Los rayos del sol chocan en mi piel descubierta, hacia muchísimo tiempo que deseaba un momento libre para esto.
Pero, siempre hay un, pero, nunca dejes que el hombre que te desea sexualmente elija tu traje de baño, porque se saldrá con la suya y no tienes otra escapatoria que utilizarlo. Pero veámosle el lado bueno, al pelinegro no se le baja una notoria erección que yo noto a leguas.
–Fue una mala idea –dice y volteo a verle, este se encuentra con unas gafas de sol y un traje playero en color blanco que se le ve exquisito.
– ¿Qué cosa fue una mala idea? –me muevo en mi lugar, haciendo así que él se enfoque de lleno en mí, desvía la mirada, aquello me hace reír un poco.
–Elegir tu bañador, créeme que, si no fuera porque Samhar está navegando esto, estaría follandote acá en la proa.
–Sin importarte que aparecieran otros yates a nuestro alrededor.
–No, no me importaría.
Voltea a verme y yo simplemente s
La castaña camina de un lado a otro, su mano presiona tanto el vaso de vidrio que tiene en su mano, que en cualquier momento podría partirse y obviamente lastimar su mano.–No lo puedo creer, es que simplemente ¡No puedo! –y el vaso estalla contra la pared, Aurora se encuentra furiosa por cada una de las cosas que le informan acerca de Bajhor. – ¿Cómo es que esa gorda asquerosa pudo enredar a Bajhor de ese modo? ¿Cómo? –chilla como toda una niña malcriada que quiere esa tableta de chocolate que le niegan a darle.–Deberías calmarte, nada ganas con actuar de ese modo, mientras no te serenes, no podremos armar un plan –esta enfoca su mirada en el chico que se encuentra sentado tranquilamente. –Bajhor no es fácil, y tú lo sabes.–Oriel –dice la castaña. –Deberías meterte en los ojos de Frida, deberías, que se yo, ¿Engatusarla? A ti te gusta, es muy obvio.–No sería capaz de dañarla, no cuando ella ni siquiera es
–Ese jodido afán de ser modelo del House Hunther, no era más que una fachada, quería meter sus narices en todo, pero claramente no se lo permití y se lo advertí a Timothy quien será el que lleve las riendas de la empresa muy pronto –le miro y este asiente levemente. –La tía quiere digamos que, ser parte de la agencia, pero ya que su rival soy yo, mando a su hijito –hago énfasis en la palabra. –Oriel sabía muy bien que lo mande a investigar y supo moverse a su antojo, hasta que tuvo un repentino viaje y bingo, encuentro madre e hijo con la tía Oriana.– ¿Qué debemos hacer? –quien pregunta es Balián, él sabe muy bien que siempre tengo un plan para todo. –Ya Oriel sabe que todos sabemos sus intenciones, es obvio que actuara más rápido.–Y lo comenzó hacer –anuncio y comienzo a caminar por la sala. –Su primera estocada, adentrar a Aurora a la casa del abuelo, ¿Qué quiere? Desestabilizarme con la presencia de esa mujer, ¿Lo lograra? Ja, lo dudo –e
La sola caricia de sus manos en mi cabello me hacía recordar aquellas tardes donde siempre recostaba mi cabeza en el regazo de mi madre, sentía el pasto verde y frio entre mis dedos. Los rayos del sol chocar en mi rostro y los dedos de mamá acariciando cada hebra rubia de mi cabello.En este momento no es ella quien lo hace, en este momento es mi querida abuela quien se encarga de ello.Han pasado tres días desde que Bajhor volvió a casa, yo por mi lado, aprovecho estas mini vacaciones en casa de mis abuelos. Mark, Gareth y mi tía se encuentran en el jardín con mi abuelo, yo por mi lado me encuentro en la sala, viendo la tele con mi abuela mientras comemos maní.–Frida –escucho su voz y paso a mirarle. –Solo quiero que sepas, que si Abdón se atreve a perjudicarte, tu abuelo y yo, no nos quedaremos de brazos cruzados y déjanos protegerte, ¿Vale? –le miro fijo. –No cometas el mismo error de tiempo atrás, esconderte de tu familia, eso somos, tu familia y cu
Todo pasa tan de prisa que ambos nos desnudamos con las manos echas un lio, solo las lámparas de mi habitación alumbran el espacio y esto se vuelve más íntimo. Su boca se encuentra con uno de mis pezones y la succión logra que mi cuerpo se erice ante su acto y jadee repetidas veces, siento la garganta seca, mis manos sudorosas y mi piel erizada.–Eres mía, Frida –dice de pronto, dejando un camino de besos desde mis senos hasta mi mentón. –Y eso ya no será un secreto para nadie –tomo su rostro entre mis manos y le miro fijo. –Toda mi familia sabe que eres la mujer que amo y que no tengo intenciones de dejar de hacerlo.–Bajhor... –este me da una estocada que me hace gemir y ríe por ello. –Te odio.–Sé que no –una estocada más y oculto mi rostro en su cuello. –No me odias Frida, tu...–Te amo, si, si –digo con prisa y este vuelve a reír.Bajhor con esa agilidad que tiene logra que caiga de espaldas sobre el colchón y sus dedos acarician mi cabe
Annie Kayenston.Todos me observan, como si buscaran las palabras necesarias para darme algún tipo de aliento, pero realmente yo me siento bien, no me siento moribunda y eso es lo más importante en este momento.– ¿Crees que es una buena idea? –observo a mi padre, ese hombre tan cariñoso y amoroso que no ha dejado de llorar desde la noticia. –Ella está muy pequeña, creo que deberías dar lo mejor de ti hija, quizás buscar una solución, quizás... –levanto la palma de mi mano izquierda y lo detengo, le doy una corta sonrisa.–No dejare que mi pequeña hija vea a su madre sufrir en cama y mucho menos verme perder el cabello, perder peso y verme débil, puedo obtener tratamiento, pero solo tengo un 10 por ciento de que resulte a mi favor, el otro 90 por ciento lo lleva de delantera este jodido cáncer, papá –este no puede evitar sollozar e irse de la sala.–Tienes razón hija –comenta mamá. –Pero ta
– ¿¡Que!? ¿U–usted me está proponiendo, s–sexo? –el menor Hunther se ríe con cierta picardía y se inclina más a ella y asiente. –Por favor joven Bahil, déjeme tranquila, no me atormente.– ¿Te atormento, Grecia?Aquello me hace esbozar una sonrisa y de inmediato hago aparición para ayudar a esa pobre mujer que esta que se desmaya.–El casanova menor de los Hunther, vaya, vaya –este voltea a verme y sonríe, Grecia de inmediato oculta su rostro entre sus manos, Dios, es tan dulce. –Ya deja a esa pobre mujer, adonis.– ¿Ups? –sonríe con esa picardía nata que tiene y voltea a ver a Grecia, esta le mira entre los espacios de sus dedos. –Nos vemos pronto, mi hermosa Grecia –le guiña el ojo y luego pasa a verme a mí. –Sera mía, ya lo veras –aquello me hace abrir la boca de par en par y luego me echo a reír. –Nos vemos cuñadita.–Adiós, Bahil.Me pasa a un lado y se marcha, yo me acerco hasta donde se encuentra Grecia y esta exhala todo ese air
Bera cantando en:321…–Háblame de ti, cuéntame, de tu viiidaaa –suspiro. –Sabes tú muy bien, que yo estoy, convenciiiidaaa –revoloteo los ojos. – ¡DE QUE TU NO PUEDEEEES, AUNQUE INTENTEEES, ¡OLVIIIDARRMEEE! –Yisus, ayúdame... –Siempre volverás... Una y otra vez… Una y otra veeeez, siempre volverás –esto no puede ser. –Aunque yaaaa no sientas más amor por miiii, solo rencor, yo tampoco tengo nada que sentir, y eso es peoooor – ¿Cómo diablos Bera canta perfectamente esta canción? –Pero te extraño, también te extrañoooo, no cabe duda que es la verdad que la costumbreeeee, es más fuerte que el amoooor, ¡Te amo, Timothy Hunther! –Y colapso la mujer...Mark y Bera han estado en plan despecho mientras que yo solo me dedico a tomar y calarme a este par cantando y cantando, lo más fuerte es que las personas lo disfrutan y les pide que cante otra y otra más. En esto nos l
Esa sonrisa bobalicona y hermosa que se forma en sus labios, me encanta.–Fuiste tú –dice. –Quien revivió todos estos sentimientos en mi –estamos por volver a tierra firme, suspiro aliviada, se demoró un momento por ir bajando, un paseo corto, pero hermoso. –Y créeme Frida, todo mal pensamiento, todo aquello que no me hacía creer en el amor, que no me orillaba a enamorarme de alguien, tu, lo arrebataste por completo –estamos nuevamente en tierra firme.Me acerco a él, logrando así unir mi frente a la suya, con mi nariz juego con la suya, este sonríe y verlo sonreír de ese modo es tan bonito. Sus labios rozan los míos, luego un beso más profundo y yo no puedo evitar temblar, quizás emoción, quizás amor, no lo sé, pero cada sentimiento con él a mi lado es más que suficiente.–Gracias... –digo con su rostro cerca del mío. –Gracias por acercarme a mi madre, la sentí tan cerquita de mí, y todo gracias a ti, Bajhor.–Por ti todo, Frida, hasta morir por t