Franklin Desde que Isa, me encontró con la loca de Nattasha, no he hecho otra cosa que no sea pensar en todo el tiempo que perdí por idiota. ¿Quién era ella para tener tanto poder sobre mi? Los recuerdos llegan como una tormenta que arrasa con la poca cordura que me queda. Flashback —¿Qué hay viejo? —me saluda Tom, el eterno enamorado de mi hermanastra y mi mejor amigo. —Nada, aquí esperando a que llegaras, vamos por un sandwich, estoy muriendo de hambre —le digo sin mirarlo. —Pues seguirás así, porque no pienso moverme de aquí —su codo golpea mi brazo y alzó las vista. Una hermosa pelirroja, con los ojos más hermosas que jamás haya visto, pasa delante de nosotros, es un ángel, su belleza es única y su sonrisa te transporta al cielo. Lleva un montón de libros sobre sus manos, una mochila vieja y unas gafas delgadas que combinan muy bien con su angelical rostro. —Es hermosa —susurró más para mi que para Tom. —Lo es viejo, ni tu hermana puede compararse, y estoy dispuesto
FranklinIsabella, me ve sin ninguna reacción de su parte, solo espero que no me odie, porque con eso si que no podría vivir.—Di algo por favor —le ruego.—Frank, es que no entiendo como eso justifica tu indiferencia estos años, tan fácil me hubieras dicho que no y ni nos casamos, no te entiendo.—Yo lo sé, pero pensé que que ella solo lanzaba amenazas al aire; ese día mi madre no llegó a la boda ¿recuerdas? —asiente con la cabeza —Nattasha, la tenía cautiva y le hizo creer que fuiste tú, ya no solo era esa loca, ahora mi madre también estaba en tu contra. Si se ha detenido todos estos años, es porque el abuelo te adora. —Sigue sin ser convincente, eso que tiene que ver con que te... Te acostarás con ella, mira en verdad lamento que no hayas tenido los pantalones suficientes para salir de eso. Frank, tu eres s el heredero de los Silver, tienes los recursos para...—Te estaba envenenando, esa maldita, no se como lo hizo pero a tu comida le ponía veneno, y en mi desesperación yo —no m
ClarkDejo que Isa, vaya al hospital con Silver, porque no quiero que sepa que iré a buscar a Nattasha. Ese mujer creyó que podía hacer su voluntad, lástima que no supo con quien se metió.Le hago una llamada de camino y la cito en una de las bodegas, la más alejada y le pido que llegue en media hora, la muy idiota cree que es para ese encuentro que siempre buscó.Me tendrá que decir toda la verdad, ya sea por las buenas o por las malas, pero el que haya querido... No puedo ni decirlo, pero no debió hacerlo, ahora tendrá que ajustar cuentas conmigo;yo no soy Franklin Silver.Llegamos al lugar y mi gente ya está preparando la bienvenida para la invitada de honor, esperemos que le guste la cálida recepción. Quince minutos más tarde, Nattasha, se presenta como si fuera la dueña del lugar, se le olvida su lugar.—Mi querido Clark, veo que te has arrepentido, sabía que no podías vivir sin mi... Favor, pero dime ¿a que se debe tan improvisada reunión? —se acerca a mi de "forma seductora".
Isabella Estaba harta de escuchar los insultos de esa mujer, nada más porque no soy igual a ella, pero ganas no me faltaba de volarle la cara. Regreso a la oficina y Clark y Brian, aún no llegan, sin embargo, me doy prisa porque ya tengo el tiempo encima; la hora de la junta se acerca y solo espero que el señor Campos y su esposa, no se enfaden por que mi jefe no se encuentra. Una hora después, ya tengo todo listo, le he mandado mensaje al abuelo para saber como se encuentra Frank. En verdad espero que no sea nada grave. Nuestros próximos socios llegan y les doy la bienvenida, trato de hacer tiempo iniciando una charla de cosas sin sentido; creo que el arquitecto se ha dado cuenta pues me pregunta por el señor Ritchson. —Me da gusto poder venir aqui, me supongo que debe existir un motivo de peso para que Clark, no nos acompañe hoy ¿cierto? —me pongo nerviosa, el hombre es intimidante. —Amor, tranquilo, no debe tardar en llegar, ¿estoy en lo correcto? —se dirige a mi la señora Ca
IsabellaNo salimos de la sala de juntas, hasta la hora del almuerzo, tampoco fue mucho, como una hora más o menos. Pero fue la mejor hora del día, ahora traigo una estúpida sonrisa en los labios, que nadie me la borra. Le aviso a Clark, que voy a comer y aunque quisiera hacerlo con él, mi jefecito tiene una junta muy importante dentro de diez minutos, y le toca a Brian, asistirlo; otro que quien sabe donde andaba.En fin, salgo del edificio y me dirijo al pequeño restaurante donde comimos el otro día Clark y yo, la comida es buena y la decoración me encanta. Sus pinturas en la pared, me hacen soñar con volver algún día a México. Hace mucho que no veo a mis padres, y para colmo estos días han ido de arriba a abajo; esta noche si o si, les marco para saber como andan. Me dan mi mesa y elijo comer mole poblano, arroz rojo con guisantes y una pieza de pierna de pollo, agua de horchata y de postre chongos zamoranos, a casi nadie le gusta la leche cortada pero estos están endulzados con
ClarkSu primera impresión es de sorpresa, pronto una enorme carcajada cubre mi oficina, como si le hubiese contado el mejor de los chistes. —No es una broma Isa —aclaro cuando deja de reírse. —Si como no, entonces explícame ¿como sabes que no es mentira? ¿Acaso conoces a mi querida ex cuñada? —su sarcasmo es palpable. —Por decirlo de alguna forma, sí. Después de que tu salieras con Silver, yo fui a buscarla a ella para que me aclarara algunas cosas —me estoy metiendo en problemas. —Y dime ¿que descubriste? En serio que no me creo como un hombre como tú, sea igual de manipulable que Frank. —El no miente, cuando te digo que esa mujer tiene algo en tu contra, no es un juego. Mejor dime tú ¿porque crees que Silver está hospitalizado ahora? Créeme que ni te lo imaginas —tal vez la pueda perder, pero merece la verdad. Su ceño se frunce sin entender lo que digo, niega con la mano y se coloca de pie para dar vueltas a la mesa de centro. Cuando se detiene algo en su mirada cambia y me p
Frank Estoy... No sé donde estoy, el lugar está muy iluminado y a lo lejos escucho una voz muy familiar. Giro buscando de donde viene y al fin lo veo. Con ese porte elegante de siempre, su sonrisa sincera y el antiguo reloj de bolsillo que le regaló mi abuelo en su boda. Mi padre me espera al otro lado de un pequeño lago. Con una calma enorme avanzo con una gran sonrisa en los labios, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos, aún era un niño y era amigo de Clark. Llego a la orilla del claro, poco me importa si mojo mis pies, mi padre estira su mano pidiendo la mía, la levanto para que me ayude a salir y al fin, después de años, nos fundimos en un enorme y cálido abrazo. —Hijo mío, tanto tiempo lejos, te he extrañado más que mi alma —susurra mientras me envuelve en sus brazos. —Papi —de repente me veo en su regazo siendo ese pequeño —¿donde estamos? —mi pequeña voz retumba entre las flores y el césped alto. —Mi pequeño Frank, este es el lugar donde vivo ahor
ClariseLa cabeza me duele, intento abrir los ojos y la luz me lastima, no recuerdo bien que fue lo que pasó, vagos recuerdos de mi padre en el suelo y de esa mal nacida de Isabella, consolandolo.Se escucha una puerta abrirse, toco con mis manos la superficie de lo que parece una cama, intento doblar mi brazo izquierdo, pero un fuerte dolor me lo impide.—Tiene suero en la vena, se desmayó hace poco, lo mejor es que intente descansar —la voz de una mujer resuena a mi lado.—¿Qué sucedió? —mi voz suena pastosa.—El señor Silver, Franklin Silver, fue puesto en coma inducido, creo que le afectó bastante la noticia —responde con calma.Aprieto mis ojos y es cuando recuerdo todo. Lo de Frank, ya nos lo había informado el médico, también que urge un trasplante de hígado pero ni mi padre ni yo, somos compatibles. Frank, se encuentra en primer lugar de la lista de espera, por la gravedad de su estado.Aún así, no sentí que la situación ameritara ponerme como lo hizo mi padre, se que mi hijo