Me ha pedido estar aquí a primera hora del día Adam –dijo Gustav.
Dígame, en que puedo servirle.
Adam se dirigió a un taburete de madera en donde guardaba una botella de coñac, sirvió un poco del licor en una copa de cristal y la tomó de un solo trago.
–Soy muy amigo del doctor Alfred Kunze y me ha pedido apoyo para usted y su familia –dijo Adam.
FxComo usted bien sabe doctor, estamos en guerra, una guerra muy cruel que ha encontrado en nosotros los judíos el blanco perfecto del odio irracional del presidente alemán.
Francia e Inglaterra han declarado la guerra a la Alemania, pero para ser honesto no creo que esto dure poco tiempo. He sido nombrado por los alemanes como presidente del consejo y estoy siendo intermediario entre mi pueblo y ellos.
–Eso ya lo sé Adam, –respondió Gustav. Dígame entonces, ¿se ha dado cuenta de lo que está sucediendo en las calles? ¿Se d
No se le puede llamar vida a esto, es terrible lo que sucede dentro de estas calles cerradas con ladrillos de odio.La vida dentro de este infierno es, dentro del infierno mismo, un infierno absoluto.Eso es lo que estamos viviendo los judíos padre. siguió diciendo SchmuelMe he dado cuenta que esta guerra no se trata de religión, sino de razas.Tú hoy apenas te has dado cuenta de ello, pero yo, desde el instante mismo en que recorro las calles puedo comprender el odio de los alemanes hacia nosotros los judíos. Piensan acabar con todos nosotros, piensan matarnos poco a poco ¿Qué no te das cuenta?Padre, yo no estoy dispuesto a que por mi cobardía, miles de niños y jóvenes judíos mueran. Seguía con su discurso el hijo ante la mirada atónita del padre y de algunos judíos más que habitaban la vivienda y que salieron intrigantes ante los gritos que surgían de la garganta de Schmuel.-Hoy, padre, he decidido se
No se le puede llamar vida a esto, es terrible lo que sucede dentro de estas calles cerradas con ladrillos de odio.La vida dentro de este infierno es, dentro del infierno mismo, un infierno absoluto.Eso es lo que estamos viviendo los judíos padre. siguió diciendo SchmuelMe he dado cuenta que esta guerra no se trata de religión, sino de razas.Tú hoy apenas te has dado cuenta de ello, pero yo, desde el instante mismo en que recorro las calles puedo comprender el odio de los alemanes hacia nosotros los judíos. Piensan acabar con todos nosotros, piensan matarnos poco a poco ¿Qué no te das cuenta?Padre, yo no estoy dispuesto a que por mi cobardía, miles de niños y jóvenes judíos mueran. Seguía con su discurso el hijo ante la mirada atónita del padre y de algunos judíos más que habitaban la vivienda y que salieron intrigantes ante los gritos que surgían de la garganta de Schmuel.-Hoy, padre, he decidido ser valiente, tan va
Schmuel se quedó totalmente intrigado. Sintió en ese momento que un hilillo de sangre recorría su rostro. Metió su mano derecha a la bolsa de la gabardina con la intención de sacar un pequeño pedazo de tela para limpiar sus heridas cuando de pronto sintió el bulto que Bruno había dejado en la bolsa derecha de su uniforme.No lo sacó, decidió esperar a que se alejara un poco su acompañante. Schmuel fingió malestar para poder retirarse algunos metros del lugar y con ello, con total tranquilidad revisar lo que el soldado alemán había dejado en la bolsa de su gabardina.Nunca esperó Schmuel lo que encontraría. Después de revisar el contenido se hizo mil y un preguntas.¿Por qué habría hecho eso el soldado alemán?Decidió entonces Schmuel no adentrarse en el tema.En cuanto terminó su labor, se dirigió de inmediato a su pocilga para encontrarse con su padre. Quería darle la noticia de lo acontecido horas antes. Schmuel no se había atrevido a abrir aqué
Me piden que a partir de mañana entregue esa lista y así todos los días una lista nueva. Todos los días una lista nueva con el nombre de seis mil judíos, ¿te das cuenta de lo que esto significa?Me están pidiendo que colabore para asesinar a nuestro pueblo.Me han amenazado que en caso de no obedecer las instrucciones del gobernador general, yo, junto con mi familia y todos los miembros del consejo judío, seremos los primeros en ser detenidos y enviados a los campos de trabajo terminó diciendo Czerniakow.Adam, al terminar de decir esto, se dirigió a su escritorio, dejó caer pesadamente su humanidad sobre el sillón y sin voltear a ver a los presentes, de manera seria dijo.¡Yo no voy a servirle de faraón de Egipto a los malditos alemanes!, no puedo hacerlo, no puedo seguía repitiendo. Nadie se atrevía a hablar, todas las miradas estaban puestas sobre la humanidad del presidente del consejo judío.Todo
POLICÍA JUDÍO... INFIERNO EN EL GUETO DE VARSOVIAAutor: Fernando OsaveQueda prohibido copiar, reproducir, distribuir, publicar, transmitir, difundir, o en cualquier modo explotar cualquier parte de este servicio sin la autorización previa por escrito de Androidphoria o de los titulares correspondientes. Sin embargo, usted podrá bajar material a su computadora personal para uso exclusivamente personal o educacional y no comercial limitado a una copia por página. Usted no podrá remover o alterar de la copia ninguna leyenda de Derechos o,,,,de Autor o la qu manifieste la autoría del material.Septiembre de 193“Desde ese día, primero de septiembre, las bombas lanzadas desde el aire por los soldados alemanes, caían de manera brutal sobre Polonia.La sorpresa de los ataqu
Aquí mi historia:Alemania, Noviembre de 1923En Alemania se cumplen cinco años de la finalización de La gran guerra. Con ciudades totalmente destruidas por las fuerzas aliadas, Alemania sufre en este momento un verdadero caos político, social y sobre todo económico. Tras la guerra y la firma del tratado de Versalles por toda Alemania surgen movimientos políticos de muy diversas formas, contextos e ideologías.De entre esos movimientos existe uno que día a día toma más fuerza, el que antes llamaban Partido Obrero Alemán, se ha convertido en el Partido Nacional Socialista Obrero Alemán, cuyo líder, Adolf Hitler, ha estado sumando a cientos de miles de ¹alemanes a su causa.Adolf Hitler es un orador excepcional y muchos alemanes depositan en él la esperanza que necesitan para poder salir delante de la crisis de la post-guerra mundial, salir con la fre
No se habló más del tema.Los hijos partieron a la escuela mientras Agnes levantaba de la mesa la vajilla.Gustav se dirigió al ingreso de la finca para abrir el negocio farmacéutico que se encontraba en una de las principales avenidas de Múnich.La apertura se realizaba dentro del local, ya que pertenecía a la vivienda.Para trasladarse a la puerta principal del negocio, Gustav tenía que cruzar la vivienda, tenía que cruzar también un pequeño espacio en donde realizaba la composición de fórmulas que entregaba como remedio a los enfermos que le visitaban.La puerta de ingreso del comercio estaba en forma de arco a dos alas, de madera, ambas con cristales que permitían ver el interior del negocio.El piso del comercio era de un impecable laminado de madera de roble perfectamente barnizado.
¿Usted ha leído el libro qué el canciller escribió durante su reclusión, al que llamó “Mi lucha”? –preguntó de manera seria el doctor anfitrión mientras se dirigía al reloj de pared para darle cuerda.–No, no lo he leído ni me importaría leerlo, creo yo, mi estimado camarada, que solo es una fase más en el crecimiento de la Alemania.–Venga doctor, sentémoi0?nos de nuevo a la mesa, quiero contarle algo que nunca he platicado.Lo que le voy a comentar sucedió en el año 1918, al final de la guerra.Venga por favor, tome asiento, que esto que le voy a contar puede que cambie un poco la débil apreciación que tiene sobre el momento histórico que está pasando la nación –dijo Alfred mientras que conducía con gentileza a Gustav al comedor nuevamente.Cuando ambos se sentaron a la