Alex tomó el cuello de la camisa de Mikhail y estampó sus labios con los de él, subiéndose sobre el escritorio para luego colocarse a horcajadas. Apretó el cuello de la prenda del mayor, dándole más calor a la situación.
— Alex... —Mikhail puso distancia entre ambos—. Debemos parar.
— ¿Por qué? —dejó besos en el cuello del mayor—. Tú quieres, yo quiero...
— Tengo que hacerte una pregunta —pasó saliva—. Detente.
— No —dio una leve mordida en el cuello de Mikhail—. Debes de complacerme, sólo esta vez.
— Después de esto podemos seguir —suspir&
Bruno movió sus manos de un lado a otro, estaba ansioso de ver a Zaid entrar a la empresa. El chico era muy puntual al momento de llegar a los lugares, había tomado la molestia de ver la nómina que debían de llenar los nuevos empleados y los pasantes.El menor llevaba más de una hora de retraso y comenzaba a creer que no iría a la empresa, hasta que lo vio bajarse de un taxi y arreglarse los pantalones.Su cuerpo liberó la tensión que mostró durante todo el tiempo que lo estuvo esperando. Quitó las cámaras en cuanto la puerta de su oficina fue tocada y seguido de eso entró Max con alguien más.— Iré donde Zaid —fue todo lo que dijo el otro y salió disparado hacia el elevador.
Alex cargó a Xander, y bajaron las escaleras. Había ocultado muy bien la larga cola de su hijo, y le había explicado que debía de mantenerse quieto si le picaba. Sus padres habían llamado todo el día para saber dónde estaba Zaid, la razón por la cual siempre cambiaba de tema, era porque había escuchado la voz de su hermano y la de Bruno mientras tenían sexo.Era asqueroso el sólo pensar que su hermano al fin se dejaba llevar de las cosas que él le decía. Al menos era por esa vez.Salió de la casa, y se encontró con Mikhail con la puerta trasera abierta para colocar al menor de los híbridos.— Hola —Mikhail acomodó a Xander en el asiento trasero—. Tenemos un problema.
— Lamento el desastre de la cena —Mikhail le pasó un bol lleno de aperitivos—. No era lo que tenía planeado para una cita.— No te preocupes —acomodó mejor a Xander—. Fue divertido verles la cara después de lo que nos hicieron —rió—. Xander está bien con lo que pasó.— Parecía muy entretenido con lo que estaba escuchando —buscó las bebidas—. Me pareció tierno el querer imitarte mientras hacía gestos.— Mi hijo hace las cosas bien —besó la coronilla del menor—. Además, aún no está acostumbrado a tratar de ocultar su cola.— Es larga, al igual que la tuya —encendió la
Bruno llamó un sin número de veces al teléfono de Zaid, pero sonaba fuera de cobertura.No podía dejar de ver el video, nunca lo vio llegar por parte del menor, se veía tan entregado en el momento que no le pareció extraño que su comportamiento haya acabado tan rápido.Le dio una última mirada a la casa, y emprendió el viaje hacia su casa. Sus manos estaban temblorosas, las mismas palabras que no se atrevió a decirle a Zaid en su momento estaban en su boca.No sabía si debía de ir con su hermano o esperar un poco más para pedirle ayuda, ahora que había dejado al lado su noviazgo por Alex. Sus ojos se elevaron al cielo al ver el carro de su esposa en la casa, ni siquiera podía deshacerse de ella.
Mikhail limpió las lágrimas de Xander, mientras caminaban hacia la casa de sus abuelos, mejor dicho los padres de Alex. Había pasado un mes completo desde que había iniciado una relación formal con el promiscuo, que le parecía mentira que su paciencia estuviese intacta y que cumplió lo que se propuso al momento de decirle que no iban a tener sexo de forma seguida.Alex se había mudado poco a poco a su casa, hasta que parte de su ropa y la de Xander estaban allí, que ahora le pertenecía a ellos también.Sabía de la reputación que tenía esa familia, que eran de muchas armas tomar y que podían matarlo si decía algo fuera de lugar. Pasó saliva cuando los vio en la entrada de la casa y frunció el ceño, no se esperaba que fueran tres.
Bruno salió de su oficina después de otro largo día de trabajo, estaba decidido a hablar con su hermano Mikhail después de tantos meses. Y más aún si se iba a casar con ese chico que cada vez que lo veía se ponía a llorar porque le recordaba a Zaid en todos los sentidos, ¡Eran gemelos! Y el ver a Alex en cada revista o periódico le daba envidia de una forma que no podía descifrar.Apestaba miserablemente a alcohol, la empresa iba cuesta abajo, y ni hablar de la firma de abogados. Le dijo a su chofer que podía irse a su casa sin problemas, que después lo llamaría para pagarle la mensualidad.Fue en busca de su hermano, sus padres lo habían llamado para que lo hiciera recapacitar de haber roto el compromiso con Fabiola, pero ya estaba harto de que ellos vivan l
Alex estaba esperando que Mikhail llegara a la casa, pero el mayor nada que llegaba y tampoco contestaba sus llamadas ya se le estaba terminando la paciencia, que el pervertido ese no contesta.Empezó a andar de un lado a otro, habían quedado de cenar con su hermano hoy; Mikhail sabía cuánto detestaba él que lo dejaran plantado. Su teléfono sonó haciendo que dejara de pensar en qué hacer para vengarse después.Apenas vio que era a quien estaba esperando hace más de una hora.— ¿Es enserio, Mikhail? Me dejaste plantado ¿Dónde mierdas estás?— Alex, no estoy con ganas en estos momentos de escuchar tus reclamos —dejó salir un suspiro— En verdad lo
Días más tarde, Bruno ya podía moverse con normalidad. Con ayuda y paciencia de Zaid, sus piernas se movieron, aunque caminara cojeando, ya era un avance. Había sentido a su hija moverse, patear su mano con fuerza cada vez que le hablaba, se detenía cuando el menor se lo pedía porque le dolían las costillas.— ¿Crees poder salir hoy sin caerte? —preguntó Zaid, recogiendo la ropa que estaba sobre el mueble—. Tu hermano dijo que pueden sacarte sin problemas.— Si, lo sé —se bajó de la cama—. Ya deseo salir de aquí, detesto estar encerrado.— Lo sé —le dio un casto beso en los labios—. Tampoco me gustan los hospitales, la sangre me parece asquerosa.Último capítulo