Punto de Vista de Briana

Estaba tan nerviosa.

Cada vez que sonaba el teléfono de la oficina para anunciar una visita, mi corazón se aceleraba.

Traté de mantenerme ocupada revisando las propuestas alineadas en mi escritorio, pero no podía concentrarme. Con cada sonido de tictac del reloj, mis expectativas aumentaban.

Después de una hora de intentar terminar el trabajo, dejé de fingir y llamé a Martina.

“¿Me han estado esperando otros visitantes?”, pregunté.

Ella respondió que no, y volví a poner el teléfono en su base con mucha decepción.

Para mantenerme ocupada, llamé a los niños. Cuando salí del apartamento esta mañana, ellos todavía estaban durmiendo.

La escuela comenzaba en una semana, así que los dejé dormir más horas siempre que quisieran. Estaban en preescolar. El año siguiente, comenzarán la escuela formal.

“Mami, no me diste un beso de despedida”. Ese era Mason, mi niño más dulce.

Sonreí. "Por supuesto que sí. Es solo que estabas tan profundamente dormido que no lo s