Desperté de una pesadilla, deje a mis fantasmas atrás y me olvide de las sombras que me rodeaban. Ahora es tiempo de vivir, de aceptar eso que con un beso me ofreciste.

Alondra

Christopher se queda paralizado por unos breves segundos al igual que yo, sin embargo, reacciona y con lentitud se inclina sobre mí, mis labios se separan en espera de recibir los suyos. Puedo sentir su respiración golpeando mi cara, su aliento se empieza a mezclar con el mío, el corazón me late desbocado.

Todo parece ir en cámara lenta, cierro los ojos cuando finalmente su boca y la mía se unen con suavidad. No tiene prisas en besarme, sus movimientos son lentos y pacientes, recorre mis labios con la punta de su lengua delineando el contorno. Me atrevo a moverme e intentar que mi lengua entre en contacto con la suya para dar inicio a un rítmico vals en el que nuestras bocas, labios y lenguas se acoplan a la perfección.

En mi interior una lluvia de fuegos artificiales se desata suscitando la necesidad de sentir