**Amaral Watson**
Aquí me encuentro, en esta aburrida y falsa fiesta, es algo insólito el hecho de que lo hayan nombrado como juez federal, no saben el error que cometieron, le han dado un puesto para seguir cometiendo atrocidades, le han facilitado el trabajo, de esa forma podrá encubrirse fácil.
Siendo juez no habrá nadie que lo pueda parar, no si siguen siendo envueltos por ese espejismo que el mismo pone en los ojos de los demás, la única que sabe lo que hace soy yo, por eso tengo que pensar como detenerlo.
La celebración es patética, nada interesante que mirar, dije que no iba a tomar pero lo siento mucho por él, necesito un trago con urgencia para bajar este sabor amargo que tengo en mi boca. No deseaba estar aquí, se me ocurrió la brillante idea de decirle que no quería venir y eso lo enfureció, al tal punto de alzarme la mano. Me supongo que pensó muy bien lo que haría, si me golpeaba en el rostro no iba a poder venir, y mi presencia aunque no le guste es esencial aquí, siendo su señora esposa debo estar a su lado, eso lo hará lucir como un buen hombre y esposo, algo que no es.
—¿Puedes sonreír? — me pide con disimulo. Ya me estoy hartando de hacer lo que él quiera.
—No, me duele el hombro gracias al apretón que me diste ayer en la noche ¿Se te olvida? — clava su profunda mirada en mi, este comentario me saldrá costoso. Anoche fue lo mismo, parece que todo lo que digo lo usa en mi contra para hacerme algún daño. Ayer por un tonto comentario me dio un apretón en el hombro que me hizo llorar, y ahora me duele demasiado, tuve que usar un vestido que me cubriera esa parte.
—Vuelves a decir algo así en la fiesta y te juro que te haré vivir un infierno por una semana mínimo, o puede que hasta más, no hables, no respires, hazte invisible, evítame un bochorno en la fiesta y en mi carrera que es lo más importante, debes cuidar de mi profesión querida esposa, no querrás verme enojado ¿O sí? — me muevo con nervios antes sus amenazas.
—Ya lo vivo, desde hace un año para acá es lo único que vivo, un infierno, una mentira — deja la copa de vino en la barra y me lanza una última mirada de advertencia, de esas que sabes que cumplirá.
—Sigues con tus comentarios y te subiré a la habitación del hotel solo para darle una lección, ya cállate, hazme el favor y sonríe, me importa un carajo si te duele o no el hombro, es mi carrera, mi logro ¿Quieres arruinar todo lo que he logrado? Esa eres tú que no sirves para nada, con una profesión que no ejerces, paso a creer que sientes celos de que yo si he llegado lejos y tú no — enfermo, ¿Cómo puede decir que siento celos de algo que no me gusta? Aparte de todo es tan cínico que dice que no ejerzo mi profesión porque no quiero cuando él es quien me cohíbe de hacerlo.
Se marcha y yo quedo en el mismo lugar, le pido al batender que me sirva una copa de margarita, la pido fuerte para relajarme, Amanda tiene razón en todo, debo divorciarme y alejarme de esta escoria, la cuestión es que no será fácil salir huyendo, me hará difícil el camino, lo conozco, no será fácil librarme de él.
—¿Por qué esa cara? — la presencia de mi amiga me asusta. — ¿Estás bien? — Me tomo el trago completo.
—Sí, es que estoy aburrida — Enciende un cigarrillo y me lo extiende.
—Me parece que lo necesitas con urgencia, ¿Te pidió que no fumaras? — ella me conoce tan bien.
—Y que no bebiera — Madison niega, somos amigas desde niñas, su esposo es abogado y muy amigo de Federico, ella conoce parte de mi vida, pero no tan profundo, se que si le cuento irá a decirle a su esposo y él le reclamará a Federico causando mi muerte segura.
—¿Qué le sucede? Cambio tanto, hasta Julián se ha dado cuenta — y eso que no conocen más, si se imaginaran todo lo que hace se sorprendería.
—No tengo idea, puede que esté pasando por una mala etapa — pido ahora un Martini.
—¿Mala etapa? No creo ¿Y si te es infiel? ¿No lo has pensado? — me tomo un trago.
—Claro que lo es, y con esa perra que está frente a nosotros — les doy la espalda.
—¿Estás segura? — trago grueso.
—Por supuesto que sí, míralos, son tan evidentes — cierro mis ojos conteniendo mis emociones.
—Sería muy descarado si hiciera algo frente tuyo — definitivamente Federico ciega a las personas.
—Tienes razón, quizás exagere las cosas — mi amiga toca mi hombro.
—O no — me volteo para mirar, su mano está posada en la espalda baja de la mujer, la mueve acariciando su piel descubierta, es un insulto para mí tener que ver esta porquería de marido que me gasto coquetear con otra, dice que quiere cuidar su imagen pero está actuando mal ante el público, bueno, es que todos los presentes son tan idiotas que ni cuenta se dan. ¡Nadie!
—Me quiero ir — mis lágrimas amenazan con salir.
—Y te entiendo, pero no debes llorar Amaral ¿Sabes que? Yo te cubro, vete a casa, o mejor a donde tus padres, no mereces esta humillación — asiento, en eso que voy de salida él se cruza en mi camino, quiero abofetearlo con todas mis fuerzas.
—¿Ibas a algún lado? — miro a la mujer que lo acompaña.
—No, voy al baño — señala detrás de mí.
—Esta por aquel lado querida — respiro hondo — Yo… iré con un amigo y ella a hablar de un caso, volveré en unos minutos — ¿Hablar de un caso en plena celebración? ¡La mentira más patética que me ha dado!
—Claro, espero aquí — ¡Me las va a pagar!
—Vámonos — camina con ella, mi vista los persigue a los dos, en ningún momento veo a su otro amigo salir con ellos, es lógico lo que pasa aquí.
—Amaral — alzó mis manos callando a mi amiga.
—Necesito sentarme un momento — sujeta mi brazo.
—Bien, ve hasta la mesa, antes déjame ir a hablar con Julián que me está llamando, vuelvo en un rato — espero por ella. Federico ha ido demasiado lejo con esto.
Voy hasta la mesa y siento a esperar por mi amiga, pido una botella de vino y me sirven mi trago de una vez.
—Tan hermosa y tan solitaria ¿Por qué? — me susurran cerca de mi oído, eso me hace sobresaltarme de inmediato.
—Ya me iba — respondo sin necesidad de mirar quien me habla.
—¿Por qué? ¿Te parece aburrida la noche? — lo siento perfectamente cerca de mí. No es bueno que así sea.
—Si, no encuentro nada interesante en este lugar — y es así, odio haber venido.
—Yo si, y… por esa razón es que no me he marchado aún — su respiración ocasiona que mi piel se erice.
—Puede por favor distanciarse un poco, soy una mujer casada y las personas podrían crear confusiones entres nosotros — lo escucho suspirar, el hombre desconocido toma asiento a mi lado, aun así continuo sin mirar su rostro, mantengo mi vista en otro lado.
—¿Dónde está su esposo señorita? Si yo tuviera ese privilegio no la dejaría sola por nada en el mundo, es muy hermosa y no soportaría mirar como otros hombres la observan. Al parecer su esposo le da igual, ¿De casualidad su esposo es el idiota con el cual discutía hace rato? — abro mis ojos porque alguien nos vio.
—¿Escuchó? — ahora si volteo a verlo, el sujeto es alto, su cabello es largo en color castaño, mantiene barba en su rostro, ojos color verde claro y piel canela, si mirada es atrayente, te causa curiosidad. Me mira sonriente y niega al momento de que se sirve una copa de vino.
—Para nada, lo pude detallar desde la distancia — me siento más aliviada, pero eso no quita que otro haya podido escuchar.
—Ya debe saber que mi esposo es el juez — se bebe toda la copa, la deja sobre la mesa y posa sus codos en ella misma.
—Sí, y con todo el respeto del mundo me parece que no está listo para ese cargo, el hecho de estar aquí en la fiesta y dejar a su esposa sola lo hace ver como un imbécil, aparte lo termina arruinando al instante que se va con su amante a la habitación donde tú y tu querido esposo se hospedan, para ser franco han elegido mal a un juez, tu querido esposo no merece de ese cargo, la responsabilidad le quedará bastante grande, él con su carita de bueno podrá convencer a todos los presentes, pero a mí no, es un idiota jugando a ser el mejor, lo que hizo ahorita lo hace un tonto sin cerebro, dentro de esa forma ingenua que muestra puede ocultarse un hombre ambicioso — me sorprende que alguien más vea más allá del espejismo, no sé pero me da un alivio.
—¿A qué te dedicas? — si antes sentí curiosidad ahora es peor, el hecho de que no piense igual a los demás con respecto a Federico me causa intriga.
—Corredor de seguros, estoy aquí porque un familiar es abogado y me invitó a la celebración del gran y nuevo juez — dice con burla, al menos ocasiona que yo sonría.
—Así que no eres abogado — niega.
—¿Tu lo eres? — le confirmo su duda — Maravilloso ¿Cómo una abogada termino casada con un idiota? — muevo mis hombros.
—Antes el idiota no era así, diría que solía ser más astuto de lo que es ahora — su mirada me detalla.
—Es un gran tonto, tiene de esposa a una preciosa mujer, cualquiera daría lo que fuera por estar en el lugar del juez — ¿Se me esta insinuando? Terrible, si miran o escuchan llegara a oídos de Federico.
—Creo que ya debería irme — me levanto al igual que él.
—Vaya con cuidado a su casa señorita, no deje que lo de esta noche le afecte, debería de dejarlo, entiendo que no nos conocemos, pero ese sujeto es no digno para una mujer tan hermosa como usted — se acerca y me susurra en el oído — Si algún día gusta hablar conmigo de algún problema no dude en llamarme — me da con disimulo una tarjeta — No permita que la humillen de tal manera, al verla sé cuándo vale como mujer — hace una pequeña reverencia y me da paso — Que tenga feliz noche señorita — sigo mi camino para ir en busca de mi amiga y decirle que ya me marcho.
Fue bastante extraño la conversación que sostuve con ese hombre, me pareció alguien bastante inteligente y sagaz. En Federico notó lo que otros no notaron esta noche, al parecer fue el único que se dio cuenta de lo que hizo, de no ser así ya estarían encima de mi conversándome sobre su amorío.
Aún sigo intrigada por ese sujeto, su acercamiento a mi debió tener un motivo, me gustaría saber cuál era, pero si quiero evitarme problemas será mejor morir con la intriga y hacer de cuenta que no converse nunca él.
**Bruno Bergmann** Mi presencia en la fiesta era para tener más detalles sobre mis nuevos clientes, pero me distraje observando a una hermosa mujer quien andaba solitaria esa noche, no sé cómo su esposo pudo dejarla sola para irse a tener una noche de pasión con alguien como la mujer con la que andaba, en recordar aquella chica con la que se fue me hace querer vomitar, no es que sea fea, ni tenga mal cuerpo, es el hecho de que esa simple chica no le llega ni a los talones a la dama con la que converse, yo me enamore a primera vista, literal. Los hombres solemos ser muy idiotas, yo en ocasiones lo soy, pero aquel sujeto nos supera a todos, al verlo discuti
**Amaral Watson**Me mantengo metida en la tina con mis ojos cerrados recordando la charla que sostuve anoche con el hombre desconocido, no paro de pensar que alguien le pueda decir a Federico que mantuve una conversación muy apegada a un hombre, de ser así lo que me espera es tremendo.Término mi baño y camino con mucha dificultad hasta la habitación, busco con rapidez algo de ropa que cubra las partes donde existen huellas de los golpes anteriores que recibí por parte de Federico, Me visto por completo y me voy a maquillar para ocultar mis ojeras, debo inventarme algo para no estar aquí en casa, le diré que debo ir a donde mis padres y que me quedaré allá para planificar la fiesta de aniversario, estoy muy segura que dirá que si, y más porque tendrá el camino libre para hacer de las suyas.Tomo mi celular y llaves del carro para salir de casa e ir por mi
**Bruno Bergmann**En el último lugar donde esperaba encontrarme nuevamente a esta preciosa mujer era aquí, la imaginaba en una fiesta, en las calles de la ciudad, hasta en un parque de diversión, pero ¿Aquí? ¿En mi oficina? Jamás.Ella está tan sorprendida como yo, a diferencia que no lo hago notar, en cambio mi hermosa dama solitaria no disimula para nada. Su acompañante la observa con curiosidad, puedo decir que se pregunta cómo es que nos conocemos, me supongo que no tiene idea de que su hermana y yo nos conocimos la noche anterior. Hoy en la mañana cuando llegue lo primero que hice al encender mi laptop fui directo al buscador de google para tener más información de ella, debía conocer su nombre, era algo que necesitaba saber. Confieso que ella me dejó con tantas intrigas, hasta diría que con mucho apetito. Lástima que es una muje
**Amaral Watson**Demente, eso es lo que soy, una demente en busca de que su esposo le arranque la cabeza, no nada más por querer hundirlo, sino porque también solicitare el divorcio. Es momento de ejercer mi profesión, yo misma me encargare de llevarlo a un juzgado y seré quien esté en su contra para hundirlo en la cárcel.—Dijiste que me dirías la verdad — en todo el camino ha venido insistiendo en que le diga de donde lo conozco, llegamos a casa de nuestros padres y aún continúa con la insistencia.—Deja de ser tan curiosa — mis padres no se encuentran aquí.—Anda, dime, aunque sea un engreído no está tan mal, se le puede jugar una lotería — mueve sus pestañas — Su amigo no se queda atrás, afuera charlamos un poco — la veo con sorpresa.—Es un hombre muy mayor muchachita &
**Bruno Bergmann**He estado haciendo la investigación que me solicitó Amaral, incluso he conseguido algunas cosas que nos podrían servir, llevo días intentando contactarme con ella y me es imposible, su móvil sale apagado; ayer me pasé a dar una vuelta por su vecindario y di con la casa, estuve tentado a bajar del auto para tocar su puerta y saber que está bien. Me comentó que él la encerraba cuando estaba muy furioso, y si no aparece es porque algo le hizo.Hoy quedé con su hermana para vernos y conversar con ella, es quien me puede decir algo sobre Amaral, no he dormido bien pensando en que puede estar en peligro, debo apresurarme a encontrar más pruebas que la ayuden a liberarse de ese monstruo, pero eso me tomara tiempo, es súper cuidadoso, no deja huellas de nada, sabe cuidar su espalda.—Entonces… ¿Te gusta una mujer casada que ahora te
**Amaral Watson**Subo las escaleras temblorosa debido a lo débil que me encuentro, pase dos días sin alimentarme e hidratarme bien, mañana será la fiesta de mis padres y Federico ha decidido sacarme de mi encierro para reponerme un poco y no parecer un cadáver antes los presentes que asistirán a la celebración.Mientras me mantenía encerrada pensaba en muchas cosas, en que ya no puedo seguir llevando la vida que llevo al lado de ese sujeto sin corazón, solo alguien vacío podría hacer tal maldad como la que me hizo a mí, cada vez que me encierra sufro mucho, no me da agua, comida, me deja dormir en un suelo tan frio como la nieve y sin nada de luz.Entro en mi habitación, lo primero que hago es mirarme en un espejo, mis lágrimas brotan al ver mi condición, mi piel está sucia, mis labios resecos por la poca agua que recibía, mi c
**Bruno Bergmann**—¿Qué haremos hoy? — Lucas entra a mi oficina como de costumbre suele hacerlo, sin avisar.—Nada, iré a mi casa a descansar, estoy muy estresado — tengo en mis manos la foto de Federico. Lucas se acerca a mi lado y tapa mi vista con su cabeza.—Su rostro es mu angelical para todo lo que ha hecho — la hago a un lado.—Sí, mañana será la fiesta de aniversario de los padres de Amaral — se sienta frente a mí.—Lo sé ¿Qué ocurre con eso? — juego con un lápiz.—Tengo pensado en asistir — sube sus manos a mi escritorio y se levanta con rostro poco amigable.—No, Bruno no ¿Qué pasa contigo? Estas involucrándote mucho con esa mujer que recién conoces, comprendo que estés preocupado porque aún no aparece, pero ya es
**Amaral Watson**El día de la fiesta llegó, ya voy de camino a casa de mis padres que es donde se llevará la celebración, ayer hable con Fernanda y le dije que estaba bien, que hoy le contaría lo que pasó en realidad, llame a mis padres igual porque no lo había hecho en dos días, Federico me dijo que les hablara y les dijera que todo estaba bien, que me había ausentado porque me sentía mal y quería descansar, pero que no se preocuparan que yo vendría igual a su fiesta de aniversario.Hoy tocó vestir con un vestido largo sin abertura para que nadie note los moretones en mis piernas que dejó su cinturón, puedo asegurarles que esta será la última vez que él me pone una mano encima, y la próxima que ocurra será para soportar un poco más y poder acabarlo. Estoy llena de odio y rencor, no veo la hora en que pueda