—Bebé, ¿te sientes mejor?—Si papi. Papito, ¿cuándo veré a mi mamá?—Voy a decirle a tu tío Nico, que venga a buscarte, ¿está bien?La niña sonrió de manera entusiasta, pero luego su carita se ensombreció al recordar que su papá, no volvería con ella a casa. —papi, yo quiero que vuelvas a casa conmigo, no te vayas con Maritza, tengo miedo.—Cariño, tranquila, tu papito sabe lo que hace, solo debo ir para recuperar a Alex, ¿no quieres que tu hermanito regrese a casa?—Si papá, pero prométeme que te cuidaras, por favor, ¿sí?Valentino beso a su pequeña en la frente, adoraba a sus hijos y por ellos haría cualquier cosa con tal de recuperarlos. Cogió su celular para realizar una llamada mientras miraba a su hija quedarse dormida nuevamente, no había vuelto a tener fiebre, parecía que al contar todo aquello que sabía su estabilidad mental había regresado, igual tendría que hacer que Julieta hablara con ella y comprobara que todo estaba bien.—Hola, cariño — le respondieron del otro lado de
—Suegro, suegra —Hablo Valentino mientras se llevaba una taza con café a los labios. —¿Vinieron a visitar a alguien?—Valentino, hace mucho tiempo que no tenía el gusto de verte — Hablo la delgada mujer mientras lo miraba absorta, su presencia la intimidaba y a la vez la excitaba, se relamió los labios con gusto sin importarle que su marido estuviera a su costado. Jalo una silla y se sentó frente a él, al hacerlo su abrigo se abrió y dejo a la vista unas piernas largas, blancas y bien esculpidas.Si la mirabas bien, la mujer era guapa, bien vestida y no aparentaba la edad que tenía, pero su mirada delataba la podredumbre de su alma. Valentino se asqueó de solo mirarla. Se quedó mirándolos un rato mientras terminaba su café, esperando la respuesta de ellos, al ver que no hablaban dejo la taza en la mesa y se levantó.—Bueno, me retiro. Tengo cosas que hacer. — Dijo y se dio la vuelta para alejarse de ese par de rufianes asquerosos—Valentino — Se escuchó la voz gruesa de Gerardo. — ¿A
—Mamá —Grito Alex dormido, su rostro estaba húmedo por el sudor. Su cuerpo temblaba ligeramente, pero sus gritos no se dejaban de oír en toda la casa.María Ugarte salió corriendo de su pequeña habitación ansiosa por los gritos de su nieto, cuando se acercó a su cama lo vio agitarse y llorar de manera incontrolable, las lágrimas surcaron su rostro debido a la impotencia, ella jamás pensó en lastimar a su pequeño nieto, pero no podía hacer otra cosa, temía demasiado a su marido.Se tocó inconscientemente su mejilla izquierda, su cuerpo se estremeció por el dolor, aún tenía la herida abierta por el fuerte puñetazo que le proporcionara su marido por la mañana.Acaricio los cabellos del pequeño y trato de no pensar en las palabras de su hija la última vez que hablaron, justo antes del accidente.—Mamá, no es tu nieto. Entiéndelo, lo que mi padre quiere hacer es ridículo. Alex es adoptado, no lleva la sangre putrefacta de él.—Virginia, no mientas, él tiene un gran parecido con la familia,
—Tío, creo que conozco a esas personas que acaban de llegar.—Descríbemelas hijo.—El hombre es alto y tiene canas a los costados de la cabeza y la mujer es alta y delgada, cabello negro y largo, tío voy a tratar de tomar una foto y te la envío por mensaje.—Alex, ten cuidado que no te vean — Respondió Nicolás, orgulloso de su sobrino porque a pesar del miedo por la situación, todavía su mente estaba tan lucida como para pensar en fotografiar a los recién llegados.Un mensaje llegó a su celular y lo reviso. Puta de su madre grito al instante al ver quiénes eran los que habían llegado a la escena.—Alex, no dejes que te vean y si te ven huye, no dejes que te atrapen.El silencio se acrecentó al otro lado de la línea, ya no se podía escuchar nada, Nicolás sudaba frío, no podía dejar que nada le pasara a su sobrino, jamás se lo perdonaría.—Jeremy, comunícate con Valentino, es urgente, luego me lo pasas.El guardaespaldas llamo incontables veces a Valentino, pero este no respondía.—Seño
La casa estaba cercada, no permitían la entrada de nadie, pero él había ingresado mientras el guardaespaldas se quedó en el auto, esperando noticias de lo ocurrido.—¿Me van a responder? — Pregunto ansioso Nicolás, mientras los policías dentro de la casa lo miraban con irritación.—¿Quién dejo entrar a este civil, a la escena del crimen? — hablo fuerte y claro el que parecía ser el oficial a cargo.—Soy quien aviso del problema en esta casa, mi sobrino estaba aquí, y mi tía fue la que me llamo a pedirme ayuda.—No me importa quien seas, pero no puedes estar dentro, sal de inmediato y espera la información afuera.A Nicolás no le importo lo que dijo el oficial y se dirigió directamente a su tío, que estaba arrodillado y esposado en una esquina de la sala.—¿Qué mierda hiciste, Fermín? — grito Nicolás mientras levantaba en vilo a su tío — ¿Dónde está Alex? —pregunto furioso, a la vez que lo lanzaba contra el piso de nuevo.Pero este no respondió, tenía la mirada perdida, estaba ido.Tra
Nicolás recibió el celular avergonzado, no sabía cómo responder a su cuñado, otra vez había llegado tarde y su sobrino seguía desaparecido.—Cuñado, ¿ya estás mejor? —Hablo Nicolás, ansioso.—Esa loca de Maritza me drogo anoche y aún no puedo entender como lo hizo, gracias a dios logre salir de la casa a tiempo y encontrarme con Mike antes de desmayarme.—Lo lamento cuñado, lamento que te toparas con la loca de mi hermana, aunque no creo que el encuentro de ustedes la primera vez resultara algo casual, estoy sospechando que ella lo hizo a propósito, siempre anheló cada una de las cosas que Luana tenía, al menos así era cuando eran pequeñas.—Olvídalo y dime como está todo por ahí.—Lo lamento, Valentino, nuevamente llegamos tarde. Se lo volvieron a llevar, pero en este momento tenemos la placa y el modelo del auto, Matt está en este momento tratando de localizar el auto mediante las videocámaras de las posibles rutas que tomen.—Estás seguro de que se podrá hacer.Nicolás se quedó cal
Nicolás se emocionó al ver que su celular timbraba, por lo que no se preocupó por ver el número del remitente, contesto de manera inmediata.—¿Alex? ¿Dónde estás hijo?—¿Capitán Peralta? — Preguntaron del otro lado de la línea. Nicolás se sorprendió, muy pocas personas sabían quién era.—¿Quién habla? —respondió de inmediato, tratando de acabar con la llamada por temor a que Alex llamara en ese momento.—¿Es usted? —Volvieron a preguntar. Al ver que Nicolás se mantenía en silencio, el interlocutor decidió hablar sin tener la confirmación. — Soy Martin Alarcón, secretario del Primer Ministro, hay alguien que necesita comunicarse con usted de manera inmediata.Nicolás se quedó en silencio, no entendía por qué lo estaban llamando y mucho menos porque era alguien relacionado con el gobierno.—¿Cómo obtuvo mi número y como sé yo que usted es quien dice ser?—¿Nicky? — Hablo una mujer joven por el teléfono.—¿Casandra? —¿Qué paso?, ¿por qué me llamas? ¿Dónde estás?—Tranquilo Nick, mi papá
—Está bien sobrino, no cuelgues ¿okey?, deja el celular encendido, no importa si se apaga, yo sabré encontrarte, cuéntame más en detalle en donde estás escondido.—Es como una especie de mercado, hay muchos puestos, con gente gritando y ofreciendo su mercadería.—¿Qué más puedes ver?—Al fondo se puede ver el mar, creo que es como una especie de muelle.—¿Una playa?—No, hay muchos botes y gente bajando de ellos, hay camiones…—Frigoríficos — dijo una voz de niña — son como los camiones donde se lleva alimentos congelados, como los camiones que usa la empresa de mi papá para trasladar a los almacenes.—¿Entonces no es un mercado?La niña contestó nuevamente, —Es un lugar donde llegan los barcos con peces y hay muchos contenedores en un costado. ——¿Pueden ver algo más?— Tío, hay una grúa… grúa pórtica — exclamo Alex. —La vi una vez cuando vine con mi papá Pablo, estaba grabando un video sobre un muelle.—¿Un muelle?—Si tío, tío, solo nos queda uno por ciento de batería, voy a tomar