— ¿Pero qué coño? – la expresión de Jacques me impresiona, su voz temblorosa hace que mis alarmas se enciendan, pero no me suelta.
— ¡Jacques, necesito respirar! – me remuevo incómoda entre sus brazos, giro la cabeza para ver el rostro del hombre más aterrador que he podido conocer.
— Si hijo, déjala respirar y permite que tu padre la vea – afloja los brazos y siento su temblor.
Es horrendo, su rostro tiene similitud con el de mi novio, sin embargo sus ojos son tan claros que dan miedo. Su voz también me produce temor, pero un temor no porque me fuese a hacer daño, sino a Jacques; es su expresión, se nota el odio hacia él y mi novio le teme. Está plantado ahí y solo respira entrecortado con una expresión de dolor, de sufrimiento. No me agrada ese hombre y no quiero vol
Despierto con un dolor de cabeza inhumano y con la resaca del siglo. Trato de incorporarme y el mareo lo impide, siento náuseas y el cuerpo me duele, al apretar las manos me percato del daño que tengo en los nudillos, ya el dolor se asoma y los recuerdos de la pelea en el bar se presentan. Me cuesta enfocar por completo y mi ojo izquierdo duele como el diablo, el aroma a alcohol y cigarrillo revuelven mi estómago y temo que haya sucedido algo que me complique las cosas, más de lo que ya lo están si es posible. Al fin me levanto y aprieto mis sienes tratando de recordarlo todo y disminuir el dolor de cabeza. No resulta.Isobel debe estar odiándome por lo que le hice, resulta que ella es más fuerte que yo, más valiente. Mientras me quedé paralizado como un real maricón, ella se enfrentó a todos e incluso a mi padre con su maraña de mentiras, estaba furiosa. Y la alejé. La en
Me encuentro aplastada debajo de Jacques, no me atrevo a mover un músculo porque está muy dolorido ya que se quejó toda la noche. No tengo idea de lo que sucedió o el porqué de la pelea, pero su hermano dijo que ¿eran doce hombres? ¡Dios, si eso es cierto se encuentra fuera de control! Se mueve y gime, se aparta y respiro mejor, es un gigante y con él me siento a salvo. Sin embargo hay que hablar acerca de lo que pasó en casa de sus abuelos, cada vez que recuerdo los ojos de su padre… tiemblo. Es espeluznante.Salgo de la cama porque necesito ir al baño, decidí no dormir desnuda porque su estado era… delicado, pensé que el solo hecho de que excitara le dolería mucho. Vacié mi vejiga y lavé mi sexo. Me lavé los dientes y Sali del baño, estaba dormido y quejándose nuevamente. Cogí unos analgésicos y deslicé
Le desaté las manos de inmediato, no quería que llorara ni que se sintiera triste por nada. Supongo que le tuvo miedo a la sujeción, pero estoy golpeado y dolorido; esa era la única manera de que no me lastimara las heridas y ella lo sabe ¿lo sabe? ¡Ok la otra alternativa era quedarme tranquilo y descansar, pero esa no me gusta. Mis manos pican por tocarla todo el tiempo y eso es un tormento. Tenerla cerca y no acariciar su piel, no es opción.—¡Isobel mi amor! ¿Qué sucede? – abrazo su cuerpo laxo y tembloroso por el orgasmo aun. No habla, solo llora, no me abraza. Me está apartando —¡Háblame mi amor, por favor! – ya me estoy preocupando por su actitud y en entonces abrió los ojos.Lo vi, como si fuese un libro abierto la leí. Su vulnerabilidad me atravesó como un cuchillo, una vez más no pen
En ese momento entendí lo que había pasado con Isobel y por qué lloraba. Me sentí tan vulnerable que pude haber llorado también.—¿Te sientes bien? – se refugiaba bajo la sábana, pero sentía su preocupación.—No mi amor, no lo estoy – tuve que suspirar profundo para que no se me saltaran las lágrimas —Te siento lejos – ella sonrió, sé que no me creyó nada, pero se acercó.—¿Te lastimé? – su entrecejo fruncido preguntó más que su boquita.—¡No mi amor, no lo hiciste! – aunque me dolía cada fibra del cuerpo —Estamos vulnerables y eso es… lo que nos pasa – la atraje hasta mí, la subí a horcajadas, mi miembro se encontraba relajado a pesar d
¡Oh Dios mío! Tuve sexo con mi novio. Me duele el cuerpo, es muy grande y… ¡está buenísimo! además fue… fue muy dulce y tierno. Creo que lo haría por siempre. Debimos haber platicado de sus temores, pero mi zorra interna quería otra cosa, y definitivamente la obtuvo. Traté de quitármelo de encima, pero me fue imposible, pesa demasiado y esta frito. Profundamente dormido. Acaricié su bello rostro golpeado, preguntándome quien le haría daño ¿por qué lo harían? Cubrí mi boca porque mis lágrimas amenazaron con salir y sollocé bajito.—¿Isobel? – escuchó el sollozo y despertó de inmediato —¿Mi amor, estas bien? – inspeccionó mi rostro aun con los ojos nublados por el sueño —¡Háblame por favor! – se incorp
Me moví en la cama y cuando me incorporé no vi a mi novia. El día de ayer fue… exquisito, ella lo es. Su piel deliciosamente suave, tersa al tacto y so olor, lo bien que responde ¡uf, necesito más! Trato de levantarme y tambaleo por un dolor en el costado. La paliza que me di con esos tipos, aunado a las casi veinte horas de sexo que tuve con Isobel me estaban pasando factura. Necesitaba descansar. Pero la necesitaba a ella desnuda y dispuesta en mi cama. Salí de la habitación en su búsqueda, vi su silueta, sentada en uno de los bancos en la barra de la cocina hablando por teléfono con alguien, debe ser la con la rubia cabecita hueca que es la novia de Brennan. Lleva puesta mi camisa blanca abotonada hasta la cintura, creo que puede hacer que un saco se vea sexy solo con echárselo encima. Se ve deliciosa allí sentada solo con esa prenda, sin sujetador y me atrevo a apostar que sin panty ¡Jes&uac
Terminamos en la cama cogiendo como animales, aun duele, pero no tanto. El placer que Jacques me proporciona es casi una locura – de hecho, me lleva a eso – salgo de la cama aprovechando que duerme como un lirón. El timbre sonó mil veces y no nos detuvimos para nada, sabiendo que era el desayuno. Necesito comer algo y este caballero no tiene nada en el refrigerador, en definitiva debo hacer unas compras porque al parecer desea que me quede unos días ¡uf, pensar en eso me acalora! Debo calmarme un poco. Me visto con su camisa de nuevo y los bóxer que él mismo se quitó.Llego a la puerta y abro ¡allí están las bolsas con la comida! Huele delicioso, las coloco de nuevo en la encimera y saco unos platos para servirla. El aroma de las empanaditas con jamón me produce ansiedad, los cafés están helados por el tiempo que estuvieron fuera. Sonrío. Su rostro cuando
Isobel me mira asustada, temblando como una hoja ¿y cómo no? Si acabo de perder los libros delante de ella, me moví por la rabia destruyendo el panel de control del ascensor y ahora nos encontramos encerrados en el ático, ella tiene una expresión de terror en su rostro y de… dolor, estaba consciente de que en algún momento pasaría, perdería el control como hace tres días y la lastimaría. Yo lo sabía y no me alejé.—¡Isobel! – dije en un susurro, era casi una súplica levantando la mano destrozada hacia ella.—¡Oh por Dios no, aléjate! – se alejó de mi observándome aterrada y mi corazón se rompió, la dañé.Siempre me había caracterizado por ignorar mis sentimientos hasta llevarlos al sitio donde no los podí