Punto de Vista de Briana

“Bueno, bueno, bueno. Si no es la infiel aquí”. Britney White se rio entre dientes cuando notó la expresión de sorpresa en mi rostro.

Decidí no seguir sus juegos y la ignoré. Estaba a punto de salir cuando Britney me bloqueó el camino.

“¡Todavía no hemos terminado de hablar, p*rra!”, me siseó en la cara.

Accidentalmente inhalé y su aliento rancio se pegó a mis fosas nasales. Casi me atraganté.

“¿Has estado bebiendo?”, pregunté preocupada.

“No intentes hacerte la amable anfitriona, ladrona de novios”, escupió.

Su rostro se contorsionó de ira.

Ahora, entendía de qué se trataba todo esto.

Sacudí la cabeza para negar su afirmación.

“No te robé a tu prometido”.

Britney se rio, pero sonó vacío para mis oídos. Sentí su dolor y mi corazón se compadeció de ella.

No fue su culpa que Noah decidiera divorciarse de mí en ese entonces.

Ella pudo ser la catalizadora, pero la acción recayó sobre Noah.

Britney White no era mi enemiga.

“¡Mentirosa! Si no, ¿por qué