Me levanté desde muy temprano e hice la cama incluso antes de que el sol saliera. Tengo prisa con regresar al pueblo, a mi iglesia y estar con los que siempre me han rodeado. Luego de tomar una ducha lo suficientemente fría y ponerme nuevamente mi ropa, me quedé en espera de que el sol saliera y así poder pedirle a Samantha que me lleve de regreso. Dormí muy poco lo que restó de noche, me siento cansado y aún resentido conmigo mismo. No sé qué cara voy darle a Samantha sin sentir culpa y vergüenza por mis malos actos, sobre todo cuando la furia de Dios por fallar a mis votos me está quemando el alma de a poco.Había sido un hombre fiel a mi palabra y a mí amor por Dios, pero tengo que aceptar que el deseo, la tentación y las ganas estuvieron por encima de todo. No tuve tiempo de reaccionar a lo que estaba haciendo, cuando me di cuenta ya había sido muy tarde. Y el hecho de quedarme por largos minutos más contemplando la desnudez de Samantha me hace sentir el doble de desvergonzado. No
No tuve valor para alejarla o alejarme, después de todo, esa parte humana que hay dentro de mí quiere seguir experimentando el suave tacto de una linda chica. Me dediqué a disfrutar ese tierno tacto mientras durara. Nunca me habían mirando como ella lo hace, tal vez con deseos no tan buenos y dignos de escuchar, pero es imposible no sentir esa pizca de alegría y quizás un poco de orgullo por sus inesperadas confesiones y su atrevimiento al acariciar mis labios. Si boca también se me apetece, pero no quiero ceder tan fácilmente a las tentaciones; y ella es una muy grande, una a la cual debo estar precavido o podría caer en cualquier momento.—Y-yo... debo irme ahora mismo — di un paso atrás, dejando su mano al aire y siendo muy consciente del calor que sus dedos dejaron en mi piel—. Tengo misas que dar, compromisos que cumplir. Por favor, llévame de regreso a mi hogar.—No.—¿Por qué?—Porque sencillamente no me da la gana dejarte ir — su cambio de actitud me desconcertó—. Este es tu n
—Muy bien. Dmitry Novikov, treinta años, ruso, pertenece a la familia con mayor influencia en Rusia. Hizo parte del ejército ruso desde muy temprana edad. Lleva casado ocho años con Samantha Gaskell, sin hijos... trafica el mismo tiempo que lleva de casado. Curioso, ¿eh? Prácticamente tenemos al hombre más importante y millonario de Rusia frente a nosotros - dejó una carpeta con su fotografía.Incluso hasta ver su rostro a través de una fotografía me da asco y furia.—Cuando Russo decidió dejar a Novikov a cargo de sus rutas sabía que avecinaban problemas. Nunca me gustó, lo dejé muy en claro en cada reunión, pero tuvimos que conformarnos porque nadie más accedió a transportar en un país como Rusia.—Novikov tiene contactos, muy importantes, de hecho — simplificó Ian.—¿Cómo es que una linda chica como tú terminó casada con un maldito psicópata como él? — inquirió Damián. —No todos tenemos la fortuna de elegir lo que queremos para nuestra vida. Ustedes nacieron en este mundo, si cont
Hace mucho no sentía ninguna emoción como hasta ahora, he pasado dos años escondida de Novikov y, aún así, pudo encontrarme y atacarme en la última casa que Ian compró. Sé que a dónde estamos ahora no es un lugar seguro, pero no puedo seguir escapando toda mi vida de él. Si mis planes son acabarlo, tengo que hacerle frente en cualquier momento, por eso me he venido preparando para el día en el que su vida penda de mis manos.Nunca fui mujer vengativa, pero cuando se sufre y no se obtiene justicia terrenal ni divina, no hay otro modo de liberar la carga que soltando uno mismo su propio dolor a un estilo que a ojos del mundo y del cielo no es justo, pero como alivia el alma y la limpia. Aprendí con los años a no tocarme el corazón antes de actuar, porque no hay nada más llamativo que la inocencia de las personas. Novikov se aprovechó de mí, de la inocencia que había en mi alma y de cada uno de los sueños que ingenuamente me hice con él. Me enamoré perdidamente de un hombre que creí camb
Me quedé como estúpida viéndolo llorar. ¿Será que confundí todo esto? Que él me guste y me atraiga como lo hace, no quiere decir que deba aprovecharme, ¿no? Es decir, no puedo obligarlo a algo que no quiere, aunque muy en el fondo también lo desee.Me vi reflejada en sus lágrimas, en el limbo interno que sus ojos reflejan. Esos malos recuerdos volvieron a atacarme, me hacían sentir ruin y poca cosa, como ese ser sin corazón ni alma que me destruyó algún día y que estoy segura no soy. No puedo ser como ese bastardo. No puedo disfrutar el dolor de otros, más cuando se trata de un hombre inocente y bueno que me brindó su ayuda cuando me encontraba al filo de la muerte. Logan no tiene por qué pagar lo que otro me hizo vivir.Retrocedí bastante, cosa que pudiera tener su espacio y volver a respirar tranquilo. Y, aunque quería disculparme y tratar de consolar su tristeza, el mismo nudo que se formó en mi garganta no me permitió hablar. Tenía los recuerdos latentes en mi mente y en mi piel,
LoganNunca pensé que algo como esto me pudiera suceder. En mi vida había equilibrio y paz, no existía la posibilidad de que un amor diferente a Dios llegara a hacerme dudar de mi fe y de mi vocación, pero Samantha llegó para cambiarlo todo a mi alrededor. Ahora pienso si está bien dejarme llevar por lo que sentí en la piel y en el corazón o hacer distancia de las tentaciones como hasta ahora. Sus besos tienen mucho que ver, su boca es un dulce del cual quiero seguir probando, pero tampoco puedo dejar de lado mi labor como sacerdote.Hice una promesa, hice un voto fiel a mi Dios que he venido incumpliendo constantemente con hechos y pensamientos indecentes. No puedo y tampoco quiero seguir con la culpa en mis hombros.Por alguna extraña razón, en mi pecho se instaló una punzada inexplicable cuando vi sus ojos y el mar de tristeza que había en ellos. Samantha no se encuentra bien, pero ahoga su dolor en el fondo de su ser y lo deja escondido para que nadie lo pueda palpar entre sus man
Después de salir de la mansión, llegamos a una especie de pista y abordamos lo que en su momento creí que era un avión, pero mucho más pequeño. Los nervios afloraron en la boca de mi estómago a pocos instantes de que la avioneta se alzara en vuelo.—¿Todo bien? — inquirió ella, dejando su teléfono a un lado.—Sí... estoy bien — mentí.—Bien — sonrió ladeado, volviendo la vista a su teléfono.Hice de tripas corazón para no soltar lo que en realidad estaba pensando y sintiendo. A medida que la avioneta fue avanzando para elevarse, mi corazón se aceleraba sin control. La avioneta no subió tan alto como lo había pensado, pero sí lo suficiente para hacerme sentir mareado y nervioso por la distancia en la que me encontraba de la tierra.Estando en los cielos me di cuenta lo lejos que la casa se encontraba de la ciudad, pues los edificios se veían muy pequeños. Eso quiere decir que el pueblo en el que nací queda bastante cerca.Luego de treinta minutos en la avioneta, esta misma descendió en
Samantha—¿Por qué no puedes quererme como yo te quiero? Sabes bien que no necesitas de nada teniéndome a mí.—Sabes que te he querido como un amigo. No me pidas lo que no puedo darte, Seth — le recordé una vez más.—¿Los amigos tienen sexo casual y después hacen como que nada ha pasado? Qué estupidez — bufó—. Si te enciendes conmigo es porque te gusto.—Que hayamos tenido sexo un par de veces no quiere decir que vayamos a tener una relación. Le estás dando mucha vuelta al asunto, Cavalli.—Srta. Gaskell, yo lo único que quiero es que su corazón me quiero, aunque sea un poquito — dejó un suave beso en el dorso de mi mano—. Pero entiendo que ese hombre que te robe suspiros y se adueñe de tu corazón no soy yo.—Ya no existe ese hombre en mi vida — bajé la mirada.—No te pongas triste, muñeca — me hizo mirarlo a los ojos—. Pensé que habías trabajado en tu caradura.Reí, descansando mi mejilla sobre su pecho. Los latidos de su corazón son muy tranquilos, pero no me brindan la calma que ne