Narra Lindsay

Ya no suenan las campanas para el hombre más codiciado de Seattle y estamos hablando de nada más y nada menos de ¡James Connor!

Más detalles en el siguiente segmento.

-el cual no verás.

Ale aparece frente a mi apagando la televisión, la fulmino, pero creo que ha salido más como una mueca no creo tener las suficientes fuerzas para discutir con ella.

Se pasea de un lado a otro en la oscuridad de mi habitación tocando su barbilla luciendo pensativa, se detiene para encender la luz lo cual hace que desde el fondo de mi garganta salga un gruñido en forma de queja, llevo las sábanas encima de mi cabeza ocultándome entre ellas para así no sentir la molesta luz.

Siento una presión al lado de mi cama y sé que ella ha tomado asiento.

- ¿sabes qué día es hoy?

¿qué día es hoy?

Sin ganas de hablar, niego con la cabeza esperando que ella lo haya notado, tengo la garganta demasiada seca y siento que mis cuerdas vocales podrían raspar mi garganta si hablo.

Ella se levanta y lo sé porque