella se quedó a vivir allí, yo hacía rato que vivía en un departamento que compartía con mi amiga Ludmila, que era precisamente, la hermana de Ariel, por eso le llevé el auto a él, le tengo confianza y hace rápido el trabajo.
Pensando en todo eso llegué a mi antiguo hogar.
-Hola hermanita.
Le digo con cariño, tratando de esconder el dolor de verla tan desmejorada.
Tiene cáncer, está muy avanzada su enfermedad y no sé cuánto le queda de vida.
Tiene 35 años y es madre de dos hijos de 14 y 15 años.
Se casó jovencita, lo hizo porque quedó embarazada.
Sigue con su marido y se adoran, le fue bien en el amor.
Por eso me duele tanto, no le queda mucho tiempo, lo sé.
Es muy triste la vida.
Charlamos un poco y le cuento mi fortuito encuentro, sonrió, escuchándome con atención.
Ella sabe todo sobre mí, a pesar de llevarme más de 10 años, siempre fuimos muy unidas.
Claro que no compartimos salidas, ni siquiera teníamos amigos en común, pero siempre fue mi confidente.
De adolescente la volvía loca, hablándole de Willy y ella siempre me escuchaba.
Le pregunté por su tratamiento, me estaba explicando eso, cuando llegó mi cuñado con mis sobrinos, los había ido a buscar al colegio.
Any y Lito me abrazaron y estaban muy felices al saber que estaba de visita, los veía poco, trabajaba mucho y la verdad, yo, había sido bastante egoísta.
Hablaba todos los días por teléfono con mi hermana.
No es que me había desentendido del tema, en más de una ocasión la pasé a buscar y la llevé a quimioterapia.
También tengo que decir que estoy asustada, adoro a mi hermana y tengo pánico porque sé que la estamos perdiendo, la muerte de mis padres no me traumatizó, no es que sea fría, me dolió, pero lo normal.
No éramos muy cercanos, tal vez por eso, desde los 19 años vivo sola, bueno, con Ludmi.
A mi hermana le afectó, bastante más que a mí, la muerte de ellos.
Es raro, porque es más grande, tiene a Luis, su marido, que es su amor, su apoyo y su todo.
Pude ver el dolor en los ojos de mi cuñado, al mirar a Naty.
La sonrisa que le dedica a mis sobrinos no es tranquilizadora, aunque pretende serla.
-¿Quién es Willy?
Me pregunta Any, mi sobrina, que llegó a escuchar su nombre.
-Mi primer amor.
-¿Fue tu novio?
-No precisamente.
-Contame.
Yo me reía sola, recordando cuando lo conocí.
Fue muy loco todo.
-Hacíamos mil y una travesuras con Ludmi.
Le digo con una sonrisa melancólica, recordando esa época.
-¡Tía contame!
Ya estaba muy intrigada, porque Naty y yo nos matábamos de la risa.
-Siempre fuimos muy amigas con Ludmila, tenemos la misma edad y éramos compañeras de colegio y amigas, estábamos siempre juntas.
-Qué lindo una amistad así.
-Es verdad, compartimos todo, también las travesuras.
-Contame.
-Un día llegó efusiva, para contarme que un chico que no conocíamos había abierto una pollería nueva en el barrio.
-¿El que te gusta?
-No, ese le gustó a ella, creo que se llamaba...Pedro y ella le decía Peter, porque le molestaba el nombre, le parecía un nombre antiguo, aunque le encantaba el chico.
-Qué loca.
-Si, imaginate, que para hacerle el favor, le pedía a tu abuela, comer pollo todos los días, íbamos a cada rato al negocio para que ella lo pudiera ver, un día, Pedro estaba con un amigo, ese sí es Willy, recuerdo que tenía una motito chica.
-¿Te llevó a dar una vuelta?
-No, ni se enteraba que yo existía.
-No puede ser, sos hermosa.
Me reí, mi sobrina me adora y me mira con ojos llenos de amor, claro que en realidad sé que soy hermosa, sin ser pedante, me considero una mujer bella.
-Sí, soy hermosa, pero hay hombres estúpidos y mucho más, los varones adolescentes.
-Tía, ¡Estoy acá!
-Vos no, me refiero solo a..algunos o a la mayoría.
-¡¡¡Tia!!!
Nos reímos todos.
-El tema, es que íbamos a cada rato a la pollería, yo tenía 14 años y Willy 16, su amigo… Peter, 18, Ludmi tiene mi edad, nos ignoraban a las dos.
-Que mal.
-Lo encontré en el cumpleaños de 15 de una amiga y ni me miró, pero yo babeaba por él, y me seguía ignorando, un día, Ludmi, fue a comprar dos milanesas de pollo, y luego pasó por casa para avisarme que Willy no estaba en el local, para que no vaya a comprar en ese momento, él siempre iba a visitar a su amigo al negocio, ese día era viernes, yo fui a tu casa, vos eras chiquita y me encantaba visitarte, me quedé a dormir dos días, era verano, cuando volví el domingo, las milanesas que Ludmi había comprado y se había olvidado en mi dormitorio, estaban podridas y en mi habitación el olor era nauseabundo.
Todos se rieron.
-Tu abuela casi me mata, pasaron unos meses, con Ludmi nos hicimos amigas de un grupo de chicos y chicas que siempre estaban en la plaza que está acá a 6 cuadras y él una vez se paró a saludarlos, casi muero, estaba cerca mío… pero seguía ignorándome.
-Lo odio.
Dice Any.
Yo me reí, los recuerdos me llevan a pensar como lo soñaba todas las noches, parecía obsesionada, debía ser porque él me ignoraba totalmente.
-Con Ludmi, nos hicimos amigas de una compañera del colegio, que vivía para el lado de la ruta y un día, mientras íbamos y veníamos, porque primero ella nos acompañaba 4 cuadras, luego nosotras la acompañamos dos cuadras a ella y después ella, una a nosotras y cada cual seguía sola.
-Qué locas.
-Sí, el tema es que en ese ir y venir, descubrí donde vivía Willy.
Recuerdo ese momento y las señas, sin disimular, de mis amigas y como palpitaba mi corazón al verlo.
-Desde ese momento no dejaba de pasar por la puerta de su casa todos los días y hasta varias veces por día.
-Que pesada.
Dice Lito, mi sobrino.
-Es verdad, pero estaba loca por ese chico.
-Estás loca.
Aclara mi querido cuñado.
El que más le festejó el chiste, fue Lito, es siempre así, guerra de sexos, mujeres contra hombres.
-En ese momento, ya lo había cruzado varias veces, en la casa de unos amigos, en la plaza donde nos juntábamos, en una discoteca, pero para él no existía.
-Ya le tengo bronca.
Dice Any.
-Lo estaba acosando.
El punto de vista de Lito, es muy distinto al de su hermana y nada romántico.
Me doy cuenta que lo que sigue, es cuando tuvimos sexo, no creo conveniente contar eso.
Por Ivana-Cuando cumplí 15 años tu mamá me regaló un inmenso peluche, de más de un metro.-Un oso -dice mi cuñado.-Un burro -dice mi hermana.De ahí la confusión…-No recuerdo el animal que era, solo sé que le puse de nombre Willy, para mi cumpleaños de 15 vino un ratito, porque era parte del grupo de amigos que había invitado, pero él enseguida se fué, iba a bailar a una discoteca.-Era malo.-No era malo, simplemente no le gustaba lo suficiente o me veía chica o le gustaba otra clase de chica, una novia que tenía que era inmensa, mediría cerca de 1,75 o 1,80, era muy linda.-Seguramente vos eras más linda.Que divina es Any, siempre fiel a su tía.Me sonó el celular, leí el mensaje y luego me despedí.-Bueno chicos, otro día sigo con la historia, me mandó un mensaje Ariel, que ya le cambió el parabrisas a mi auto y son 8 cuadras las que tengo que caminar.-Te quiero.-Yo también.Mi cuñado me quería acompañar, Any también quería venir, creo que él necesitaba hablar conmigo, sobre
Por IvanaTenía que contarle sobre mi encuentro con Willy.Al final no fue nada, solo una aceleración de mi corazón y un sueño donde me desperté húmeda por pensar en él.Es que hacía bastante que no tenía una relación, ni formal ni pasajera.Hacerlo porque sí tampoco era lo mío.Ludmila era un poco más liberal que yo en ese sentido.De todos modos, si conocía a alguien y decidía hacerlo, no lo llevaba a nuestro departamento.Alguna vez, a mí me pasó de conocer a alguien y quedar encantadísima, pero en ese momento, tanto ella como yo, optamos por ir a un hotel alojamiento, nunca íbamos a la casa de un desconocido y menos llevarlo a nuestro departamento.Tampoco éramos unas locas desquiciadas por el sexo.Nada que ver.Pero que no nos vengan a decir que una mujer, por salir es una puta y un hombre tiene derechos que la mujer no.Cuando llegué a la fábrica tuve un día lleno de reuniones, teníamos que decidir la colección primavera verano.Ya sé que estábamos en abril, pero ésto funciona
Por IvanaMi cabeza era un caos.No podía ser fuerte, mis sobrinos me necesitaban y también Luis, pero era demasiado para mí.Si lograba tranquilizarme un poco, iba a poder ayudar.Ludmila estaba a mi lado, se lo agradecí con el alma.Siento que alguien se acomoda a mi lado.Abrazándome, dice.-Lo lamento mucho.Era Willy.-¿Y tu mamá?Le pregunté sin dejar de llorar.Se le llenaron los ojos de lágrimas.-Falleció hace una hora.-Lo lamento.Se quedó unos pocos minutos a mi lado y luego se fue sin despedirse, o sí, no lo sé.Ludmila seguía sentada a mi lado.Yo ni podía aclararle nada.Tenía el dolor más grande de mi vida.Se fue mi hermana, se fue y dejó a sus dos preciosos y angelicales hijos.No quiero ni pensar cuánto la van a extrañar, ni en la soledad que van a vivir.Fué un momento terrible, el peor de mi vida.A mi dolor se le suma el dolor que siento por no poder hacer nada por que mis sobrinos y mi cuñado estén mejor.Los días pasaban lentamente, traté de estar con mis sobr
Por IvanaTraté de sonreír y festejar cada chiste de Agustín, en realidad esperaba que sean chistes, porque no tenía idea de lo que decía.Willy quedó prácticamente enfrentado a mí.Sentía su mirada penetrante hasta en mis huesos, no entendía por qué.La chica alguna vez le habló y vio que me miraba, le puso mala cara, pero no dejaba de abrazarlo, besarle los labios, y colgarse de él.Era como que quería que me quede en claro, que estaba con ella.Yo trataba de ignorarlos.Ludmila me hablaba de cualquier tema, siempre contaba con su apoyo y se lo agradecía.Tampoco tenía que pensar que él seguiría soltero, es un monumento a la belleza y aunque me doliera, tenía que admitir que con esa mujer, hacían una pareja divina.Eran hermosos los dos, tan imponentes, él con su estatura, su cara espectacular, esos ojos que acariciaban al mirar, esa sonrisa que pedía que le comiera la boca a besos…Momento, no creo que su sonrisa me esté pidiendo eso.Ella por su parte lucía perfecta, alta, si Will
Por IvanaLlegó el momento en que la novia tiró el ramo hacia atrás y todas las chicas solteras tratamos de agarrarlo.Decía la tradición que quién agarre el ramo, era la próxima en casarse.Para mí era solo un juego, no me interesa casarme.Luana se tiró sobre el ramo, voló por los aires como el mejor arquero atajando una pelota.Tiro al suelo a la chica a quién le había caído el ramo en sus manos.Luana no se enteró de nada, ni siquiera, que empujó a varias muchachas del grupo.Es mal educada y egocéntrica.-Sííí.Gritó.Nos sentamos todos en nuestros lugares.-Mira, me toca casarme a mí.Le dice a Willy, quién la miró casi con desprecio, eso me asombro.-No te confundas.Le contestó, bastante incómodo.-No cielito, de verdad nos tenemos que casar, estamos tan enamorados…-No jodas.Yo tendría vergüenza si mi novio me dijera eso, máximo estando delante de amigos, tampoco le insistiría sobre casarnos, pero ella quería seguir luciendo y hablando del ramo.-¿Ustedes no se piensan casar
Por IvanaCuando volvieron los chicos de la luna de miel, nos invitaron a cenar a su nueva casa, en realidad, aunque estaba totalmente remodelada, era la casa de los padres de Ludmila, se la regalaron a su hermano, ellos se habían mudado a un pueblo veraniego, les gustaba la tranquilidad.Esa casa, la del pueblo, estaba a nombre de mi amiga y así repartieron sus bienes entre sus dos hijos.Cuando llegamos, estaban sus amigos, me quedé tranquila, porque no estaba Willy, pero canté victoria demasiado rápido.Al rato llegó con su inmensa y exuberante novia.-Siempre último.-Ni me hables, siempre esperándola, es molesto esperarla todo el tiempo.Ok, se que no está cómodo con eso.Se me acerca, para seguir la ronda de saludos.Me da un beso bien cerca de la boca, casi en la comisura de los labios.Me quedé bien quietita y ruborizada como una colegiala.Estábamos en la terraza, era una agradable noche de primavera, que ya está próxima a terminar, para darle lugar al caluroso verano.-Chica
Por ivana-¡Cómo tardaron! Dijo, muy celosa, Luana.-Es qué tu novio quiso cerrar la reja y no podía.-¿Y vos sí?Ludmila se mataba de risa.-Aprendimos a abrir y cerrar esa reja, para poder escaparnos cuando éramos chicas, tiene una trampilla la cerradura.Dice muy suelta de lengua, Ludmila.-Dejá de contarle historias, que después aprende demás.Le digo yo, refiriéndome a mi sobrina.Brisa ya la había abrazado y llenado de besos.Es una divina.Sé que pasa por la casa de mi hermana algunos días, solo para preguntarles a mis sobrinos si necesitan algo.Lo llamé a mi cuñado para decirle que Any está conmigo, sé que se preocupa.-No quería que le avises, no le importo.-Any, ya basta, andá, que Ludmila te cuente otra historia.-Me encanta cuándo me cuenta sobre el día que Ariel encontró la almohada a lo largo, cubierta por el cubrecama y vos no estabas.-Cierto, lo había olvidado ¿Dónde habías ido esa noche?Le pregunté porque no recordaba dónde había ido.Todos escuchaban, sin poder
Por WillyHaberla encontrado después de tanto tiempo, movió todos mis sentidos, estaba hermosa, cuando la vi aquel día, cruzando la calle, le tiré la moto encima a propósito, quería llamar su atención.La reconocí inmediatamente, cuando me insultó, me divirtió mucho.Estaba preciosa, siempre lo fue.Tenía unos pantalones ajustadísimos, rojos y una blusa, escotada, roja con líneas negras, primero la miré, porque era una mujer hermosa cruzando la calle, pero en cuanto le presté atención, supe que era ella.La chica que iba siempre a comprar a la pollería de mi amigo y que a veces me la encontraba por ahí y siempre me miraba con cara de enamorada.La que un día me entregó su primera vez, en las escaleras de un edificio cerca de mi casa, creo que ahí vivía una amiga de ella o algo así.Nunca lo había hecho en ninguna escalera, no fue tan cómodo y supongo que para ella, que era virgen, debe haber sido más doloroso que si lo hubiésemos hecho en una cama.Eso lo pienso ahora, en aquel moment