**Bruno Bergmann**

—¡Bruno! — ya comienzo a adaptarme al escandaloso recibimiento de Amanda.

—Hola pequeña curiosa, estas flores son para ti — le entrego un ramo y el otro lo conservo en mis manos para dárselos a la hermosa mujer que está detrás de Amanda.

—Llegaste antes — entrego en sus hermosas y delicadas manos el ramo de ella.

Amaral cada día me sorprende más con su belleza, puedo pasarme toda la vida admirándola y no cansarme, es tan delicada, tierna, bella y… sensual, que provoca tenerla en un pedestal, en lo más alto para que nadie la opaque o la dañe.

Esa mujer me está enamorando sin mucha necesidad, el hecho de que sea correcta y respetuosa con ella misma me encanta, me fascina el hecho de que me rechace, eso me motiva a seguir insistiendo, sé que pronto será mía, y no hablo de que se