IsabellaNo salimos de la sala de juntas, hasta la hora del almuerzo, tampoco fue mucho, como una hora más o menos. Pero fue la mejor hora del día, ahora traigo una estúpida sonrisa en los labios, que nadie me la borra. Le aviso a Clark, que voy a comer y aunque quisiera hacerlo con él, mi jefecito tiene una junta muy importante dentro de diez minutos, y le toca a Brian, asistirlo; otro que quien sabe donde andaba.En fin, salgo del edificio y me dirijo al pequeño restaurante donde comimos el otro día Clark y yo, la comida es buena y la decoración me encanta. Sus pinturas en la pared, me hacen soñar con volver algún día a México. Hace mucho que no veo a mis padres, y para colmo estos días han ido de arriba a abajo; esta noche si o si, les marco para saber como andan. Me dan mi mesa y elijo comer mole poblano, arroz rojo con guisantes y una pieza de pierna de pollo, agua de horchata y de postre chongos zamoranos, a casi nadie le gusta la leche cortada pero estos están endulzados con
ClarkSu primera impresión es de sorpresa, pronto una enorme carcajada cubre mi oficina, como si le hubiese contado el mejor de los chistes. —No es una broma Isa —aclaro cuando deja de reírse. —Si como no, entonces explícame ¿como sabes que no es mentira? ¿Acaso conoces a mi querida ex cuñada? —su sarcasmo es palpable. —Por decirlo de alguna forma, sí. Después de que tu salieras con Silver, yo fui a buscarla a ella para que me aclarara algunas cosas —me estoy metiendo en problemas. —Y dime ¿que descubriste? En serio que no me creo como un hombre como tú, sea igual de manipulable que Frank. —El no miente, cuando te digo que esa mujer tiene algo en tu contra, no es un juego. Mejor dime tú ¿porque crees que Silver está hospitalizado ahora? Créeme que ni te lo imaginas —tal vez la pueda perder, pero merece la verdad. Su ceño se frunce sin entender lo que digo, niega con la mano y se coloca de pie para dar vueltas a la mesa de centro. Cuando se detiene algo en su mirada cambia y me p
Frank Estoy... No sé donde estoy, el lugar está muy iluminado y a lo lejos escucho una voz muy familiar. Giro buscando de donde viene y al fin lo veo. Con ese porte elegante de siempre, su sonrisa sincera y el antiguo reloj de bolsillo que le regaló mi abuelo en su boda. Mi padre me espera al otro lado de un pequeño lago. Con una calma enorme avanzo con una gran sonrisa en los labios, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos, aún era un niño y era amigo de Clark. Llego a la orilla del claro, poco me importa si mojo mis pies, mi padre estira su mano pidiendo la mía, la levanto para que me ayude a salir y al fin, después de años, nos fundimos en un enorme y cálido abrazo. —Hijo mío, tanto tiempo lejos, te he extrañado más que mi alma —susurra mientras me envuelve en sus brazos. —Papi —de repente me veo en su regazo siendo ese pequeño —¿donde estamos? —mi pequeña voz retumba entre las flores y el césped alto. —Mi pequeño Frank, este es el lugar donde vivo ahor
ClariseLa cabeza me duele, intento abrir los ojos y la luz me lastima, no recuerdo bien que fue lo que pasó, vagos recuerdos de mi padre en el suelo y de esa mal nacida de Isabella, consolandolo.Se escucha una puerta abrirse, toco con mis manos la superficie de lo que parece una cama, intento doblar mi brazo izquierdo, pero un fuerte dolor me lo impide.—Tiene suero en la vena, se desmayó hace poco, lo mejor es que intente descansar —la voz de una mujer resuena a mi lado.—¿Qué sucedió? —mi voz suena pastosa.—El señor Silver, Franklin Silver, fue puesto en coma inducido, creo que le afectó bastante la noticia —responde con calma.Aprieto mis ojos y es cuando recuerdo todo. Lo de Frank, ya nos lo había informado el médico, también que urge un trasplante de hígado pero ni mi padre ni yo, somos compatibles. Frank, se encuentra en primer lugar de la lista de espera, por la gravedad de su estado.Aún así, no sentí que la situación ameritara ponerme como lo hizo mi padre, se que mi hijo
ClarkCuando mi mariposa salió a ver al abuelo de Frank; Vince, llegó con la información que faltaba de la investigación. No podía creer que la mismísima Clarise, fuera quien había orquestado tan malévolo plan.Sin pensarlo dos veces salí rumbo al hospital, verla con esa expresión de enfado y asco por la escena entre su padre e Isa, me hizo hervir la sangre.Esa mujer no es ejemplo de nada y aún así se atreve a mal mirar a mi mujer. De ninguna manera lo iba a permitir, la alejé para que Isabella, se sintiera en total libertad de consolar a don Augusto.Cuando le mostré el video que le tomé a la loca de Nattasha, se desmayo de la impresión, ahora finge no tener idea de lo que hablo, pero me voy a encargar de hacerle recordar. —Esa escoria solo busca el dinero de mi familia —grita desesperada.—Qué yo sepa, ella jamás tocó ni un centavo. Pero dejame hacer de tu contador por unos minutos. ¿Sabes quien si ha disfrutado del patrimonio de los Silver? ¿Quién se la pasado viajando y comprand
FrankMe despido de mi padre y poco a poco se escuchan más cerca las voces de Isa y Clark ¿qué hace el aquí? Tal vez debí quedarme más tiempo, no debí escuchar esto.No puedo negar que me alegró bastante saber que Isa, está dispuesta a donar una parte de ella para salvarme, y también Clark, aunque ya no seamos cercanos.Sin embargo, el saber que su corazón ya no me pertenece, pues a pesar de no decirlo, se que ahora ella lo ama a él, y que su amor, no solo es correspondido, también se que es protegido; lo que yo no pude hacer. —Eso ya lo sabía... —¡Frank! Espera no te muevas iré por el médico. Mi hermoso ángel sale corriendo y Clark y yo nos quedamos viendo fijamente, es como si el tiempo se hubiera detenido, ninguno baja la guardia, ninguno retrocede. —¿Cómo te sientes? —se atreve a preguntar. —Como una mierda, me duele absolutamente todo —se me dificulta hablar.—Escuchaste todo. Solo asiento a su pregunta, trato de acomodarme, pero en verdad me duele todo, además, siento mis
AugustoSalí para hablar con el médico, mientras se quedaba Isa, con mi nieto. Las probabilidades de que despertará eran casi nulas, pero los milagros existen.Antes de entrar a ver a Franklin, me comuniqué a la empresa y verificar que todo va en orden; además de tomar un tiempo para tomar mis medicamentos y solicitar una revisión general para mi.Todo este estres me ha afectado bastante y creo que las medicinas ya no están haciendo efecto. Así que si quiero que mi cuerpo me sirve un tiempo más, lo mejor será cuidarme. Lo que nunca imaginé al regresar a la habitación de mi nieto, fue escuchar a mi propia hija defender a la responsable de que Franklin este en esa cama. ¿Qué clase de hija crié? —Debes estar bromeando, soy tu única hija... —Eres una ingrata, mala hija y mala madre, es lo único que eres, ahora largate de aquí y deja de mortificar a mi nieto. Desde ahora tu no vales nada para nosotros.—Estoy no se va a quedar así, no sabes en lo...—A mi no me amenazas, sin mi y sin mi
Isabella—¿Qué día no? Esto fue muy agotador —vamos de la mano, pero es como si caminara sola.Me detengo y suelto su mano, va pensando en algo tan profundo, que ni cuenta se ha dado que ya no va conmigo. Creo que le mortifica demasiado todo lo que está pasando con Frank, a no señor, a mi me regresan a mi jefecito, este zombie ¿qué?Dejo que de unos pasos mas, avanzo y lo tomo nuevamente de la mano y es cuando reacciona. Se detiene y me ve entre sorprendido y triste.—¿Cómo? Isa, yo...—Vamos a casa, necesito que necesites descansar, estás agotado y no te ves nada bien.Jala mi cuerpo al suyo, me envuelve entre sus brazos apretando como si no quisiera dejarme ir, un hondo suspiro lo acompaña, realmente me asusta, el no es así, o no sé, llevamos muy poco conociéndonos.Correspondo el abrazo y acarició sus espalda, no digo nada, solo lo dejo ser, de vez en cuando hasta un gran hombre fuerte, necesita liberarse de todo lo que carga sobre sus hombros. —Solo... No me dejes ¿sí? —me susurr