DAVIDLas últimas semanas han sido intensas con Azul, nos vemos casi a diario, ya sea en mi casa o en la suya. Hemos perfeccionado el arte de hacerlo en silencio cuando Daniela está en casa, para no dejar que eso nos detenga. Debo admitir que al principio me sentí reacio a su propuesta, pero después de pensarlo por unos días, decidí que si ella podía manejar esto, yo también podía. No puedo estar más feliz de haber aceptado.Por otro lado, la manada ha estado algo tensa; se han encontrado huellas ajenas que recorren los alrededores del bosque, aún sin adentrarse por completo a nuestro territorio. Sin embargo, estamos alerta ante cualquier ataque; reforzamos la vigilancia en las fronteras y aumentamos el número de centinelas dentro del pueblo.Me encuentro en mi oficina autorizando unos contratos cuando se adentra Omar; hace tiempo que no nos vemos fuera del trabajo y ya echo de menos nuestras charlas.—Pasa hermano ¿Cómo sigue Lucía? —inquiero dejando a un lado el papeleo.—Ya sabes,
AZULHace dos horas que David salió de la cabaña. Entiendo que quiera protegernos, pero me enfurece que no me diga lo que está pasando y simplemente me encierre en su pequeña fortaleza hasta que el vuelva.Me duele el hombro un montón, tengo un enorme raspón y se está tornando morado al rededor de este. Estoy cansada y preocupada por lo que está pasando. De verdad me asusté al ver a Vicky a merced de ese enorme lobo. ¿Quién será?, y ¿Por qué hizo eso? Se fue directo hacia ella, con la clara intención de lastimarla. Por lo que sé, no es la primera ocasión que este mismo lobo se introduce en el territorio de Luna Creciente, antes había atacado a un centinela cerca de la frontera. Daniela arrulló a Derek hasta que se quedó dormido. Es una lindura de bebé; a pesar de que hago cuanto puedo por mantenerme alejada de él, siempre se sale con la suya y termina persuadiéndome para que lo cargue y le haga mimos. En este tiempo ya me he calmado un poco; el coraje por las órdenes de David ha mer
AZULDespierto al sentir el sol sobre mi rostro, afuera se escuchan las aves silvestres ubicándome de inmediato en el lugar donde me encuentro.Abro los ojos despacio, y lo primero que veo es el abdomen desnudo de David. Recuerdo todo lo que hicimos anoche y, siento un leve dolor entre las piernas.Me quedo inmóvil para no despertarlo y me dedico a observarlo dormir. Su respiración es suave y tranquila, su cabello está desordenado, y un mechón rebelde cae sobre su frente. Tiene la boca entreabierta y su rostro ligeramente volteado hacia mi.Tomo conciencia de mi propio cuerpo: tengo la cabeza sobre su hombro, rodeo su abdomen con mi brazo y mi pierna derecha se encuentra entrelazada con las suyas. Estoy casi sobre él. Siento su agarre fuerte sobre mi cadera a pesar de estar profundamente dormido. Me siento segura y cómoda. Podría acostumbrarme a esto.Pero no debo. Lo que tenemos no puede prosperar, tarde o temprano tendré que apartarme y dejarlo libre para que busque a alguie
DAVID—¡Azuu! —balbucea el pequeño Derek desde mis brazos y extiende sus manitas hacia ella.—¡Hola, nene! —Se acerca Azul y lo toma, haciéndole cosquillas en la barriga.Aunque ella no ha querido involucrarse de lleno conmigo o mi familia, eso no ha impedido que haya coincidido con ellos. Han sido varias las ocasiones en que hemos convivido con Omar y su familia; también con Vicky, quien la adora y ya la considera como su propia hermana.Ver a mi pareja con un bebé en brazos, sin duda remueve cada fibra de mis deseos. Sé que puede darse cuenta de lo mucho que deseo convertirme en padre.Azul baja a Derek al piso, donde jugaba con los bloques cuando llegamos y se sienta con él; juntos arman diferentes figuras y yo no puedo hacer nada más, mientras los observo embelesado.Después de algunos minutos, la niñera vuelve con el desayuno del pequeño y nosotros nos disponemos a preparar el nuestro.Caminamos hacia la cocina y la observo un tanto pensativa. Para nada es la chica divertida que
AZULHace una semana desde el ataque del lobo en la laguna, cuando dormí con David y cuidamos juntos a Derek. Ese fue un fin de semana lleno de emociones fuertes, tanto buenas como malas.Lucía se encuentra mejor, aunque sigue en reposo, la he visitado algunas veces para hacerle compañía y ayudarle un poco con Derek, quien ahora me llama "tía".Me encuentro en casa con Daniela, estamos preparando el desayuno mientras reviso mi celular. En ese momento llega un mensaje de texto de Omar.Lo reviso con apuro, pues pienso que puede ser importante. Se me ocurre que Lucía puede necesitarme.—Hola, Azul. ¿Ya felicitaste al gruñón de mi amigo?—¿Quién?, ¿David? —pregunto confundida, no sabía que fuera alguna fecha especial.—Hoy cumple años. —Me informa.Me reprendo por no conocer detalles como este de su vida. Anoto mentalmente que el 23 de diciembre nació el hombre más perfecto que he podido conocer.—Ah... no sabía. Me siento mal por no saberlo. ¿Sabes si se encuentra en su casa?—Sí, acabo
Azul—¿Nos duchamos juntos? —propone David al llegar a su casa—. Debemos cuidar el agua. —Encoge sus hombros con fingida inocencia.—Ajá, solo por el medio ambiente —repongo con sarcasmo—. Sabes que si entramos ahí juntos no saldremos a tiempo para la cena.—No me importaría.—Pero a mí sí.—¿Desde cuándo te importa tanto cumplir con mi familia? —inquiere con una ceja levantada—. ¿No será que por fin estás pensando formalizar, y quieres quedar bien con mis padres? —pregunta con esa media sonrisa fanfarrona que me encanta.—¿Sabes qué? Es verdad, no iremos a ningún lado. Nos quedaremos aquí y tendremos sexo salvaje toda la noche, ¿A quién le importa el esfuerzo que hicieron tus invitados para venir, ni el de tus padres para organizar la velada? —digo seductoramente y de manera despreocupada.—Sexo salvaje ¿eh? —indaga mordiéndose los labios.—¿Eso fue todo lo que escuchaste? —pregunto indignada.Suelta una sonora carcajada que me hace suspirar. Amo cuando se ríe así.—Solo estoy bromea
AZULLlegamos a la cabaña al terminar la cena, estoy tan cansada que creo que me dormiré en cuanto toque la cama. Este día me ha parecido eterno por la cantidad de cosas que hicimos, sin embargo, me lo he pasado de maravilla en compañía de David. Salvo por el mal momento que me hizo pasar su ridícula ex novia, el resto del día fue perfecto.—Este día ha tenido cincuenta horas —digo, mientras arrojo mis tacones por el lugar.—Y aún no termina —sugiere, recordándome lo que dejamos pendiente.—Lo sé —respondo. De inmediato despiertan mis ganas de él y lo beso tomándome mi tiempo. Empiezo a cogerle el gusto a los besos lentos y delicados que me da, por alguna razón ya no siento esa prisa por terminar el acto y retirarme como al principio, en cambio, en ocasiones desearía que el día tuviera más horas y todas pasarlas junto a él.» Dame un minuto para refrescarme.—Te espero —asegura y lo suelto. Tomo lo que necesito de mi maleta y me adentro en el baño. Me ducho rápidamente, me coloco la
DAVIDObservo a Azul dormir plácidamente sobre mi pecho, después de haber hecho el amor, porque eso fue lo que hicimos, aunque ella se niegue a aceptarlo. La manera en que se entregó en cuerpo y alma fue simplemente perfecta. No pude evitar confesarle por fin mis sentimientos y aunque sabía que ella no respondería igual, admito que me hubiese gustado oírla decir que me ama también.Trato de ser paciente con ella, de verdad que trato. Quienes me conocen, saben que no soy una persona demasiado tolerante, sin embargo, con Azul he hecho un esfuerzo sobrehumano para comprender su actitud, para conocer sus motivos, pero me confunde muchísimo. Un día me aleja sin más, se encierra en su caparazón dejándome fuera como si fuese un extraño en su vida y empiezo a pensar que eso es lo que soy, que por más que haga no hay avance entre nosotros. Pero luego se entrega de esta manera; con total abandono, robándome cada suspiro. A pesar de la maravillosa experiencia que acabamos de tener, no puedo evit