Carmen suspiró profundamente antes de decidir si le diría la verdad a su hija o la ocultaría. Su mente era un caos ¿Cómo tomaría ella esa información? ¿Recordaría que paso una noche con él hace tan solo unos días?
—Hablaba con Valentino. —Respondió sin mucha fuerza mientras observaba la reacción de su hija.
—¿Con Valentino? ¿Y por qué te llamo? ¿Desde cuándo ustedes dos se comunican? — pregunto Luana entre sorprendida y curiosa.
Al ver que no había reaccionado mal, pensó en decirle algo más de la verdad que ya no quería seguir ocultando.
—Cuido a sus hijas cuando doña Tulita y la madre de las niñas van a las citas con el oncólogo. ¿Recuerdas que te dije que ella está enferma?
—No, no recuerdo —Contesto la chica tratando d
—¿Cómo estás Luana? ¿Ya te encuentras mejor? —Pregunto Valentino mientras se acercaba a las dos mujeres.—¿Cómo sabes que estuve enferma? —pregunto Luana incómoda ante la presencia del hombre.Valentino miró con curiosidad a Carmen mientras esta movía la cabeza, dándole a entender que ella no había comentado nada.—Mis hijas, Giselle y Georgia me comentaron que estuviste enferma —Respondió tratando de no haberse equivocado al responder.—Oh, si mi mamá, me comento que a veces cuida a tus hijas,—Sí, así es. Ellas quieren mucho a tu mamá.—No entiendo cómo es que yo jamás me entere de esta situación. ¿Hace cuánto tiempo viene sucediendo esto?—Hija, llevo como un año apoyándoles, si no te comenté nada es porque
—¿Cómo están? Buenas noches —Dijo la pareja al ingresar.Valentino se levantó de inmediato y saludos a los recién llegados, con un abrazo al varón y un beso en la mejilla a la mujer.—Pasen por favor, tomen asiento —Les dijo de una manera muy cómoda como si él fuera el dueño del lugar.Luana hizo una mueca que trato de que sea imperceptible, pero no pasó desapercibida para Valentino.—Daniel, seguro recuerdas a Luana y a su madre, doña Carmen.—Claro que sí, ¿Cómo estás Luana? ¿Cómo le va doña Carmen? — Respondió Daniel mientras se acercaba a ella y les daba un beso en la mejilla.—Doña Carmen, Luana, ella es Diana, la esposa de Daniel. —Ella solo hizo una mueca como saludo, se sentía incómoda en la casa de esas mujeres, se sentía
Luana miraba por la ventana de su habitación con las luces apagadas, como su madre conversaba con Valentino mientras miraba de reojo hacia donde estaba ella.No comprendía el secretismo de esos dos, ¿desde cuándo se habían vuelto tan buenos amigos? Esa pregunta le intrigaba y a la vez le incomodaba, sentía que le guardaban secretos y que era necesario que ella lo supiera.El haber encontrado el anillo de Valentino en su cama resultaba muy extraño, no se creía que las mellizas lo habían olvidado en su habitación.¿A quién se parecerían esas niñas?, ¿tal vez a su madre?, ojalá se parecieran a él, esa mujer no le caía bien y no sabía por qué, le parecía detestable, aun cuando nunca hubieran cruzado alguna palabra. Y no pensaba que fuera porque ella aun sintiera algo por Valentino, hacía mucho tiempo que habí
Al otro lado de la línea, una mujer apretaba los labios con fuerza mientras las lágrimas corrían sin detenerse por su rostro. Él estaba con ella, no tenía la menor duda.—Maldita mujer, la odio, si no estuviera aquí en esta clínica, mi marido no estaría con ella —pensó en su mente, mientras su cara cambiaba de un rictus de rabia a uno más tranquilo.—¿Maritza? —Pregunto Valentino —¿por qué me llamas de este número?—Amor, no me siento, ¿podrías venir?—Maritza son las tres de la mañana — respondió mientras miraba la hora en el celular y luego su mirada se dirigía hacia la mujer acostada en la cama, que sabía que lo necesitaba más que a nadie. — estás en la clínica, ellos te están cuidando, pásame con tu enfermera, por favor.<
Luego de salir del albergue para menores se fueron inmediatamente a la clínica, Luana estaba sumamente indignada por lo que le había sucedido en el rostro al pequeño, quien iba sentado en su pierna mientras la abrazaba con fuerza.Su rostro mostraba la preocupación que sentía, de tanto en tanto miraba al pequeño Alex que se estaba quedando dormido sobre sus faldas. Su corazón se contraía cada vez que veía su pequeño rostro morado y lastimado por el golpe que había recibido, no entendía la crueldad humana, ¿por qué ensañarse con un pequeño niño?, un niño que de la noche a la mañana lo había perdido todo.Suspiro hondo, ella nunca permitiría que volviera a pasarle nada, él era como su hijo, si alguna vez quedara embarazada le gustaría tener un pequeño igual a Alex, ella lo conoció cuando apenas ten&
Alex abrazo con fuerza a Luana como si su vida se fuera en ese abrazo.—Te extrañé mucho, mami —murmuro muy quedo mientras las lágrimas corrían por su rostro sin poder detenerse.Luana creyó escuchar que extrañaba a su mamá, y su corazón se estrujó de impotencia.—Tu mami, siempre estará en tu corazón — le dijo mientras le acariciaba sus cortos rizos negros.Alex levanto su carita y la miro intensamente mientras pensaba, es a ti a quien extrañe todo este tiempo mamá.Le dirigió una sonrisa tristona y respondió —Si mami Lu, sé que ella siempre estará en mi corazón al igual que mi papá.—Este niño es muy inteligente, ¿no lo crees Diana? —pregunto Emilio mientras sonreía al ver la interacción entre Luana y Alex.Luana sacudió el cabello del niño en un ademán cariñoso, mientras Diana no podía quitarle la vista al niño y reflexionar en que ya lo había visto antes.Luego de recibir el informe, el médico lo leyó y finalmente le puso su firma y sello al final.—Gracias Emilio, dale mis saludo
—Solo está dormida —Indico el doctor —A mi parecer es producto de una crisis conversiva, ¿ya le ha sucedido antes? — pregunto mirando a Valentino.—No lo sé, es la primera vez que la veo así.—¿Algún familiar que sepa sobre estas crisis?—Déjame buscar a su mamá, ella podría orientarnos mejor. — respondió mientras salía apurado a la recepción, dejando a Luana acostada en la camilla cuidada por una enfermera.—Carmen necesito que vengas conmigo, es urgente — le dijo mientras la empujaba hacia el consultorio y dejaba a Alex al cuidado de Diana, esta lo observo y vio una preocupación inmensa, jamás lo había visto en ese estado ni cuando Maritza estaba en sus peores momentos.—Debe amarla como un loco — se dijo, mientras lo observaba partir.—Quezada, aquí está la mamá de Luana, ella sabe todo el historial médico.—Señora, ¿la joven ha tenido estos episodios antes?—Si doctor, ella sufre de crisis conversivas, pero hace más de tres años que no tenía una.—¿Ha sucedido algo que la alterara
Valentino, se sentó frente al doctor, quien lo miraba de manera interrogativa, pasaron unos minutos ninguno se atrevió a hablar.El doctor Quezada, temía que esta situación afectara la salud de su paciente, que afectara su pronta recuperación, pero no podía hacer nada, el hombre, frente a él, estaba completamente nervioso, como si su esposa hubiera sido la que estuvo en esa camilla.Finalmente hablo.—Valentino, ¿puedo llamarte Valentino?—No hay problema, dime—Sabes que hace poco tomé el caso de tu esposa, su doctor anterior falleció y tuve que hacerme cargo de todos sus pacientes, pero hay algo que me preocupa mucho.—Dime, habla sin rodeos.—Está bien, ¿Por qué no extirparon el útero de Maritza?—Tengo una nota del médico anterior que dice, que ella se negó debido a que tú querías más hijos y por eso accedieron al tratamiento de quimioterapia, lo que no entiendo es por qué tomaron esa decisión, cuando lo más fácil hubiera sido erradicar por completo el tumor.—¿Cómo?, ¿por mi culp