Holly tenía entendido que se habían ido de su país porque no les gustaba la religión, pero creo que no sirvió de mucho irse ya que su hijo le gustó esa religión.

La cena terminó muy bien por así decirlo, ahora Tim y Holly estaban en la cocina, ella lavaba los platos y él los secaba para luego guardarlos.

—Sam cumplirá en estos días, ¿podríamos ir juntos? —pregunta rompiendo el hielo.

—¿Me estás pidiendo permiso o me estás invitando? —Arquea una ceja y hace una mueca de mal gusto.

—Te estoy invitando —responde tímida.

—¿Y esas ganas de ir conmigo? —La ve extrañado.

—No lo sé, mis padres sólo me dejan salir contigo y también porque quiero que vayas conmigo. —Lo ve con un poco de timidez y miedo a que lo tome mal.

—¿Le pediste permiso a tus padres? —Ella niega con la cabeza—. Entonces no voy a ir solo para apoyarte en tus puterías —dice Tim de mal humor.

—No son puterías, mi amiga estará de cumpleaños Tim. —Ella lo mira mal.

—¿Acaso me crees estúpido? Holly sé que me quieres usar solo p