Capítulo – La Fuerza del AceroEl cielo apenas clareaba cuando el celular de Nicolás vibró sobre la mesa del comedor. En la cabaña costera donde se habían refugiado unos días, todo parecía tranquilo. El mar dormía, el viento no decía nada. Pero el mensaje cortó la calma como una hoja afilada.“Accidente grave en el sector cinco. Médico ya está en el lugar. La situación es seria. Se requiere tu presencia urgente.”Nicolás se quedó mirando la pantalla como si en esas palabras pudiera encontrar otra interpretación. Pero no había margen. Lo habían hecho. Fabricio había jugado su carta.Salió al pequeño patio, la brisa fresca del amanecer acariciándole el rostro. Anahir estaba sentada en una reposera, con una manta sobre las piernas y los ojos en el horizonte.—Pasó algo —dijo ella antes de que él abriera la boca.Nicolás asintió, tragando la rabia que empezaba a burbujearle en la sangre.—Un accidente en la obra. Me necesitan allá.—¿Grave?—Sí. Lo suficientemente armado como para hacerme
Capitulo: El Puñal de la Verdad Fabricio Castiglioni entró a la oficina central del Cinco Estrellas con el aire triunfal de quien cree tener todo bajo control. Esa mañana, se había levantado convencido de que la jugada estaba hecha.El accidente en la obra se había ejecutado como lo planeó: un peón contratado había hecho su teatro.Los médicos ya estaban interviniendo y la noticia, como pólvora, estaba a punto de explotar.“Nicolás Martínez, suspendido por negligencia en la obra.”Solo le faltaba una cosa: el silencio. Que Nicolás no estuviera para defenderse.Y así fue. Raúl, su asistente, ya le había confirmado que Nicolás estaba de licencia… por matrimonio.—¿Matrimonio? —repitió Fabricio en voz baja, soltando una sonrisa burlona—. Este tipo se cree en una novela.Se sirvió un café, celebrando en su interior como quien descorcha una botella tras una guerra ganada.Había esperado este momento desde que Fabián y Anahir lo desplazaron del control total del proyecto.Desde que Nicolás
Capitulo El Acero No Se Dobla Fácil El sol pegaba duro sobre la obra cuando Nicolás Martínez llegó. La camioneta se detuvo con suavidad en la entrada principal del Cinco Estrellas, y el aire denso de la tensión pareció arremolinarse a su alrededor. Bajó tranquilo. Demasiado tranquilo para el infierno que lo esperaba. El casco en la mano —que no pensaba ponerse todavía—, la mirada serena, los hombros rectos. En cuanto puso un pie en el terreno, lo primero que preguntó, ignorando el murmullo de obreros y empleados, fue: —¿Cómo está Gerardo? Un joven encargado de seguridad, nervioso, se apresuró a responder: —Fue trasladado al sanatorio, ingeniero. Parece que tiene un esguince fuerte en el tobillo, pero está estable. No hay fracturas al parecer . Nicolás asintió, absorbiendo la información como si nada más importara. —Eso es lo importante. —dijo en voz firme. Apenas terminó la frase, escuchó los pasos furiosos acercándose. Fabricio. Venía como un toro desbocad
Capitulo:El Beso de la VenganzaLa sala de reuniones de la oficina central del Cinco Estrellas estaba abarrotada.Inversionistas, ingenieros, encargados de obra, abogados, inspectores del ministerio…Cada uno ocupaba su silla como si el aire mismo fuera un campo de batalla invisible.Nicolás se sentó al fondo, sereno, mientras Fabricio tomaba la palabra con una falsa solemnidad.—Estamos aquí para proteger el proyecto —dijo Castiglioni, paseándose como un predador ansioso—. No podemos permitir negligencias que manchen nuestro nombre.Algunos ingenieros cruzaron miradas incómodas.Otros bajaron la cabeza.La tensión era tan densa que parecía que podían cortarla con un cúter.Uno de los encargados de obra, un tipo robusto y curtido, alzó la voz:—Si me permiten —dijo, dirigiéndose a todos—, el Capataz Martínez siempre supervisó todo. Jamás nos dejó solos. Esto… esto fue raro. Muy raro.Varios obreros asentían en silencio desde la puerta, desafiando a las miradas de los abogados del min
Capitulo El beso que no fue parte del contratoPunto de vista de Anahir El autobús interdepartamental avanzaba lento por la ruta, sacudido apenas por el viento de la tarde.Anahir iba sentada junto a la ventanilla, con la cabeza apoyada en el vidrio frío, mientras su celular le mostraba las primeras noticias del accidente en la obra.“Accidente grave en el sector cinco del Proyecto Cinco Estrellas. Obrero herido.”El estómago se le encogió.No necesitaba ver más.Sabía, intuía, que esto no era un accidente cualquiera.No cuando estaba Fabricio detrás.El celular vibró en su mano.El nombre de Fabián Marcilla iluminó la pantalla.Atendió enseguida.—Anahir —dijo él, con su tono firme y calmo—. Nicolás está en problemas. Necesito que vengas a la obra.Anahir apretó los labios, conteniendo la rabia que empezaba a hervir en las venas.—¿Qué pasó?—Se lo quieren sacar de encima. —Fabián no se anduvo con rodeos—. Pero yo exigí que, si suspenden a Nicolás, estés vos para ocupar su lugar. E
Capitulo: El Nombre que No Ensuciaría“No era parte del trato…Era parte de mi corazón.Y aunque el mundo creyera que era un juego,Ese beso fue la verdad más grande que jamás me atreví a decir."Eso le dijo Anahir cuando se despidió en la obra .Nicolás se acomodó el casco en la mano mientras caminaba hacia la camioneta.Ese beso.El beso que Anahir le había dado frente a todos, sin miedo, sin vergüenza, sin explicaciones.Ese beso le había cambiado todo.Había encendido en su pecho una llama que no se apagaría con el viento de las mentiras ni con el lodo de la traición.La guerra había comenzado.Y Nicolás Martínez no iba a dejar que le ensuciaran el nombre.Jamás, en toda su vida, había pisado un juzgado por culpa propia.Siempre había trabajado con las manos limpias, con la frente en alto.Pero si ahora debía entrar a tribunales para limpiar su honor y protegerla a ella…Que se prepararan.Iban a saber quién era realmente Nicolás MartínezLo importante ya se había logr
Capitulo: No Soy Tuya, Soy Mi Dueña En la obra, Anahir era la reina.Y lo sabía. El ruido de las herramientas, los obreros trabajando, el sol golpeando sobre el casco amarillo… todo era música para sus oídos. Su palacio. Su lugar. Solo el sector donde había ocurrido el accidente seguía bloqueado, bajo investigación. Pero todo lo demás, bajo su dirección, avanzaba como debía ningún atraso ,todo fluía como a ella le gustaba trabajar . Sin embargo, su felicidad no era completa. Le faltaba su compañero de andanzas,su amigo y su cómplice. Le faltaba Nicolás. Estaba revisando unos planos en su oficina, cuando en ese preciso momento su celular sonó y en el identificador mostró el nombre de la persona que menos quería hablar. Fabricio quería verla en su oficina. Anahir respiró hondo. Sabía que esa reunión no traería nada bueno. Se acomodó el casco bajo el brazo, le avisó discretamente a su asistente, Mayte —una joven estudiante de arquitectura en quien confiaba pl
Capitulo El Precio de la Locura Fabricio Castiglioni sentía que el mundo se le derrumbaba encima. Desde que Anahir había entrado en su oficina, tan segura, tan inalcanzable, había intentado contenerse. Le había hablado de la obra, de la necesidad de rehacer su viejo equipo, de volver a ser los socios perfectos de antes. Le había dicho todo lo que, en su mente torcida, aún creía que podían ser. Pero Anahir… Anahir lo miraba como si fuera basura. Con esos ojos fríos, duros, que no dejaban lugar para recuerdos ni nostalgia. Con esa expresión de desprecio tan honda, que le desgarraba el orgullo como un látigo Y entonces. Entonces todo se volvió rojo. No supo en qué momento cruzó la línea. No supo qué lo empujó. La rabia que sintió y la gran humillación de verla casada con otro que no era él. La imagen de Anahir casándose con Nicolás. Ese beso en plena reunión que lo dejo hecho trizas ,los comentarios de todos eran como martillazos en su cabeza. ¡Ese maldito beso! Ese b