Me quedo en mi asiento observando su interacción en el auto de ese Imbécil. Tomo con fuerza el volante entre mis manos con más fuerza de la que debería. Una furia desmedida me embarga por dentro al ser consciente de lo que se encuentra ocurriendo en su interior.

— ¿¡Cómo se atreve ese hijo de puta a besar a mi mujer!? —exclamo al todo desde mi lugar.

Me encuentro al final de la calle de donde tengo una vista panorámica del momento que ellos se encuentran compartiendo. Y lo peor de todo es que ella le está correspondiendo el beso, eso es lo que me hace estar furioso a niveles que nunca creí que sería posible.

«¡Maldita sea, tengo que bajarme inmediatamente, de aquí no puedo seguir que eso escale hasta un punto donde sea imposible detenerlos! Porque ahí si no dudo que seré capaz de matar gente, específicamente la cara de ese niño bonito», razonó conmigo mismo.

Apagó el motor del auto, pero cuando me voy a bajar observo que se detienen. Lo que si saberlo hace que mi respiración también l