Una conexión muy fuerte sintiéndose esas mariposas en el estómago, en ese beso no podía faltar la lengua quiénes se deslizaban en los labios del otro como si admiraran el recorrido en cada pedazo de su piel suave y carnosa, también hubieron leves mordidas donde arrastraban el diente con la piel del otro sin chocar entre ellos pues lo hacían por turno. Había pasión en ellos, se podía ver y sentir, eso era demasiado maravilloso para ser cierto, sus labios se movían con tanta conexión y no querían perder ningún centímetro de sus pieles, no querían despegarse de ese beso tan rico que se movían al compás, sus cabezas estaban ladeando de un lado a otro con suavidad y sin prisa haciendo que sus narices chocaran como si fueran espadas. Se separan un poco de sus labios, pero solo a unos centímetros para sentir su respiración acelerada, sus labios estaban abiertos ligeramente para poder respirar por la boca.—Sé que te dije que no quiero ser ese chico que te hace enojar y lo resuelve con un b
—Súper feliz, ¿está todo listo? —Fredycsen asiente, le entrega unos planos y una cesta.—Si joven Basquin. —Ascher abre el plano de su casa—. La entrada es por aquí. —Señala en el papel—, Pero no hay salida, debe regresar por donde vino —se explica en forma de disculpa.—Tranquilo, ya me las ingeniaré para que ella no vea, gracias por calentar la comida que preparé. —Lo abraza y este se sorprende.—De nada. —Sonríe. Dejan el abrazo y Ascher vuelve a su auto, mete la cesta en el maletero y luego se adentra de piloto, encontrando a Holly destapándose los ojos.—No seas tramposa —bromea antes de que se los quite.—Perdón, pensé que ya habíamos llegado. —Comienza a reír un poco abochornada.—Yo te avisaré. —Coloca el auto en marcha.—¿Es muy lejos? —pregunta indiscreta.—Tan lejos como para que nadie te encuentre —le toma el pelo mofándose.—¡Ascher! —lo sermonea.—Solo relájate preciosa, confía en mí. —Ella hizo caso y no hizo más preguntas.Solo dejaría que él los guiará al lugar tan e
—No me ofende para nada, de hecho, me gusta hablar de eso. —Le sonríe para que no se sienta incómoda—. Es mi lago favorito, aquí es donde vengo a pescar con mi abuelo. —Esboza una sonrisa con aquel recuerdo.—¡¿En serio?! ¿por eso dices que es especial no? —Él asiente—. ¿Y dónde está? —Se emociona.—Está Inglaterra, no lo veo desde hace tiempo, ha estado muy ocupado. —Se desanima un poco, ella le soba el hombro.—Te entiendo, yo tampoco he visto a mis abuelos desde hace un tiempo y los extraño demasiado, ellos fueron los que me criaron desde que nací hasta los siete años —se explica también recordando, él la ve desorientado.—¿Y eso por qué? —No entendía para nada.—Desde que nací, mis padres siempre han estado ocupados trabajando, así que tenía que vivir con mis abuelos... —responde algo triste.—¿Y cómo hacían con la leche? —No parecía estar de acuerdo con la información que recibía.—Leche en polvo de fórmula para bebés, no es que mi mamá no me quiera, solo que no podía mantenerme.
—Porque te fuiste algo molesta, no son cosas mías, pero tuve que hacerlo, resolverlo con un beso, me contradije mucho y hablé antes de tiempo, pero valió la pena, quería probar tus labios nuevamente —admite.—Está bien, tu maestro a parte de las reglas... ¿Te enseñó algo sobre el amor? —Él asiente—. ¿Qué te enseñó? —Lo ve intrigada.—¿A qué se debe estás preguntas? —Ella alza sus hombros con desinterés.—Por curiosidad. —Miente, él lo nota y suspira.—El amor y enamorarse es una experiencia única, personal, diferente, vivencial, compleja, profunda y fascinante, es el tema protagonista y fundamental de muchas novelas, canciones y de películas que salen al mundo. William Shakespeare una vez dijo «Si no recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado» —finaliza y le da una media sonrisa. Ella se queda por unos momentos en silencio y luego abre levemente sus labios para decir algo.—¿Alguna vez has hecho una locura por amor? —Ladea su cabeza intrigada. Él mira h
Él le cantaba canciones en el puente que unía los bosques para pasar sobre el río por dónde habían recorrido en la balsa, una balsa que dejó amarrada en el muelle ya cuando habían llegado a su destino, el puente tenía forma de un arco y este era libre sin barandas, solo tenía el suelo de madera. Ascher deslizaba los dedos en las cuerdas de su guitarra mientras cantaba, ella le prestaba mucha atención con aquella sonrisa de perdidamente feliz, él le estaba dedicando canciones y eso ha logrado ser una parte muy importante de ella. Los dos enamorados estaban sentados en aquel puente, él tocaba canciones del artista favorito de aquella chica por el cual está loco, esto es lo que causa ella en él, sin querer se estaban enamorando cada día. Holly decide levantarse y bailar las canciones que Ascher seguía tocando, era muy divertido para los dos estar así.—Deberíamos tener una banda, tú cantas, tocas y yo bailo. —Ríe al bailar de un lado a otro, él se levanta y sigue moviendo su mano de ar
—¿En serio? —Ella ladea su cabeza extrañada y él asiente—. ¡Perfecto! Ya somos dos. —Sonríe con malicia y se aleja un poco de él.Holly quería hacerlo reír también, que se divirtiera ya que por lo entendido solo desde ahora está aprendiendo que es la diversión y por lo visto ella también, esto podría ser algo en común, a ella se le ocurre la genial idea de salpicarle agua, él la mira gracioso y le devuelve la jugaba empezando una guerra de agua. Ascher no sabía lo que era divertirse realmente, hacía cosas que para los demás era divertido, pero lo que hace ahora con Holly le resulta más divertido, y obviamente Holly nunca ha tenido diversión gracias a sus padres, solo un poco cuando sus padres no están, pero del resto tal vez parecía peor que estar en un reclutamiento obligado. La vida de Ascher es tan adinerada que son tan cliché con la parte clásica, no juzgaría a las personas con estos gustos, solo que Ascher estaba tan acostumbrado a estas rutinas que ya llega un punto dónde te a
—Tal vez... pero hay que disfrutar por si morimos mañana, no me llevaré el dinero a la tumba, así que hay que gastarlo. —Sigue riendo, obviamente él sabía porque decías las cosas, en cambio Holly lo ve como si estuviera loco, claro, él chico es tan millonario que no sabe en qué gastarlo y prefiere consumirlo haciendo felices a las personas que él quiere.—No perderé mi tiempo contigo, eres muy terco. —Se niega riendo y le planta un beso corto en los labios—. Buenas noches. —Se separan y ella comienza a escalar su pared de piedras.—Buenas noches princesa. —Él esperó a que su chica entrará y en lo que se aseguró de que eso pasara, camino hacía el carro con el peluche en sus brazos y se fue a su casa.Holly entra a su habitación por la ventana, eran como las dos o tres am, realmente ella no sabía pues había dejado su celular, ¿Para qué lo usaría? No quería ser molestada o distraída porque pasaría un largo rato con su chico especial. Ella comienza a tararear las canciones que Ascher le d
—Está bien. —Lo acepta forzosamente.—Por favor quédate —le dice Holly, pero él solo la miro sin ninguna expresión y luego la ignoró alejándose con Jack diciéndole algo en el oído antes de irse. Tal vez Holly lo quería, pero ella había aprendido con él lo mucho que vale como para estar detrás de un chico que no te quiere y eso sentía ella ahora, que él no la quería, Sam y Mónica sobaban a Holly por la espalda, tal vez no lo decía, pero si sabían que la actitud del rubio hacía ella le afectaba. Jack se acerca a ellos con cierta sonrisa y tranquilidad.—Tu amigo es un idiota. —Sam se cruza de brazos enojada.—Amor, tiene que trabajar, no es su culpa, ha estado muy ocupado —le explica para que sea un poco comprensible.—¿Y por eso no se despidió? —Holly mira a otro lado también enojada.—Estaba muy apurado, discúlpenlo por eso... —Se siente tan mal al mentirles y cómo su amigo está siendo criticado por proteger a Holly.—Cómo sea —responde de mala gana y Sam lo mira mal.¡Genial! Ahora