—No lo sé —confieso. Toca mi hombre con cariño. —Tranquila, siempre lo has dicho, ya eres toda una mujer y sabrás tomar tus decisiones. Le sonrío, aunque no del todo. —¿Y? —me mira con picardía. —¿Y? —repito. —Sabes de que hablo —pega su espalda al sofá y me mira esperando a que hable. —.Bueno, como gustes, ¿ya Hugo te quito lo seca? —despega su espalda del sofá y se inclina hacia mí. —. ¿Cómo es?Me muevo un poco hacia atrás carraspeando y ella ríe. —Así me pagas todas las clases que te di —me reprocha y abro la boca impresionada. —Oh, si hablamos de clase Hugo es mejor profesor —le digo divertida. —¿Ajá?Asiento mirándola juguetona. —Digamos que me preguntaba que tantas cosas podíamos hacer, porque en serio sentía como si en algún momento me quedaría sin ganas, pero no pasaba ni media hora y con un simple beso ya me imaginaba que lo hiciéramos otra vez —le cuento apenada. —Puede depender de que tan agotada te deje el moreno —toca mi dije con ternura, y me sonríe. —. Yo sól
—No te llevaste nada de ropa, vine a traerte algunas —contesta su madre. Carmen mira el bulto al lado del pie de su mamá y luego la mira a ella. —Gracias. —¿Estás bien? Al menos dime que no tengo que preocuparme —pide su madre con tristeza. —Para nada —Carmen responde sin titubear, está muy seca. —Hija... —Dime lo que quiero escuchar —demanda con algo de molestia en la voz. —No lo sabía —escuchar eso me alivia un poco, y supongo que a Carmen mucho más. —. Lo descubrí ya cuando Manuel había vuelto para comprometerse contigo, pero no sabía que él te había amenazado ni chantajeado de esa manera —farfulla agitando los brazos desesperada. Carmen suspira hondo. —Yo siempre te voy a querer mamá —le confiesa, y estoy seguro que quería decir un te amo, pero está en todo su derecho de cerrarse con ellos. —. Pero mientras estés con Alejandro no pienses que me tendrás cerca. —Es tu papá —aclara la señora. —Lo era, porque lo que importa es si me considero su hija, y no, no lo hago —hace
Con cuidado me siento en un sofá con la bebé en brazos. Sólo he cargado un bebé en mi vida, y ha sido la de Mary, no he tenido la oportunidad con alguien más, hasta hoy. —Relájate, es pequeña pero no se te caerá —comenta la madre pasando a sentarse junto a su madre frente a mí y a Hugo. —Es hermosa —busco la mirada de Hugo y éste me sonríe. Y así empieza la charla familiar, tengo cierta curiosidad por el padre del bebé pero sería de muy mala educación preguntar, así que me aguanto las ganas. —Tu padre viene en la noche, también está muy emocionado —dice la señora Ilda y yo miro a su hijo. —No nos vamos a quedar mamá —aclara Hugo. —Ni de juegos, recién nos vemos, necesito conocer mejor a mi nuera, ¿Cómo crees hijo? —expresa indignada. —Hugo tiene que trabajar —agrego. —Nada de eso, voy por Lissy para que les prepare algo —y se esfuma, así nada más. —Lo empeoraste, ese cuento ni a mi padre se lo acepta, no nos dejará ir —murmura Hugo. —. Y cuando lo usas con ella, simplemente h
Se pone serio, cosa que me asusta.—Yo...—La verdad es que no lo conozco, sólo sé que la abandonó —responde, y por su tono no parece ser que le guste hablar de ello. —. Pero con nosotros no le faltará nada. —Al fin de cuentas la familia es lo primero —murmuro bajito. —. O al menos algunos —comento nostálgica. Me separo de él para bajar de la cama pero no me deja. —Carmen —regaña. —No lo podemos cambiar, Hugo, tengo que aprender a vivir con eso —declaro soltándome de su agarre, y voy directo al baño. Siempre va a doler, va a doler porque veré gente felices y orgullosos de la familia que Dios le dio, yo simplemente podré pensar lo peor de la mía. Cuando salgo del baño, él ya no está, veo un vestido jean, largo de mangas cortas, caminar con eso será incómodo, pero ni modos, al costado de la cama están unas chanclas azules similar al vestido sólo que el vestido es de un azul marino. Me lo pongo y bajo, mi cabello lo dejo tal como estaba. Cuando llego a la sala veo a Hugo sentado h
Creer en sí mismo es poder, y lo estoy diciendo porque acabo de aprobar éste año con éxito, estudié muchísimo, y pasé por mucho estrés pero lo logré, aunque aún me quedan dos años y algo para graduarme de doctora, he estado laborando como voluntaria en un hospital, al final mi hermano acabó pagando mis últimos semestres del año, tanto Mary como Hugo hicieron de todo para convencerme, que mi hermano no tenía nada que ver con lo que había pasado con mis padres, y que estudiar y trabajar no es tan fácil como yo creo.Sé que nunca voy a arrepentirme de haber elegido esa carrera, porque es lo que amo, y en serio la idea de salvar vidas, cuidar personas pero sobre todo ayudar, es mi pasión. A parte, mi bombón me apoya con todo, aunque me hizo una broma de muerte instantánea, fingió estar inconsciente sólo para ver que hacía.Entro a mi departamento mientras miro mi celular.Hugo: ¿Vienes?Yo: Aún no es fin de semana.Hugo: Es importante, pequeña.Yo: Vale, aunque sospecho que me vas a secue
EPÍLOGO —PEQUEÑA MÍA—Sí, si quiero —dice, afirmando con la cabeza.El pecho se me abre de la alegría, mi corazón salta de la emoción, estaba nervioso y preocupado de que no accediera.Saca el anillo de la cajita y se lo coloco. —Éste es el sello de nuestro amor, quiero que lo tengas como lo más preciado, así como nuestro amor.—Te amo bombón —suelta entre cortada, con los ojos aguados, pero fijos en su mano, donde le acabo de poner el anillo.Me paro para besarla y abrazarla.—Que ni se te ocurra pedirme un hijo así —dice entre risas y es justo cuando empiezan a escucharse los aplausos.Ella se aleja y voltea de golpe para ver. Abre la boca de la impresión y luego voltea a verme nuevamente, tapa su rostro apenada.—Traidores —gruñe.—Ningún, ningún, las sorpresas no se dicen —replica Mary.Ella mira alrededor escaneando el salón, es grande, se alquila para festividades como cumpleaños, compromisos, bodas y etc, sentía que las cosas iban a quedar raro, pero decidí ser yo mismo.—¿Adiv
Capítulo #1 —Parte #2POV: CARMEN. Con el libro sobre mis piernas y el cuaderno sobre la mesa intento escribir, mañana debía entregar aquello, pero me quedé entretenida con una serie que me recomendó una amiga.Estoy tan concentrada que no le hago caso al ruido de la puerta y continúo escribiendo.Dejo de escuchar la tele, por lo que levanto la cabeza y me encuentro con mi sexy novio mirándome mal.—¿Eso es estudiar? —pregunta con incredulidad. —. ¿Es en serio carmen?—Ey, tú a mi no me dices Carmen —le reprocho. —.No hay razón para enojarte —lo señalo con mi lapicero.Achina los ojos ojos y se acerca a mí. Se inclina hacia mí, pienso que me saludará con un beso pero no.—¿Quieres aprobar? No me pidas ayuda —advierte alejándose.Ruedo los ojos haciendo una mueca. —No lo haré —aclaro.—Claro —exclama, mientras empieza a quitarse la camisa avanza hacia la cocina.Vuelvo a prender la tele y pongo algo de música para relajarme y tratar de avanzar.Hugo compró una casa un poco alejado de
POV: CARMEN. El apresurar de mis pasos casi ocasiona que caiga de boca, no puedo evitarlo, no entiendo porque siempre me toca el peor equipo de trabajo, a éste paso harán que me cambie de equipo.—Carmen, oye, no te pongáis brava —alguien me detiene del brazo.Volteo a verlo y le doy una mirada de pocos amigos.Reí sin poder evitarlo. —¿Estáis hablando en serio o tomándome el pelo? —espeté molesta. Siento una rabia inmensa, siempre me esfuerzo y ellos como si no les importara nada.—No, sólo que no puedes afanarte tanto...—¿Ah no? —pregunto con ironía. —. Claro, me afano porque significa mucho para mí, tal vez para ustedes no —intento soltarme de su agarre. —. Suéltame —demando.—Soy tu amigo ¿vale? Deja de portarte así —pide mirándome a los ojos.Yo lo miro atónita, sin siquiera saber que decir, me parece un gran descaro que me esté diciendo esto.—Muy linda manera de apoyar, nos vemos Mateo —me suelto de su agarre y sigo caminando.No me presiono, simplemente me gusta dar todo por