Alex se lanzó a los brazos de su padre desde que lo vio llegar, no sabía cómo Frank había descubierto dónde estaba o la razón por la cual había regresado. Tenía miedo de volver a hacer ese chico débil que fue una vez, pero estaba más que claro de que sólo era cuestión de tiempo para fracasar miserablemente.
— Ven, recuéstate —abrió la puerta trasera—. Duerme un rato.
— No quiero dormir, papá —le dio la mochila a su padre, pero de todas formas entró al carro y se recostó en el asiento—. No quiero hacerlo.
— Vamos, te despertaré cuando llegues a casa y podrás tomar una taza de chocolate caliente —besó su frente—. Vas a estar bien, estoy contigo...
Mikhail no tuvo el deseo de ver a su hermano en los siguientes días, no valía la pena. Le pagaría con la misma moneda o mejor dicho, haría algo mucho peor. Se mantuvo alejado lo más que pudo de Alex, ni siquiera había hecho que el trato que ambos tenían siguiese en pie.Dejó que el menor anduviese por donde quisiera en el hospital, él se quedó en su área atendiendo a los niños que ingresaron en ese sitio. Un niño en particular fue ingresado y por orden de sus abuelos, debía de estar correctamente vestido por ellos.Los conocía, mejor dicho sus apellidos, su hermano durante años habló de la única familia que lograba salirse con la suya en el momento de que las cosas se ponían difíciles. En cambio Alex, se mantenía en
Bruno pasó saliva de forma silenciosa, no se imaginó jamás que se encontraría a Zaid en ese lugar y menos que fuese el hijo de la persona con la que había hecho tratos. El brazo de su esposa iría con él a esa reunión después de todo.Los ojos de Zaid se mostraron llenos de dolor al verlo junto con su esposa, nunca unió los puntos, jamás pensó en los apellidos de ambos hombres y menos en los del chico. Le dio su mejor sonrisa a todos los presentes y extendió su mano hacia ellos.— Es un placer para mí conocerlos —extendió su mano hacia Liam y Harry—. Es bueno verte otra vez, joven Hamilton.— También digo lo mismo, señor Black —tendió su mano temblorosa&mdas
Solos, así se encontraban Alex, Zaid y Xander. Alex esperó por tantos años el tener la casa para él y organizar una enorme fiesta.Pero todos los deseos que mantuvo por años se vieron arruinados cuando despertó a la mañana siguiente con el olor pestilente del pañal de su hijo en el rostro, ahora entendía a su padre Lucas, las veces en las que se mantenía sereno y a la vez deseaba matarlo cuando se hacía popo en el pañal.Los videos que mostraban desde que nació, era la muestra clara de que nadie la pasó bien con él, y eso que era callado y apegado a su hermano Zaid.— Creo que esto ya se te desgració —la voz de Zaid le hizo despertar del todo—. Creo que me agrada Xander.
Alex tomó el cuello de la camisa de Mikhail y estampó sus labios con los de él, subiéndose sobre el escritorio para luego colocarse a horcajadas. Apretó el cuello de la prenda del mayor, dándole más calor a la situación.— Alex... —Mikhail puso distancia entre ambos—. Debemos parar.— ¿Por qué? —dejó besos en el cuello del mayor—. Tú quieres, yo quiero...— Tengo que hacerte una pregunta —pasó saliva—. Detente.— No —dio una leve mordida en el cuello de Mikhail—. Debes de complacerme, sólo esta vez.— Después de esto podemos seguir —suspir&
Bruno movió sus manos de un lado a otro, estaba ansioso de ver a Zaid entrar a la empresa. El chico era muy puntual al momento de llegar a los lugares, había tomado la molestia de ver la nómina que debían de llenar los nuevos empleados y los pasantes.El menor llevaba más de una hora de retraso y comenzaba a creer que no iría a la empresa, hasta que lo vio bajarse de un taxi y arreglarse los pantalones.Su cuerpo liberó la tensión que mostró durante todo el tiempo que lo estuvo esperando. Quitó las cámaras en cuanto la puerta de su oficina fue tocada y seguido de eso entró Max con alguien más.— Iré donde Zaid —fue todo lo que dijo el otro y salió disparado hacia el elevador.
Alex cargó a Xander, y bajaron las escaleras. Había ocultado muy bien la larga cola de su hijo, y le había explicado que debía de mantenerse quieto si le picaba. Sus padres habían llamado todo el día para saber dónde estaba Zaid, la razón por la cual siempre cambiaba de tema, era porque había escuchado la voz de su hermano y la de Bruno mientras tenían sexo.Era asqueroso el sólo pensar que su hermano al fin se dejaba llevar de las cosas que él le decía. Al menos era por esa vez.Salió de la casa, y se encontró con Mikhail con la puerta trasera abierta para colocar al menor de los híbridos.— Hola —Mikhail acomodó a Xander en el asiento trasero—. Tenemos un problema.
— Lamento el desastre de la cena —Mikhail le pasó un bol lleno de aperitivos—. No era lo que tenía planeado para una cita.— No te preocupes —acomodó mejor a Xander—. Fue divertido verles la cara después de lo que nos hicieron —rió—. Xander está bien con lo que pasó.— Parecía muy entretenido con lo que estaba escuchando —buscó las bebidas—. Me pareció tierno el querer imitarte mientras hacía gestos.— Mi hijo hace las cosas bien —besó la coronilla del menor—. Además, aún no está acostumbrado a tratar de ocultar su cola.— Es larga, al igual que la tuya —encendió la
Bruno llamó un sin número de veces al teléfono de Zaid, pero sonaba fuera de cobertura.No podía dejar de ver el video, nunca lo vio llegar por parte del menor, se veía tan entregado en el momento que no le pareció extraño que su comportamiento haya acabado tan rápido.Le dio una última mirada a la casa, y emprendió el viaje hacia su casa. Sus manos estaban temblorosas, las mismas palabras que no se atrevió a decirle a Zaid en su momento estaban en su boca.No sabía si debía de ir con su hermano o esperar un poco más para pedirle ayuda, ahora que había dejado al lado su noviazgo por Alex. Sus ojos se elevaron al cielo al ver el carro de su esposa en la casa, ni siquiera podía deshacerse de ella.