Punto de Vista de Briana

Fui a mi escritorio para sacar tres libros grandes y se los entregué a Noah.

Sin decir una palabra, él los aceptó.

Observé mientras él abría el libro por la parte superior y permanecía en silencio, aparentemente absorto en su contenido.

"Es el libro de bebé de los niños. Desde el nacimiento hasta su cumpleaños el año pasado", le informé.

Él asintió distraídamente. Sus ojos nunca dejaron la página mientras la hojeaba.

Parecía que estaba perdido en lo que estaba viendo y se había olvidado de mí, pero no me importaba.

Me daba una sensación de satisfacción ver a Noah dejar que sus ojos vagaran por las páginas. A veces, acariciaba una página con su dedo, sus ojos llenándose de anhelo.

Cada vez que pasaba una página, un suspiro audible escapaba de sus labios. Otras veces, podía sentirlo sonreír con nostalgia.

"Se ven tan arrugadas", comentó.

Él levantó la vista de su libro para dirigirse a mí.

Me quedé de pie sobre su hombro para ver a qué se refería.

Era