POV: CARMEN. Sus dedos trazan mi cuello una y otra vez sin cambiar de lugar, disfruto de su tacto en silencio. —¿Estás bien? —pregunta, besando mi cien. —Sí —contesto. —. Sólo algo sensible —admito. —Eso es normal. Arqueo la cabeza hacia atrás para verlo a los ojos. —¿También es normal que aún tenga ganas?Él se echa a reír. —Lo es —dice sin dejar de reír. —. Pero tiene solución. Arqueo la cabeza un poco más para verlo mejor. —¿Podemos? —su cara no me deja decir más. —No tienes ni idea —dice riéndose de mi reacción. —.Pero hay muchas maneras —besa mi cabeza. Me acomodo como antes viendo por la ventana, pero él deja de trazar mi cuello con sus dedos, no puedo redactar como fue que llegamos a la habitación, pero sólo sé que estamos aquí, y que descubrí que el hombre que me abraza por la espalda, es fuerte en todos los sentidos. —Yo te enseñaré todas —susurra sobre mi piel. Cierro los ojos disfrutando estar entre sus brazos, me siento tan completa y complacida en sus brazos, p
—Mamá es hermosa, podrías venderla a algún amigo y pagar la deuda de la empresa —suelto mirándolo fijamente. Levanta su mano para pegarme, pero Hugo me rueda tras él. —Te estás pasando Carmen —me dice en voz baja. —Sólo es el principio —me suelto de su agarre tomándolo desapercibido y me coloco frente a mi padre, a un paso de distancia. —. Anda, pégame, ¡pégame! Súmele una más, ¿Qué más da? Me arruinaste la vida una vez, haz lo otra vez, necesitas privacidad para demostrar la clase de hombre que eres. —¿Olvidas que soy tu padre? A mí me respetas —demanda. —A mí no se me olvidó nada, simplemente usted no es mi padre, considéreme su hija, pero yo no me considero su hija —me acerco a él, cortando la mínima distancia que quedaba entre nosotros. —. Me da asco. Y por primera vez, me pega, tan fuerte que termino en el suelo. Levanto la cabeza del suelo aturdida, un poco borroso veo al tal policía ese intentando separar a Hugo de mi padre, estoy segura que sobornó a ese hombre para que
—No lo sé —confieso. Toca mi hombre con cariño. —Tranquila, siempre lo has dicho, ya eres toda una mujer y sabrás tomar tus decisiones. Le sonrío, aunque no del todo. —¿Y? —me mira con picardía. —¿Y? —repito. —Sabes de que hablo —pega su espalda al sofá y me mira esperando a que hable. —.Bueno, como gustes, ¿ya Hugo te quito lo seca? —despega su espalda del sofá y se inclina hacia mí. —. ¿Cómo es?Me muevo un poco hacia atrás carraspeando y ella ríe. —Así me pagas todas las clases que te di —me reprocha y abro la boca impresionada. —Oh, si hablamos de clase Hugo es mejor profesor —le digo divertida. —¿Ajá?Asiento mirándola juguetona. —Digamos que me preguntaba que tantas cosas podíamos hacer, porque en serio sentía como si en algún momento me quedaría sin ganas, pero no pasaba ni media hora y con un simple beso ya me imaginaba que lo hiciéramos otra vez —le cuento apenada. —Puede depender de que tan agotada te deje el moreno —toca mi dije con ternura, y me sonríe. —. Yo sól
—No te llevaste nada de ropa, vine a traerte algunas —contesta su madre. Carmen mira el bulto al lado del pie de su mamá y luego la mira a ella. —Gracias. —¿Estás bien? Al menos dime que no tengo que preocuparme —pide su madre con tristeza. —Para nada —Carmen responde sin titubear, está muy seca. —Hija... —Dime lo que quiero escuchar —demanda con algo de molestia en la voz. —No lo sabía —escuchar eso me alivia un poco, y supongo que a Carmen mucho más. —. Lo descubrí ya cuando Manuel había vuelto para comprometerse contigo, pero no sabía que él te había amenazado ni chantajeado de esa manera —farfulla agitando los brazos desesperada. Carmen suspira hondo. —Yo siempre te voy a querer mamá —le confiesa, y estoy seguro que quería decir un te amo, pero está en todo su derecho de cerrarse con ellos. —. Pero mientras estés con Alejandro no pienses que me tendrás cerca. —Es tu papá —aclara la señora. —Lo era, porque lo que importa es si me considero su hija, y no, no lo hago —hace
Con cuidado me siento en un sofá con la bebé en brazos. Sólo he cargado un bebé en mi vida, y ha sido la de Mary, no he tenido la oportunidad con alguien más, hasta hoy. —Relájate, es pequeña pero no se te caerá —comenta la madre pasando a sentarse junto a su madre frente a mí y a Hugo. —Es hermosa —busco la mirada de Hugo y éste me sonríe. Y así empieza la charla familiar, tengo cierta curiosidad por el padre del bebé pero sería de muy mala educación preguntar, así que me aguanto las ganas. —Tu padre viene en la noche, también está muy emocionado —dice la señora Ilda y yo miro a su hijo. —No nos vamos a quedar mamá —aclara Hugo. —Ni de juegos, recién nos vemos, necesito conocer mejor a mi nuera, ¿Cómo crees hijo? —expresa indignada. —Hugo tiene que trabajar —agrego. —Nada de eso, voy por Lissy para que les prepare algo —y se esfuma, así nada más. —Lo empeoraste, ese cuento ni a mi padre se lo acepta, no nos dejará ir —murmura Hugo. —. Y cuando lo usas con ella, simplemente h
Se pone serio, cosa que me asusta.—Yo...—La verdad es que no lo conozco, sólo sé que la abandonó —responde, y por su tono no parece ser que le guste hablar de ello. —. Pero con nosotros no le faltará nada. —Al fin de cuentas la familia es lo primero —murmuro bajito. —. O al menos algunos —comento nostálgica. Me separo de él para bajar de la cama pero no me deja. —Carmen —regaña. —No lo podemos cambiar, Hugo, tengo que aprender a vivir con eso —declaro soltándome de su agarre, y voy directo al baño. Siempre va a doler, va a doler porque veré gente felices y orgullosos de la familia que Dios le dio, yo simplemente podré pensar lo peor de la mía. Cuando salgo del baño, él ya no está, veo un vestido jean, largo de mangas cortas, caminar con eso será incómodo, pero ni modos, al costado de la cama están unas chanclas azules similar al vestido sólo que el vestido es de un azul marino. Me lo pongo y bajo, mi cabello lo dejo tal como estaba. Cuando llego a la sala veo a Hugo sentado h
Creer en sí mismo es poder, y lo estoy diciendo porque acabo de aprobar éste año con éxito, estudié muchísimo, y pasé por mucho estrés pero lo logré, aunque aún me quedan dos años y algo para graduarme de doctora, he estado laborando como voluntaria en un hospital, al final mi hermano acabó pagando mis últimos semestres del año, tanto Mary como Hugo hicieron de todo para convencerme, que mi hermano no tenía nada que ver con lo que había pasado con mis padres, y que estudiar y trabajar no es tan fácil como yo creo.Sé que nunca voy a arrepentirme de haber elegido esa carrera, porque es lo que amo, y en serio la idea de salvar vidas, cuidar personas pero sobre todo ayudar, es mi pasión. A parte, mi bombón me apoya con todo, aunque me hizo una broma de muerte instantánea, fingió estar inconsciente sólo para ver que hacía.Entro a mi departamento mientras miro mi celular.Hugo: ¿Vienes?Yo: Aún no es fin de semana.Hugo: Es importante, pequeña.Yo: Vale, aunque sospecho que me vas a secue
EPÍLOGO —PEQUEÑA MÍA—Sí, si quiero —dice, afirmando con la cabeza.El pecho se me abre de la alegría, mi corazón salta de la emoción, estaba nervioso y preocupado de que no accediera.Saca el anillo de la cajita y se lo coloco. —Éste es el sello de nuestro amor, quiero que lo tengas como lo más preciado, así como nuestro amor.—Te amo bombón —suelta entre cortada, con los ojos aguados, pero fijos en su mano, donde le acabo de poner el anillo.Me paro para besarla y abrazarla.—Que ni se te ocurra pedirme un hijo así —dice entre risas y es justo cuando empiezan a escucharse los aplausos.Ella se aleja y voltea de golpe para ver. Abre la boca de la impresión y luego voltea a verme nuevamente, tapa su rostro apenada.—Traidores —gruñe.—Ningún, ningún, las sorpresas no se dicen —replica Mary.Ella mira alrededor escaneando el salón, es grande, se alquila para festividades como cumpleaños, compromisos, bodas y etc, sentía que las cosas iban a quedar raro, pero decidí ser yo mismo.—¿Adiv