Luana llego a su casa preocupada por lo que estaba pasando, mientras sacaba las llaves de su bolso escucho pequeñas risas en el interior, curiosa atisbo por la ventana y quedo intrigada pues no reconocía a aquellas niñas que estaban en la sala de su casa, iba a poner su llave en la cerradura cuando la puerta se abrió de forma improvista.
—Hijita, las niñas son hijas de Valentino, me ofrecí a cuidarlas, en la madrugada llego una ambulancia, y se llevaron a su mamá, hasta donde me comunico doña Tulita, ella se encontraba muy mal y lo único que hacía era llamar a su esposo, nadie sabía nada de él, algo debió haberle sucedido, siempre ha sido un buen esposo.
Luana estaba muda, no sabía que hacer, su cabeza daba vueltas, se sentía culpable por lo sucedido y no dejaba de llorar, su cuerpo no pudo más y cayó&
Valentino había ido a recoger a sus hijas, quería ver por últimavez a Luana y despedirse de ella, estaba sumamente avergonzado con ella, pero no se arrepentía de las horas que paso con ella en sus brazos y amándola como un loco. Ella siempre sería el amor de su vida, cuando escucho los gritos histéricos de Luana, dejo a sushijas en la sala y subiócorriendo las escaleras en dirección a la habitación de ella.Las lágrimas cayeron por sus mejillas al ver a una Luana hecha unabolita en un rincón de la habitación, llorando en forma descontrolada yarañándose los brazos con desesperación, grandes marcas surcaban sus extremidades, algunas aun filtrando sangre y otras solo líneas rojas,Jamás en todo el tiempo que estuvieron juntos la había visto deese modo, corrió a su lado y la abrazo con fuerza mientras
Carmen regresó a la habitación desu hija mientras se borraba todo rastro de lágrimas de su rostro, se detuvo enla puerta tomando aire e ingreso más calmada.Luana estaba dormida en su camamientras sus brazos fuera del cobertor mostraban las heridas que se habíacausado al momento de tener la crisis psicótica.Nicolás y el doctor conversaban cerca a la ventana con voz baja, se acercó a ellos de inmediato.—Doctor, ¿usted cree que debemosinternarla? —pregunto muy quedo.—En este momento no lo veonecesario, veamos cómo responde al calmante. Por lo pronto despertará en unasseis horas.—Avalos, ¿tú crees que tenga queregresar a los medicamentos? —pregunto Nicolás—No, Nico, no creo que seanecesario, lo que si será necesario es que vuelva a tene
—Tía, ya llegamos — grito Valentino mientras hacía pasar a sus hijas y cerraba la puerta de su casa.—Qué bueno hijo, no pensé que te ibas a demorar tanto, ¿paso algo en la casa de Luana? — Contesto la tía saliendo de la cocina y acariciando las cabecitas de sus sobrinas.—Algo así, pero no quiero hablar al respecto, solo te diré que Luana está enferma, el médico llego a verla.—¿Volvió a tener una crisis?—¿Lo sabías?—Sí, me enteré hace años cuando se puso mal la primera vez.—Y por qué no me contaste —grito Valentino.—Porque tu esposa me rogó que no lo hiciera, había tenido unos dolores en la cadera y el médico le había dicho que guardara reposo y que no tuviera emociones fuertes, fue por eso que calle y no te dije
—¿Cuándo?—Cuando me entere de que estaba embarazada.—¿Cuándo fue eso?—Ayer fui a tu casa y tu novia me atendió, me dijo que no te buscara más, que ustedes pronto se casarían y que yo solo era un estorbo para tu felicidad.—¿Ayer? —Pregunto Valentino mientras la cogía por los hombros con un poco de rudeza.—Si Valentino ayer, ¿ella te dijo que fui a buscarte? —Respondió Luana, aunque su voz sonaba rara debido a la medicación.—No, nadie me dijo nada —Respondió Valentino, asustado porque pensaba que Luana estaba perdiendo la razón.—¿Entonces por qué estás aquí?—Vine a verte, porque me enteré de que estás enferma.—Yo no estoy enfermo Tino, solamente embarazada. Mi mamá dice que el embarazo no es u
—Nuevamente, gracias por todo —Dijo Valentino mientras le ofrecía la mano en señal de agradecimiento.—Okey —Respondió Nicolás mientras sonreía de lado de manera burlona y dejaba la mano estirada de Valentino, ignorándola de manera premeditada. —Ya es tarde, ¿Qué fue con los documentos? ¿Los enviaste?—Si llamé a un Uber y envié la documentación a Jimmy, que ya se encontraba en el ministerio de transportes. No podemos darnos el lujo de perder esta licitación, hay demasiado invertido.—Qué bueno, aunque para mí ha sido una sorpresa saber que eres el jefe de jefes ¿Luana sabe que trabajamos para ti?—No, ella no sabe nada y espero que esto siga siendo un secreto para ella.—No te preocupes, guardaré tu secreto. Viendo que ya no tengo nada que hacer aquí, me retiro. Por cier
Carmen lloraba en una esquina de la habitación, todo se repetía de nuevo, ya había visto de esa manera a Luana, cuando perdió el hijo que esperaba de Valentino. Hoy tendría que confesarle al muchacho lo ocurrido hace ocho años.Valentino abrazaba a Luana mientras esta seguía llorando desconsoladamente pidiendo que salvaran a su bebe. Julieta hablaba por teléfono, luego regreso y le aplico una inyección nuevamente a Luana, era necesario sedarla nuevamente.Poco a poco Luana volvió a quedarse dormida.—¿Qué es lo que le está pasando?—Parece que ha retrocedido en el tiempo.—¿Retroceder en el tiempo? ¿Por qué dices esto?—Está recordando el aborto espontáneo que tuvo el día de la crisis de hace ocho años.—¿Estuvo embarazada en esa época?—&iq
Luana, se encontraba nuevamente arrinconada en una esquina de su habitación, Valentino se acercó y quiso llevarla de nuevo a su cama.—Amor, vamos a la cama, ¿sí?—No, no quiero, la cama está llena de sangre y mi bebe, no quiere estar ahí.—Siéntate aquí amor — dijo Valentino mientras la dejaba suavemente sobre el mueble de la habitación.Luego se acercó al closet y saco un juego de sabanas limpias. Cambió las que supuestamente estaban sucias por las limpias que acababa de sacar.—Amor, ya las cambié, déjame llevarte a la cama nuevamente, por favor.—¿De verdad las cambiaste?—Si cariño, ya están limpias.La levantó en sus brazos, la acostó y luego la cubrió con las colchas limpias, se sentó a su costado mientras acariciaba tiernamente sus cabellos,
Carmen respiro hondo mientras recogía el celular que había caído de sus manos por la sorpresa, presiono su pecho antes de llevarse el aparato al oído, aclaro la garganta algo fuerte y sintió que le ardía un poco.—Disculpe me sorprendió la noticia.—Entiendo, tal vez usted me pueda ayudar, necesito comunicarme con Carmen Cisneros de Ramírez, la tengo registrada como persona de contacto en caso de emergencia.—Esa soy yo, dígame en donde se encuentra y me acercaré lo más pronto posible.La doctora le dio referencia del lugar que se encontraba a las afueras de Lima, Carmen colgó, pero no sabía qué hacer con Luana, aún seguía durmiendo y no podía dejarla sola, tampoco podía dejar solo al niño en ese hospital y tendría que hacer los preparativos del sepelio.Su cabeza empezó a dolerle por t